Tan solo en la Unión Europea se producen más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año. En 2018 se generaron en España un total de 37.849.000 toneladas de residuos mezclados, la mitad de los cuales procedía de actividades empresariales, y que, con mucha probabilidad, terminaron en los vertederos.
Estas cifras no solo hacen necesario responder a cómo reducir y gestionar estos residuos, sino también a cómo minimizar su impacto medioambiental.
Dos importantes retos a los que se suman el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos, o el hecho de que muchos países dependan de otros para obtener esas materias.
Economía circular, la reutilización de materiales
Se trata de un escenario en el que todos apuntan que la mejor solución es adoptar la economía circular, un modelo de producción y consumo -como explica la propia Unión Europea- que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, su ciclo de vida se extiende.
En la práctica, la economía circular implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.
Pero ¿son conscientes las pymes de qué es la economía circular y las ventajas que ofrece y, por lo tanto, están caminando efectivamente hacia este modelo? La respuesta podríamos resumirla en un “progresan adecuadamente, aunque no lo suficiente”.
Un largo camino por recorrer aún
Adoptar la economía circular como modelo productivo no es baladí y requiere, en primer lugar, que las pequeñas y medianas empresas conozcan las bondades de la economía circular y cómo adoptarla.
La formación, concienciación y programas de apoyo son esenciales para que, entre otros datos, pueda transformarse el hecho de que, a día de hoy, más de la mitad de las pymes españolas (54 %) no conoce aún en qué consiste la economía circular.
Sin embargo, el panorama a corto plazo es optimista y cada día son más las pymes que deciden apostar por la reutilización, la reparación y el reciclaje.
Esa es la principal conclusión del informe «Economía Circular en Pymes en España«, enmarcado en el acuerdo entre la Cámara de Comercio de España y MAPFRE, que revela cómo, actualmente, el 94,4% de las pymes adopta medidas para reducir la generación de residuos.
El informe también señala una mayor utilización de materiales reciclados en los procesos productivos (60%), principalmente papel y cartón (71,3%).
Además, muestra que las pymes se comprometen cada día más a reducir el consumo de recursos (80%), fundamentalmente de energía y con el objetivo principal de ahorrar; y utilizan materiales y productos con certificados que tienen en cuenta criterios de sostenibilidad (58%).
De forma positiva, el informe destaca el sector de la hostelería, por ser en el que las empresas toman más iniciativas para prevenir la producción de residuos y promover el reciclaje, así como el más activo en formar e implicar a sus empleados y exigir a sus proveedores certificados ambientales.
Acciones específicas para la separación de residuos
Así, el estudio de la Cámara de Comercio de España y MAPFRE subraya que casi la mitad de las empresas de este sector realiza acciones específicas para separar la materia orgánica del resto de residuos.
Bares y restaurantes son también los que demuestran mayor compromiso a la hora de eliminar los plásticos de un solo uso (33 %), el que más apuesta por utilizar sistemas de devolución y retorno (20 %), y el que más iniciativas ha tomado para mejorar la eficiencia energética.
Por su parte, son las pymes del sector industrial las que más materiales reciclados utilizan en sus procesos productivos, probablemente porque el aprovechamiento del residuo es un aspecto fundamental de su rentabilidad.
Entre los materiales más utilizados predomina el papel y cartón (71,3%), seguidos de los plásticos (25,4%), metales (14,2%) y maderas (13,8%). El hábito de separar este tipo de materiales en el hogar facilita que se aborde también en la empresa, un ámbito donde muchas pymes cuentan con contenedores para almacenar este tipo de residuos.
Las microempresas y los autónomos, los más comprometidos
Otra de las conclusiones del informe es que el compromiso con la economía circular no entiende de tamaño.
Y es que son las microempresas (menos de 10 trabajadores) y los autónomos los que más contribuyen a reducir el consumo de recursos, probablemente porque dicha reducción se traduce en ahorro económico.
En este sentido, entre las medidas que más adoptan destaca la sustitución de sistemas de iluminación tradicional por otros que suponen una inversión fácil y rápida, como la tecnología LED, en la que invierten 9 de cada 10 pymes (93%) y que contribuye a reducir el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de gases con efecto invernadero.
La economía circular genera empleo
La economía circular supone también una oportunidad de generación de empleo que no debemos perder de vista.
Según el informe de la Cámara de Comercio de España y MAPFRE, nuestro país aspira a generar 160.000 puestos de trabajo relacionados con la economía circular para 2030, siempre y cuando se produzca un aumento significativo del reciclaje y un incremento en la automatización de los procesos.
Actualmente, en España el 2% del empleo está relacionado con la economía circular, una cifra por encima de la media europea (1,71%), que nos sitúa en el puesto número 7 del ranking UE-28.
Otro informe, en este caso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estima que la economía circular generará unos 100 millones de puestos de trabajo a nivel global hasta 2030 en comparación con el escenario actual.
Como vemos, dar una segunda o tercera oportunidad a los productos y recursos no solo es necesario y urgente, sino que además es una oportunidad de crecer, crear empleo y generar riqueza. Y las pequeñas y medianas empresas, que representan el 99,8% de las empresas de nuestro país, pueden ser las mayores impulsoras.