La digitalización es uno de los principales fenómenos que marcarán nuestro futuro, tanto en el plano personal como en el profesional. Y esto es así, a la vista de las oportunidades que ofrece el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que se financia con fondos europeos, y que pretende transformar nuestro modelo productivo, entre otras vías, a través del reparto de ayudas para acelerar la metamorfosis digital de personas y empresas.
Sin embargo, pese a que más del 30% de las ayudas comunitarias se destinarán a digitalizar la economía, la mitad de las pymes españolas no superarán el 10% de inversión en digitalización en 2023.
Al menos, según el I Informe Hiscox de pymes y autónomos en España, del que también se desprende que las pymes españolas son cada vez más conscientes de la importancia que tienen estos procesos en su día a día.
Digitalizarse no es, ni mucho menos, crear una página web o abrir un perfil en redes sociales. Más que de maquillaje, hablamos de cirugía. De cambios profundos, también de mentalidad, con significativas consecuencias en todos los procesos y formas de trabajar en las empresas.
Y no es una moda pasajera o una mera tendencia. Los datos de Hiscox muestran que 3 de cada 10 pymes reconocen estar bastante o muy afectadas por los cambios tecnológicos y que casi la mitad han tomado ya medidas para empezar a digitalizarse.
De hecho, según el citado informe, se va a duplicar la cifra de pequeñas y medianas empresas españolas que destinan de un 20% a un 50% de su presupuesto a este ámbito, pasando del 16,5% en 2022 al 32,9% en el próximo año.
Digitalización, una asignatura pendiente
A pesar de que las pymes españolas son conscientes de la importancia de la digitalización e invierten cada vez más, sigue siendo una asignatura pendiente para muchas de ellas, lo que les impide “competir con los grandes players del mercado de igual a igual”.
Son palabras de David Heras, director general de Hiscox Iberia, quien alerta de que las pymes ya están sufriendo los efectos de la falta de digitalización, como lo demuestra el hecho de haber sido las compañías más damnificadas por la pandemia.
“Una de las principales razones de este impacto fue que la mayoría están centradas en sectores muy cíclicos, como el comercio y la hostelería, que se encuentran entre los más afectados por la crisis de la Covid-19. Pero no es la única. Esta falta de inversión en digitalización fue una de sus principales debilidades en ese momento y lo sigue siendo”.
En opinión de Heras, la baja digitalización de las pymes españolas fue clave en la dificultad para diversificar sus canales de distribución y mantener así sus ventas. No pudieron aprovecharse de herramientas como el ecommerce y del acceso a mercados internacionales. Además, “muchas de ellas tampoco pudieron incorporar el teletrabajo, ya que no estaban lo suficientemente digitalizadas”, avisa.
Frenos a la inversión
Las pymes saben que para captar talento, aumentar su productividad y ser competitivas en el ecosistema empresarial están obligadas a invertir en digitalización. No obstante, pueden enfrentarse a algunas barreras que frenan su inversión, entre las que destacan:
- Falta de financiación para iniciar el proceso.
- Escasez de personal especializado.
- Desconocimiento sobre los recursos y ayudas que podrían tener a su alcance en esta materia, entre las que se incluyen los fondos europeos.
Fondos europeos, una oportunidad única
Los fondos europeos son una oportunidad única e histórica para impulsar la digitalización económica y social, siempre y cuando se inviertan de manera inteligente. También se debe formar y cualificar a las personas para sacarles el máximo provecho, lo que requiere un cambio sustancial del modelo educativo.
Diversos expertos explican que la economía digital está basada en la capacidad de aumentar nuestra inteligencia para crear, innovar y desarrollar nuevas ideas. Aseguran que en eso los españoles somos buenos, pero instan a entender el entorno, lo que comienza en la educación primaria. Y a basarnos en el talento.
Por su parte, el director general de Hiscox Iberia afirma que los fondos europeos pretenden mejorar la productividad, reforzar las capacidades e impulsar la competitividad en diferentes ámbitos, como por ejemplo el de la digitalización.
Pese a ello, tan solo el 2,4% de las pymes españolas han solicitado los Fondos Next Generation y el 87,6% tampoco tiene planes de hacerlo en el futuro. Eso sí, desde Hiscox destacan que aquellas que los pidieron los están usando para digitalizar sus procesos productivos.
Oportunidad de crecimiento
La incertidumbre e imprevisibilidad son, quizás, las grandes palabras del momento, con las que puede definirse el futuro al que se enfrentan la mayoría de las empresas. Un entorno, en cualquier caso, que aboca a invertir en digitalización. ¿Por qué?
Heras sostiene que no es únicamente una necesidad, sino que brinda una oportunidad de crecimiento, ya que conlleva beneficios como la optimización de procesos y de la estructura de costes y una mejora en la respuesta a las expectativas de los clientes… Es decir, aspectos determinantes para mantener la competitividad en el entorno actual.
“Si los clientes se digitalizan cada vez más, las pymes no pueden quedarse atrás. Si no, los perderán. Deben estar al día e incorporar herramientas tecnológicas como el marketing digital o el comercio electrónico, que supone un gran potencial de beneficios económicos y sociales, expansión de mercado, productividad e innovación”, puntualiza.
Prueba de todas estas ventajas es que más de la mitad de las pymes españolas tiene definida una estrategia digital y el 78,6% ya la están aplicando, según el Informe de Hiscox.
Camino por recorrer, pero con un objetivo claro
En definitiva, aún queda mucho camino por recorrer, pero la meta parece clara.
Los datos de Hiscox señalan que durante 2022 las pymes han destinado el 18,3% del presupuesto anual a implementar su estrategia digital, principalmente a elementos como el marketing digital y la presencia en redes sociales. Esta implementación, apuntan, ha permitido a la mitad de ellas ser más eficaces y a un 43,5%, ahorrar costes.
Para 2023, “prevén destinar cerca del 20% del presupuesto anual a digitalización, lo que supone un incremento del 9,3%, una cifra esperanzadora que esperamos que vaya incrementándose cada año”, concluye Heras.
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