Millennials: ¿inadaptados o aliados del cambio en las nuevas organizaciones 2.0?

Hay una revolución empresarial en marcha cuyo principal resultado es el nacimiento de un nuevo tipo de empresas: las organizaciones 2.0, que se basan en una nueva forma de gestionar el talento creativo e innovador de las personas de nuestras empresas.

Las nuevas herramientas tecnológicas 2.0 no son la revolución, lo son los nuevos valores que  mueven los nuevos procesos de gestión del talento. Pero estos nuevos valores escasean en los directivos y empleados actuales que, en general, han envejecido demasiado rápido.

Los nuevos trabajadores que ahora se están incorporando, los millennials, considerados por algunos como “poco adaptados al mercado laboral”, pueden ser una ayuda fundamental para impulsar el motor del cambio que ayude a transformar nuestras organizaciones y especialmente la gestión del talento. Debemos entender que el poder transformador de los millennials no reside tanto su experiencia como en sus valores.

Las nuevas organizaciones 2.0 basadas en la innovación

La “importancia del talento de las personas” está dejando de ser el mantra humanista que los directivos repiten para pasar a ser la principal prioridad estratégica de las empresas.

El juego de la innovación tiene sus propias reglas y una de ellas es que no perdona a quien tiene demasiados errores. Evitar los errores e ir al ritmo de los tiempos requiere el máximo talento, creatividad y compromiso de todas las personas de la organización de forma continua. Y poco a poco esto empieza a ser conocido y compartido, aunque la realidad de los procesos de gestión del talento, incluso de los más tradicionales, es desastrosa.

Si analizamos el reciente estudio de Lumesse, encontramos que son muy pocos los directivos de RR.HH. encuestados los que se sienten útiles desarrollando habilidades (10%) o que cree que su área ofrece oportunidades de formación para lograr éxito (30%), a pesar de que estos directivos de RR.HH. creen que en el entorno de cambio constante el desarrollo de personas es más necesario y crítico…

Por tanto, otros retos de gestión del talento basados en filosofías 2.0, como estructurar flujos de comunicación transversal mediante comunidades, el desarrollo de líderes transformadores, el impulso de culturas innovadoras o la creación de nuevos entornos de construcción de conocimiento (no tanto de transmisión) vinculados directamente a la generación de mejoras o desarrollo de aspectos básicos del negocio… son retos que parecen muy complejos y que los profesionales de gestión del talento en general no saben cómo poner en las agendas de las organizaciones.

Las organizaciones que intentan poner en marcha estas nuevas filosofías de trabajo se encuentran con una resistencia cultural a la creación de estos nuevos entornos de gestión del conocimiento, desarrollo personal, de innovación, de comunicación o colaboración basados en entornos 2.0. Para  ello se necesitaría un nuevo tipo de trabajador y nuevos tipos de líderes que puedan asumir estos nuevos valores.

Los valores de los “incómodos” millennials 

Las nuevas tecnologías ya están disponibles y su implantación se prevé que sea rápida. Según los datos de Forrester Research,  las redes sociales corporativas crecerán un 61% anual hasta facturar aproximadamente 6.400 millones de dólares en 2016, debido a la necesidad de incrementar la productividad, potenciar la comunicación y el trabajo de forma colaborativa en equipos y proyectos…

Pero estas nuevas tecnologías de gestión de talento requieren nuevos trabajadores con nuevos valores que hagan que la tecnología funcione. Por ello las nuevas generaciones Y (1982 -1995) o millennials pueden ser de enorme ayuda para impulsar los nuevos entornos y cambiar las reglas de juego.

Para muchos, los millennials son trabajadores difíciles de gestionar debido a sus valores respecto al trabajo. Esta generación también denominada generación «Why» (Por Qué) tiene aversión a la jerarquía, busca la transparencia, quiere responsabilidades y son proactivos, son más colaborativos,  buscan creatividad e innovación, necesitan comprometerse, buscan proyectos con mayor flexibilidad… Y esto unido a su baja experiencia los hace “incómodos”, poco “adaptativos”  y poco productivos en entornos tradicionales.

Pero lo cierto es que es la generación que nació en el cambio tecnológico tiene unas sólidas competencias digitales (sin ser las de los nativos digitales o generación Z que son aún mayores),  pero especialmente tiene estos nuevos valores que los hace valiosos para las nuevas necesidades organizativas y formas de trabajar que requieren las nuevas tecnologías 2.0 y los nuevos entornos organizativos.

Como ya han señalado algunos estudios (ver informe de Deloitte), son una apuesta necesaria para las empresas que quieran tener éxito, pues sus nuevos valores los hacen entender las nuevas tendencias y nuevas formas de trabajar basadas en nuevas herramientas tecnológicas.

El relevo generacional de los millennials, ¿la generación perdida?

En las empresas ahora más que nunca se habla de  la necesidad de cambio de valores, de incorporar herramientas 2.0 y de crear nuevos entornos organizativos, pero nos olvidamos de los valores de estas nuevas generaciones como elemento fundamental para crear nuevas dinámicas.

Las áreas de RR.HH. ahora en un entorno de precariedad, donde se valora la experiencia consolidada de las Generaciones X y de las Generaciones de los Baby Boomers, deben saber que la experiencia es solo relativamente importante: lo que tiene cada vez más importancia son los nuevos valores, las nuevas formas de trabajo que requieren herramientas sociales que tienen una baja complejidad tecnológica. La dificultad es poner en “funcionamiento” los nuevos valores asociados a estas tecnologías y filosofías de trabajo y para ello los millennials, y dentro de pocos años la generación Z o nativos digitales, son los que mejores resultados obtendrán, a pesar de que ahora para muchos es una generación perdida, difícil de integrar laboralmente.

En los  nuevos y salvajes entornos empresariales, el más blasfemo de todos los pecados empresariales será la infrautilización del talento y la no colaboración. Por ello siempre que haya una dirección adecuada, los millennials, que acabarán siendo los líderes de  la generación de nativos digitales o Z en las nuevas organizaciones, son los aliados del cambio para las nuevas formas de trabajo y para el éxito empresarial.

 

Foto @Saad Faruque, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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