La consultora Capgemini estima que el volumen global de pagos electrónicos crecerá un 14 por ciento cada año hasta 2022, según los resultados de su “Informe Mundial de Pagos 2019”.
En el caso de Europa, incluida la Eurozona, el incremento anual del volumen de pagos que se prevé en el mismo período es del 8,5 por ciento.
Este crecimiento tiene una serie de factores explicativos, tales como:
- El desarrollo de innovaciones tecnológicas en el mundo digital.
- La entrada en el mercado financiero de grandes multinacionales tecnológicas (Amazon, Facebook, Apple, etcétera), que ofrecen servicios financieros de forma complementaria a su negocio principal.
- O el establecimiento de normativas específicas como, en el caso de Europa, la directiva europea sobre servicios de pagos digitales, conocida coloquialmente como PSD2.
¿Qué es el «open banking»?
Nace así un nuevo modelo de negocio, conocido como open banking o banca abierta, en el que se permite el intercambio de datos entre bancos y nuevos operadores que ahora pueden acceder a las infraestructuras bancarias.
La duda que queda por resolver es si este nuevo modelo representa una oportunidad o una amenaza para la banca tradicional.
Obligación de compartir los datos
Lo primero que hay que preguntarse es: ¿por qué los bancos van a permitir el acceso a las bases de datos de sus clientes a terceros?
En este sentido, la normativa PSD2, cuya entrada en vigor ante la complejidad de los cambios que acarrea todavía no es completa, establece que los datos que se generan en la relación entre cliente y banco, pertenecen al propio cliente y no a la entidad financiera. Por ello, el banco tiene que permitir el acceso a ellos a terceros, siempre que el cliente lo consienta.
Esta normativa busca garantizar unas condiciones operativas equivalentes, tanto a los operadores que ya compiten en el mercado financiero (entidades de crédito, de pago y de dinero electrónico) como a los nuevos que ahora pueden acceder a sus infraestructuras, asegurando la protección de los usuarios en las transacciones financieras que se realizan de forma online en la Unión Europea.
Nuevos servicios financieros
La normativa PSD2 trae consigo dos nuevos tipos de servicios financieros:
- Servicio de iniciación de pagos, que básicamente permite a las personas que adquieren bienes o servicios en comercios electrónicos pagarlos sin necesidad de utilizar tarjetas de crédito o débito. El pago se realiza a través de un tercero, denominado proveedor de servicios de iniciación de pagos, que accede a la cuenta del comprador una vez que es autorizado por este y transfiere en su nombre el dinero al vendedor.
- Servicio de información sobre cuentas, que permite a los clientes bancarios consultar online y de forma agregada los datos que figuran a su nombre en todos los bancos, a través de un tercero que recopila dicha información.
El acceso a los datos de los clientes bancarios por parte de terceras empresas es posible tecnológicamente gracias a la utilización de las API (Application Programming Interfaces o Interfaces de Programación de Aplicaciones) abiertas, que sirven para conectar una aplicación informática con otra e intercambiar información.
La utilización de las API abiertas permite a desarrolladores externos crear aplicaciones y servicios en el sector financiero y ofrecérselos al público.
Innovación abierta y «open banking«
El nuevo modelo de open banking ha de entenderse como la aplicación al mundo financiero de la innovación abierta, la cual se basa en el aprovechamiento de talento, tecnologías, ideas o recursos provenientes de fuentes externas a la empresa, de tal modo que las innovaciones son explotadas por aquellos capaces de generar más valor, que no necesariamente son internos.
El problema es que la innovación abierta está impresa en el código genético de las grandes multinacionales como Apple o Facebook.
Estas compañías han entendido desde sus comienzos la necesidad de abrir las puertas de la innovación a recursos externos, ante la imposibilidad de realizar todos los desarrollos internamente en un mundo globalizado, dominado por lo digital, y que evoluciona muy deprisa, por lo que ven una oportunidad de negocio en el open banking, en el que se sienten “como peces en el agua”.
En cambio, para muchos bancos tradicionales, la apertura representa una amenaza impuesta legalmente (la PSD2 “obliga” a los bancos a generar innovación abierta, quieran o no).
No obstante, es posible otra interpretación. Los bancos ahora también puede acceder a los datos que tienen los competidores de sus clientes, conocer mejor su perfil y ofrecerles productos y servicios mas ajustados a sus circunstancias, aumentando la eficiencia comercial.
Desde esta perspectiva, el open banking puede ser para ellos una oportunidad de crecimiento.