¿Es España país para pymes? Polémica pregunta, pero si nos atenemos a la situación fiscal, el panorama es como mínimo complicado. Según numerosos estudios, en nuestro país las pequeña y medianas empresas tienen una carga fiscal muy superior a la media de de los países desarrollados de la OCDE, por lo que distintos organismos han solicitado que se apliquen de forma urgente las rebajas fiscales necesarias para equipararlas a la media europea y que no jueguen en desventaja.
La pyme es un segmento muy importante en el tejido empresarial de España. Según el “Retrato de pymes 2012” del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, durante el año pasado generaron más del 60% del empleo empresarial. Por tanto, está claro que bajar el nivel impositivo de estas empresas y negocios favorecería la creación de empleo y por supuesto ayudaría a mejorar la competitividad económica.
Es cierto que se están dando pequeños pasos para buscar fórmulas que las liberen de pagar tantos impuestos, pero la opinión generalizada es que todavía queda mucho camino por recorrer. Una de las medidas que se valoran como urgentes es hacer que las pymes liquiden sólo el IVA de las facturas que hayan sido cobradas. Pero existen otras muchas medidas fiscales que además podrían impulsar el emprendimiento en España, como por ejemplo la “despenalización del fracaso empresarial”, un aspecto que se recoge normativamente en otros países y que está basado en una regulación de “segunda oportunidad” para que los empresarios que no hayan tenido éxito en un primer negocio puedan liberarse de las cargas financieras y emprender de nuevo. Esto es algo muy importante para el desarrollo económico de un país, y más si tenemos en cuenta que la mitad de empresas europeas sobreviven menos de cinco años, pero aún así, un 18% de los que lo vuelven a intentar obtienen más éxito esa segunda vez.
Además de conseguir que se baje el nivel impositivo a las pymes, otro de los caballos de batalla de este sector es lograr que se simplifique la burocracia que tanto tiempo y quebraderos de cabeza le da al pequeño empresario. Lo más aconsejable es dejar en manos de profesionales las cuestiones fiscales, pero la complicada situación actual hace que la mayoría de pequeñas empresas no dispongan de los recursos necesarios para contratar de forma permanente a un asesor jurídico, fiscal o contable.
A pesar de que ya se han anunciado en España iniciativas que incluyen una fiscalidad a favor de las pymes, al margen de pequeñas acciones aisladas, las medidas generales aún no se han implantado, como es el caso de la “Ley de Emprendedores” prevista para principios de este año. Mientras tanto, la mayoría de pequeños empresarios continúa a la espera de que se materialice una normativa que incluya una justicia rápida y efectiva ante los impagos, simplifique la burocracia, reduzca la cuota de autónomos y, en definitiva, favorezca fiscalmente el desarrollo de la pyme, de modo que el pequeño empresario pueda ver con mayor optimismo el futuro.
En este vídeo David Ballester, experto en fiscalidad y economista, resume cuál es la situación fiscal de la pyme en España.