La pyme española es un colectivo que muestra día a día mayor interés en adoptar soluciones tecnológicas. Sin embargo, siguen surgiendo dudas por parte de estas organizaciones a la hora de afrontar proyectos de modernización TIC, que bien pueden estar ligadas al coste o al propio desconocimiento. A ello hay que añadir que es necesario saber utilizar las nuevas herramientas digitales, porque la falta de formación tecnológica provoca que no se implanten soluciones adecuadas para la empresa. Es esencial conocer qué necesidades tecnológicas se tienen y dónde invertir si se quiere ser más competitivo en el mercado actual y afrontar iniciativas de mejora del negocio.
Pero, ¿dónde invertir?
Las necesidades tecnológicas de la pyme son de diversa índole y deben ser analizadas con detalle, con objeto de superar los actuales niveles de productividad. Internet y las posibilidades que aporta constituyen el principal desafío. El último ‘Informe ePyme 2012’ realizado por Fundetec y el ONTSI (Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y de la SI) subraya esta evidencia y señala que aproximadamente un tercio de la microempresa española no dispone de conexión a Internet y que solamente el 28,6% de las pymes contaban con página web corporativa el año pasado. Son datos que hay que tener muy en cuenta, sobre todo porque de los que realizan compras por Internet, un 72% ha comprado online en el último año algún producto físico (retail), lo que evidencia el auge del comercio electrónico y su importancia para la pyme, su negocio y su rentabilidad. Quizás para algunas de ellas no ahora, pero sí a corto y medio plazo.
Marketing digital
La pyme no puede retrasar más el acceso a Internet y el salto al comercio electrónico, y debe hacerlo de forma estratégica y desde la idea de negocio. Pero si se tiene claro que hay que estar, también lo es que hay que innovar con coherencia. Aquí cobra importancia saber posicionarse, teniendo en cuenta que sOlo el 10% de las compañías utiliza el servicio de publicidad en buscadores y que únicamente tres de cada diez pymes disponen de servicio de venta por Internet, según un informe de Plenummedia. El marketing online es clave, pero hay un desconocimiento generalizado; falta, como en otros aspectos, formación y que se popularice la creación de perfiles corporativos en las diferentes redes sociales, como herramientas de comunicación, fidelización y atención al cliente.
Trámites con la Administración
Hay que pensar también en los trámites que se realizan con la Administración Pública, quien ha impulsado la adopción de tecnologías obligando a diferentes colectivos a realizar algunas diligencias con Hacienda por vía telemática. Debe considerarse positivo que se quiera impulsar de este modo el uso de la eFactura y del DNI electrónico, pero siempre y cuando se facilite a la pyme ese tránsito, según se ha recomendado desde diferentes asociaciones.
Aplicaciones
Implantar aplicaciones empresariales comienza a ser una prioridad, sobre todo a medida que las pymes adaptan sus negocios al mercado global; sin embargo, es cierto que implica costes elevados en la mayoría de las ocasiones, entre licencias, mantenimiento y actualizaciones. Una buena alternativa es el uso de software de código abierto para cubrir las necesidades de gestión empresarial, algo cada vez más frecuente en la mayoría de los sectores.
Movilidad
Una pyme debe contemplar la movilidad de manera perentoria en su estrategia. Los beneficios serán tangibles a corto plazo. Hay que tener en cuenta que cada vez son más las organizaciones que mejoran sus comunicaciones, tanto fijas como móviles, aunque el último estudio de Oxford Economics indica que un tercio de ellas cree que animar a los empleados a utilizar la tecnología móvil supone un obstáculo. Buscan ofrecer a los empleados dispositivos móviles que permitan una productividad continuada. Y aunque el porcentaje de penetración es limitado, sobre todo en las microempresas, las tecnologías de movilidad son muy valoradas por la pyme.
Cloud computing
Como trasfondo se encuentra una situación de inestabilidad económica que afecta a la mayor parte de los sectores de actividad. La disyuntiva radica en invertir en tecnología o esperar tiempos mejores. Lo recomendable es hacerlo con presteza e inteligencia, con las miras puestas en buscar un retorno de la inversión lo más cortoplacista posible. Los propios proveedores están adaptando sus productos y servicios a esta coyuntura de restricción de la inversión con alternativas cloud computing y de pago por uso. Esta es una buena opción. Los empresarios así lo están reconociendo y observan su adopción como la mejor forma de acceder a recursos informáticos a menor coste. El inconveniente, una vez más, es el desconocimiento de estas soluciones por parte del 50% de la pyme, así como la falta de comprensión de los beneficios que aporta.
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