Motivación y gestión del talento en las pymes

Según un reciente estudio realizado por Sodexo, existe una clarísima conexión entre la motivación de los empleados y su productividad. Esta afirmación es de puro sentido común. Sin embargo, muy pocos pequeños empresarios y gerentes de pymes tienen este asunto entre sus prioridades. Quizás por falta de tiempo, quizás por falta de reflexión, la realidad es que casi nadie se plantea gestionar de forma profesionalizada el talento de la empresa.

Si hacemos buena la expresión de “tenemos lo que damos”, entonces aceptaremos que una gestión mediocre de las personas dará como resultado un desempeño también mediocre. Exigimos a nuestros empleados profesionalidad, compromiso, iniciativa… y a cambio sólo ofrecemos una retribución económica. Esto nunca ha sido suficiente y en los tiempos que corren mucho menos. Olvidamos que la motivación es la clave para disminuir drásticamente el absentismo, para retener a los mejores y para incrementar la calidad del compromiso.

Puedo imaginar a algún pequeño empresario pensando: “La motivación se trae de casa. Bastante tengo con buscar cada día la forma de que mi empresa sobreviva como para pensar además en que los empleados estén contentos. ¿Y a mi quién me motiva?”. Es verdad que la principal fuente de motivación debe ser uno mismo y que la actitud individual es fundamental. Sin embargo, no podemos esperar un alto nivel de compromiso de nuestros empleados sin ejercer un liderazgo inspirador.

 

¿Qué puedo hacer para incrementar el compromiso de mi equipo?

Algunas herramientas para gestionar mejor el talento

Existen varias vías para alinear a todo su equipo hacia un objetivo común y hacer que todos los empleados se conviertan en verdaderos embajadores de su empresa.

 

En resumen: la motivación, además de traerse de casa, debe y puede gestionarse también en el entorno laboral. ¿Las claves? Comunicación, transparencia y empatía. ¿Las herramientas? Retribución, formación y plan de futuro. Nada de lo que he planteado en este artículo es ciencia ficción. Está al alcance de cualquier pequeño empresario que tenga claro que la falta de motivación de sus colaboradores lleva aparejada una evidente pérdida de productividad y de eficiencia, y que su triunfo depende de que su equipo esté ilusionado, comprometido y alineado con el proyecto.

En muchas pymes se realizan a diario algunas de las acciones que planteo, pero casi siempre de forma desestructurada. En esos casos, el reto consiste precisamente en integrarlas, añadir las que falten y desarrollar un plan de acción concreto que responda a los objetivos de la empresa, que no deje nada al azar y que permita hacer un seguimiento de su cumplimiento.

 

Foto @Pink Sherbet Photography, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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