Existen diversas formas de organización del trabajo, pero en la actualidad lo ideal es tener una disposición que haga destacar un negocio entre tanta competencia. Muchos creen tener la “fórmula perfecta”, pero no se percatan de que pueden aumentar la productividad y la eficiencia revisando sus flujos de trabajo.
El flujo de trabajo o workflow describe un conjunto de pasos que conducen a un objetivo específico. Esta secuencia constituye las tareas diarias que una empresa debe cumplir para lograr la meta final, por lo que un flujo de trabajo bien pensado sirve para optimizar la forma en que se realizan los procesos más importantes dentro de una empresa.
Los flujos de trabajo se rigen por una jerarquía determinada que ha sido preestablecida con anterioridad dentro de la empresa, siguiendo un grupo de reglas de procedimiento basadas en la estructura organizacional y los objetivos de la empresa. De manera que, si hay sospecha de una distribución de las responsabilidades deficiente entre los miembros de un departamento o un mal planteamiento de metas, es conveniente revisar también este aspecto.
¿Cómo hacer un flujo de trabajo?
Con un mejor entendimiento del concepto sobre la mesa, es posible avanzar hacia los pasos para diseñar un modelo de flujo de trabajo competente:
1. Conocer las actividades que se realizan en cada área de la empresa
Un flujo de trabajo conlleva una secuencia de tareas, por lo tanto, es necesario detectar cuáles son imprescindibles para el buen funcionamiento de la empresa.
Este paso es fundamental, ya que al incluir cada una de las etapas involucradas en el proceso rumbo a la meta, será más sencillo identificar y solucionar inconvenientes rápidamente, antes de que se conviertan en un lastre para el workflow.
2. Simplificar procedimientos
Una vez se ha determinado cuáles son los pasos necesarios para lograr el objetivo principal, ahora debes centrarte en el ahorro de tiempo. ¿Cómo hacerlo? Automatizando aquellas tareas que no se hace falta ejecutar manualmente. En efecto, se estima que un 45% de las actividades laborales pueden ser automatizadas mediante la tecnología actual.
Con esto, evitarás largas esperas en cada procedimiento y podrás usar el tiempo en tareas que necesiten mayor concentración o esfuerzo humano.
Lo aconsejable es utilizar un buen programa de gestión con el que se pueda mantener a todas las partes interesadas comunicadas entre sí y abordar problemas con eficiencia.
3. Estandarización de procesos
Esta es una de las mejores formas de mejorar la calidad del trabajo. Eliminar actividades innecesarias permite llevar un mejor control del cumplimiento de los requisitos que realmente importan en una empresa.
Esto puede representar, además, una disminución importante en costos y mala utilización de recursos.
4. Documentar los procesos
Al tener identificados todos los pasos a seguir en el flujo de trabajo de una organización, documentar cada uno de ellos posibilita ver cómo se relacionan entre sí, el orden de su ejecución y dónde pueden ubicarse “atajos”. Al mismo tiempo, será posible detectar inconvenientes y adelantarse a los problemas fácilmente.
Consejos adicionales para un modelo de flujo de trabajo insuperable
Para optimizar las formas de organización del trabajo en una empresa, hay algunas recomendaciones que se complementan con las mencionadas anteriormente:
- Establecer un equipo de trabajo constante, con un líder de proyecto bien identificado y un representante por área.
- Hacer una lista de los procesos que necesitan mejorar.
- Asegurarse de que el equipo se mantenga comunicado, y que la organización disponga de la infraestructura y recursos necesarios para ello.
Poniendo en práctica las sugerencias comentadas, una empresa puede descifrar cómo hacer un flujo de trabajo funcional sin incurrir en inversiones exageradas. Eso sí, será 100% necesario disponer de la infraestructura de red local que la organización necesita.
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