La semana pasada, la Universidad de Alicante, a través de su Fundación y Campus y Empresa, organizó una jornada en Madrid sobre Emprender dentro y fuera de la empresa.
Una de las ponencias la realizó Carmen de Andrés, directora corporativa de Selección y Universidad de Prosegur, y versó sobre la figura del intraemprendedor.
En el diario Las Provincias se definía dicha figura así:
Intraemprendedor es el trabajador capaz de desarrollar una nueva línea de negocio o una innovación dentro de una empresa, adquiriendo la responsibilidad del proyecto pero manteniendo un salario.
Las empresas tienen necesidad de encontrar, reconocer y potenciar dentro de sus plantillas a esas personas que lideran, capaces de llevar proyectos adelante, atribuyéndoles nuevas responsabilidades y dejando que abanderen una línea de negocio específica que traerá nuevos beneficios a la empresa.
Los trabajadores intraemprendedores han de ser recompensados, no solamente con el ascenso o el puesto específico, que ya para ellos será un premio, sino también con un reconocimiento tanto a nivel salarial como dentro de la organización.
Estos profesionales suelen ser perfiles muy involucrados con la compañía, que se apasionan con nuevas oportunidades y que poseen capacidades específicas, por encima de la media del resto de trabajadores, para responsabilizarse y llevar a buen término una nueva iniciativa por la que lucharán encarecidamente.
Pero también existe otra figura de intraemprendedores, que son aquellos profesionales autónomos que, amparados por una empresa, realizan un proyecto específico innovador dentro de la propia compañía (podría ser la figura del autónomo dependiente que prevé la nueva legislación).
Estos trabajadores pueden aprovechar todo el conocimiento de la empresa que los contrata y sus recursos, de tal forma que el intraemprendedor tiene cubiertos los principales costes (espacio físico, equipos técnicos y humanos, contactos…) y también un salario adicional, por lo que la inversión y el riesgo de llevar adelante una idea innovadora disminuye considerablemente y el proyecto, de este modo, es mucho más fácil que llegue a ser viable.
Estos perfiles que ya muchas empresas están buscando (si no los encuentran dentro de sus filas) suelen tener espíritu emprendedor, son perseverantes, conocedores y apasionados de su trabajo, poseen mentes creativas y les gusta trabajar en equipo.
Para el desarrollo de su trabajo, las organizaciones tienen que dotar al intraemprendedor de confianza, independencia y flexibilidad de horarios y también pensar que existe un riesgo, ya que cualquier nueva vía de negocio que se ponga en marcha dentro de la compañía podrá aportar nuevos beneficios, pero también hay que estar preparado por si el proyecto no llega a buen fin.
Quizás parezca un riesgo, pero es la forma de continuar la evolución si no queremos quedarnos anclados y nuestro afán como empresa es seguir avanzando e innovando.
En cuanto a las nuevas tecnologías, estas juegan un papel fundamental a favor de empresas y trabajadores, ya que por un lado aportan a los intraemprendedores nuevas herramientas para poder afianzar su marca personal, destacar en sus habilidades y darse a conocer mostrando su talento y, por otra parte, facilitan a las empresas la búsqueda de estos profesionales para poder llegar hasta ellos.
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