Se encuentra inmersa en plena ronda de financiación, una medida que ha podido iniciar gracias a la constante búsqueda de rentabilidad, un estadio que están a punto de alcanzar. La primera empresa española de “movilidad multimodal compartida”, Mygo empezó a operar en Madrid hace apenas un año y ya se encuentra en pleno crecimiento.
Un híbrido entre el patinete y la moto
Con la cabeza puesta en otras capitales europeas, como París, Lisboa o Roma, la historia de esta startup podríamos pensar que empezó tarde. Cuando desembarcaron en el mercado, ya eran varias las compañías que operaban en el sector de los patinetes eléctricos compartidos. Sin embargo, es una historia en la que, como explica Andrés Casanova, CEO de Mygo, no querían hacer lo mismo que el resto.
“El patinete eléctrico nos permitió entrar en el mercado, pero nuestro objetivo es mucho más ambicioso. Queremos ser realmente la opción de transporte multimodal compartido más completa. Ofrecer al usuario el modo de transporte que precisa, para moverse dentro de la ciudad, en función del trayecto que tiene que hacer, las condiciones climatológicas, etc.
Un patinete eléctrico generalmente lo usas para hacer un trayecto de 2 kilómetros, pero no lo cogerías para hacer 15 o si llueve, situación en la que no es el modo de transporte más seguro.
Por ello, y con ese objetivo de responder a cualquier necesidad de micromovilidad, la flota de Mygo ya cuenta con su versión híbrida entre bici y moto, que estrenará en las próximas semanas.
Esta oferta se sumará a los 90 patinetes de la compañía que ya ruedan por las calles de Madrid.
El servicio como valor diferencial
De no ser por un problema técnico con los proveedores, Mygo habría sido la primera compañía con patinetes en Madrid.
Pero este contratiempo hizo que no pudiese iniciar sus operaciones hasta principios de noviembre del pasado año, un “error que nos ayudó a estudiar lo que hacía la competencia y aprender lo que no queríamos o no debíamos hacer”.
De hecho, es curiosa la anécdota de cómo la competencia no solo les sirvió para aprender sino, incluso, para financiarse. Es el caso de Lime, compañía en la que el equipo de Mygo se dio de alta, para formar parte de su red de cargadores autónomos y así, además de estudiar a su competencia, ingresar dinero gracias a la carga masiva de patinetes en su almacén de 100 metros cuadrados, cuenta Andrés Casanova.
Un almacén desde el que siguen ideando cómo ofrecer el mejor servicio a sus clientes. “Hoy en día, en este mercado, no existe la fidelidad. El usuario utiliza el modo de transporte (de momento, patinete eléctrico) que tiene más cerca; no mira si es de un proveedor o de otro. Nosotros queremos cambiar eso, ser su primera opción siempre y para ello apostamos por la innovación que nos permite ofrecerle el mejor servicio”.
Con esa meta, Mygo ya trabaja en distintos proyectos como Mygo Pass, una fórmula de abono mensual, con la que, por un precio cerrado mensual, el usuario podrá acceder a todos los modelos de transporte de la compañía.
“Queremos crear una especie de Netflix de movilidad”, asegura Andrés Casanova, que nos explica también cómo Mygo fue la primera compañía del sector en ofrecer, por ejemplo, que el usuario pueda dejar “aparcado” su vehículo sin por ello perder su uso y tener que volver a reservar otro, como ocurre con el resto de competidores.
Migrar a baterías intercambiables, para hacer mucho más eficiente la operativa, atención 24 horas al día al cliente a través de WhatsApp Business o concienciar sobre el uso de los vehículos de movilidad compartida son algunas de sus apuestas.
Uso responsable del patinete
“Queremos concienciar a los usuarios del uso responsable del patinete, que no debe comprometer en ningún caso la convivencia de los ciudadanos de Madrid o de cualquier ciudad. El buen uso de los patinetes es un trabajo de todos, tanto de las empresas que ofrecemos el servicio, como de los propios usuarios, que tienen que cumplir con las normas de circulación y con las reglas que indican las propias empresas que prestan dicho servicio”, afirma.
Sin duda, la movilidad compartida ha llegado para quedarse. Así lo demuestran los 3.000 usuarios que suma cada mes a su plataforma Mygo.
El futuro de la movilidad urbana está en este tipo de medios de transporte y Mygo lo tiene claro: “Queremos cambiar la vida de los ciudadanos. Ofrecemos nuevas experiencias asociadas a formas diferentes y responsables de movilidad, que además posibilitan ver y disfrutar la ciudad de una manera distinta, al permitir al usuario cambiar su rutina diaria de desplazamiento”.