Hace unas semanas, hablábamos de la importancia de tener una buena sala de prensa digital y cómo mejorarla con acciones concretas. Pero ¿y tu web corporativa? Cuando alguien navega por tu web, ¿encuentra aquello que está buscando? Pensemos que la web de la pyme no siempre se va a dirigir a periodistas o clientes, sino que puede ser la ventana de oportunidad que necesitas para cambiar de proveedor o distribuidor, incrementar la base de clientes o transformar la percepción que se tiene de nosotros.
A raíz de un artículo publicado en Forbes, he encontrado características de las mejores webs corporativas del mundo, según la consultora Bowen Craggs. Ahí van mis conclusiones:
Habla de tu negocio, de tu sector y de tu industria. Si te centras en noticias que te incumben solo a ti, apenas alcanzarás relevancia. Explica tus decisiones, tus aciertos y tus errores. Aprovecha cada ocasión para publicar una nota. Anímate a crear tu propia atalaya, en expresión de @ArturoGomezQuij. ¿Tienes opinión sobre un cambio legislativo? ¿Has leído la ley de emprendedores? No «tuitees» un comentario: explícate y alimenta tu web a través del blog corporativo.
- Divide tu web como te convenga. No hay una arquitectura de la información que sea universal. Pero piensa en tus públicos (inversores, clientes, medios y periodistas, gente del 2.0, contacto general, atención al cliente, personas que buscan en empleo y categorías similares) y elabora los mensajes oportunos para cada uno de ellos a uno o dos clic.
- Profesionaliza el diseño. Tiene que ser consistente y coherente. No vale cualquier cosa. Puedes encontrar buenos diseñadores, que te ayuden a limpiar tu web y ordenar los contenidos. Con su ayuda, puedes distinguir entre los visitantes que navegan desde una tablet, un móvil o un ordenador de sobremesa. Atiéndelos de forma diferente, pero recuerda que tiene que ser amigable.
- «No sé cómo ser viral«. Yo tampoco, pero sé que tienes que contar historias emocionales, no tan racionales. Utiliza técnicas concretas (prueba el storytelling) y trata de combinar los datos (información corporativa) con las buenas historias de cómo tu producto o servicio ha ayudado a terceros. A ver qué sale.
- A cada sector, su estilo. En Forbes no se cortan. Las compañías que operan en actividades complejas (por ejemplo, alimentación o energía) tienen que invertir más y dar más explicaciones en redes sociales, a través de los medios de comunicación o mediante acciones de relaciones públicas. Si participas en alguna actividad económica parecida, cuéntanos que haces para respetar los estándares de la industria. Pon en valor tu comportamiento ético. Puedes generar credibilidad y confianza cuando explicas cómo tomas las decisiones.
- No eres Apple. Porque tu web sí contiene información relevante para los distintos públicos. Critica la revista que la compañía de la manzana apenas informa sobre la actividad de Tim Cook cuando se refiere a asuntos complicados, pero te inunda de publicidad, buenas fotografías y datos sobre ventas de dispositivos. Quizás no es la mejor estrategia.
- Busca la inspiración. Analiza las tablas de Bowen Craggs y compara tu sector, tu país, la forma de elaborar los mensajes, el tamaño de la compañía o cualquier otra variable que te genere interés. Probablemente, no tienes su nivel de facturación, pero seguro que puedes encontrar ideas interesantes y adaptarlas a tu pyme.
- La información tiene que ser veraz. No trates de maquillar una información para que no sea negativa. Tampoco debes confundir a los públicos. Si quieres favorecer las ventas directas, mejora ese canal, pero no lleves a error. «Las marcas se construyen con comunicación. Y se mantienen con publicidad», explicamos.
¿Qué te parece? Si todavía no sabes por dónde empezar, navega por la red y di que estás trabajando 😉
Foto: Bull3t, distribuida con licencia Creative Commons CC BY 2.0