Si lees este blog con cierta asiduidad, seguramente es que eres empresario, emprendedor, y en todo caso alguien interesado en mejorar, habituado a lograr la mayoría de sus objetivos, lo que los americanos llaman achievers. Pero siempre queda lo que te propones todos los años y no logras, ya sean retos personales (mejorar el inglés, perder peso, preparar un maratón) o profesionales (formarte en una materia nueva, abrir una delegación en otro país). Ya estamos en abril y parece que este año tampoco lo vas a lograr.
Montar una empresa no es sencillo, seguramente muchos amigos admiran tu capacidad de perseverar y superar obstáculos. Pero, ¿por qué no logras esos otros objetivos? Y sobre todo, ¿cómo puedes conseguirlo?
Las causas suelen ser sencillas, veamos la primera. Montar tu empresa es una motivación vital; las cosas que se te resisten, en la mayoría de los casos, no lo son.
Motivación, esa palabra ya tan manida, al final es la causa de una acción. Deriva del latín motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y efecto). Entonces, cómo generar esa acción cuando te falta una motivación intrínseca, que es la que nos lleva a procrastinar y habitualmente a no conseguirlo. Los siguientes consejos pueden ayudarte a combatir la falta de motivación, tanto en la vida personal como en la profesional:
- Lo primero, evita las excusas, sobre todo la recurrente “no tengo tiempo”. Un amigo coach me comentó, no hace mucho, que a uno de sus clientes le pidió un ejercicio de un minuto nada más levantarse; cuando se vieron en la siguiente sesión, le dijo que había estado muy liado y no había podido hacerlo. ¿Te lo crees? ¿Te crees a ti mismo cuando cuentas algo similar? Tanto Warren Buffet como tú tenéis 24 horas cada día.
- Establece una meta, pero define el camino. Esto es como lo de comer un elefante, pedacito a pedacito. Cuando pensamos en abrir una oficina en otro país, solemos abandonar la idea porque lo vemos inalcanzable, pero si defines qué pequeñas tareas vas a hacer cada día para lograrlo, al final lo conseguirás.
- Mide, mide, mide. “Lo que no se mide, no se puede mejorar”. Esta frase, atribuida frecuentemente a Peter Drucker, corresponde al físico y matemático británico William Thomson: “Lo que no se define no se puede medir». Si quieres “perder peso”, fija un número de kilos; si quieres aumentar la facturación, establece el porcentaje.
- Soporte visual para valorar el avance. Ya tienes una medida, ahora tienes que ver cómo avanzas diariamente, yo por ejemplo hago fondos por las mañanas, hasta ahora lo iba haciendo por rachas, muchas semanas ninguno y otras dos o tres días. Este año establecí un calendario de todo el año y lo fijé en la pared, en él voy anotando cada mañana cuántos hago. Esa obligación y el ver los huecos cuando me salto algo, me ha llevado a realizarlos al menos cinco días por semana, y además ya hago el triple cada día desde que empecé el año.
- Busca gente a la que puedes perjudicar por no lograr tu objetivo. En muchos libros de autoayuda se aconseja buscar a gente que te recuerde cómo vas, pero eso no suele funcionar. Si te propones jugar con cierta periodicidad al pádel y sois siempre un grupo de cuatro personas, ¿no crees que te sentirás obligado a ir? Sin embargo, si estás en un grupo de 15-20 personas, que organizan partidos de vez en cuando, donde si fallas no pasa anda, ¿qué crees que sucederá?
La otra gran causa suele ser el miedo, y en este punto hay pocas soluciones, salvo tratar de combatirlo ferozmente, tal como le pedía el señor Miyagi a Daniel San, el protagonista de Karate Kid.
Tampoco está de más recordar a otro gran maestro, Yoda, en esta genial escena de Star Wars con Luke Skywalker. Recuérdalo cuando digas: “Este año voy a intentar…”
Imagen: josealbafotos