¿Quién no tiene una canción que le transporta a otra época? ¿Cómo no recordar a nuestras madres solo con probar alguno de sus guisos o sentirnos calmados al contemplar un maravilloso amanecer?
El gusto, la vista, el olfato, el tacto y el oído. Ellos son los responsables de todas esas sensaciones. Son nuestros cinco sentidos o los “sentidos especiales”, tal y como los bautizó Aristóteles nada menos que en el siglo IV a.C y, cómo no, el bastión que cualquier marca quiere conquistar y, con ello, vender sus productos.
Es el llamado marketing sensorial, una estrategia que aunque no es nueva, sí se presenta como una de las bazas más importantes para distinguirse de la competencia.
Y es que hoy, más que nunca, conquistar al público es complicado. El consumidor está saturado de información y además siempre quiere más: más productos, más descuentos, más calidad… Y son demasiadas las marcas que pugnan por conquistarle, una dura batalla en la que el marketing sensorial aparece como un gran aliado.
Qué es el marketing sensorial
“A nivel teórico, el marketing sensorial es el estudio, investigación e implementación de acciones orientadas a crear emociones, recuerdos y sensaciones positivas en el consumidor, que generen un engagement con la marca mediante la estimulación de los sentidos”, explica Isidro Sánchez, CEO de The Sensory Lab.
Y añade que “el marketing sensorial a nivel práctico es solo una forma más de comunicarse entre marca y consumidor. Huyendo de los canales, medios y herramientas tradicionales, busca persuadir al cliente final de una forma más emocional y directa, estimulando uno o varios sentidos a la vez, para crear experiencias únicas entre él y la marca”.
Generar ese vínculo es el objetivo principal del marketing sensorial, según señala Salima Sánchez, especialista en Neuromarketing: “Se trata de crear una experiencia más completa al usuario, con el objetivo también de sorprenderle y atraerle hacia el producto que queremos vender.
Al aplicar una estrategia de marketing sensorial, «sorprendemos» al cerebro de nuestros usuarios, generamos mayor recuerdo de nuestros productos, un mayor compromiso con la marca, etc.”
Tipos de marketing sensorial
Existe, como vemos, una estrategia de marketing para cada uno de los cinco sentidos, como explica Sonia Duro Limia, experta en Marketing Digital:
- El marketing visual, donde las formas, los colores, la profundidad, los ambientes o vídeos que utiliza una marca buscan activar nuestro corazón.
- El auditivo, a qué suenan las marcas, responsable de que, por ejemplo, todos seamos capaces de reconocer la sintonía de una determinada empresa con tan solo encender nuestro ordenador.
- El olfativo, con aromas asociados ya por siempre en nuestra mente a determinados productos.
- El gustativo, donde lógicamente los restaurantes son sus máximos exponentes.
- El kinético o táctil, un tipo de marketing sensorial reservado únicamente al mundo offline, repleto de objetos de los que nos enamoramos por su textura.
Beneficios del marketing sensorial
“Los beneficios del marketing sensorial, cuando está bien aplicado, son innumerables, afirma el CEO de The Sensory Lab. Destacan, entre otros, los siguientes:
- Fortalece la construcción del branding.
- Refuerza la identidad corporativa.
- Fideliza al cliente.
- Ayuda a diferenciarse de los competidores.
- Incrementa el tiempo de permanencia del público en el punto de venta.
- Y crea experiencias para el consumidor, que generan un vínculo más estrecho entre él y la marca”.
En la misma línea se sitúa Salima Sánchez, que añade que, gracias a una estrategia de marketing sensorial, una marca es capaz de “llamar la atención del cerebro de sus usuarios, consiguiendo que se activen más las zonas relacionadas con la memoria y, por tanto, que ese producto se recuerde mejor que otro”.
Sentidos también para las empresas
Crear esas emociones y lograr una experiencia de cliente inolvidable no entiende de tamaño, sino de creatividad. Por ello, el marketing sensorial es una estrategia que funciona para cualquier empresa, independientemente de su tamaño o sector.
“Creo que no solamente es aplicable a cualquier negocio, sino totalmente aconsejable -apunta Salima Sánchez-, aunque este tipo de campañas genera un coste que puede ser bastante más elevado que el de cualquier otra campaña de publicidad. No obstante, tenemos que buscar la manera de ser más originales y tratar de ofrecer ese plus a nuestros clientes”.
La clave es “conocer al consumidor final, para así poder diseñar las acciones de marketing sensorial muy enfocadas a ellos, sus gustos y expectativas. Las acciones deben tener sentido y transmitir los valores de marca, así como cumplir con los objetivos de esta. No basta con lanzar estímulos porque sí, dado que ello podría provocar el efecto contrario en el consumidor”, advierte Isidro Sánchez.
Un ejemplo de marketing sensorial sería la acción realizada por The Sensory Lab, para la apertura de una tienda de la firma de calzado Much Sneakers, un trabajo en el que “tratamos de conseguir una experiencia cien por cien inmersiva cuando el cliente vaya a comprar”.
Para ello, realizaron una estrategia integral que contemplaba vídeo, audio y aroma. Podemos ver el resultado en este vídeo:
Estas acciones de marketing, lo que una marca nos hace sentir, son una llamada a los cinco sentidos, y son las responsables de por qué elegimos una marca u otra de forma casi irracional, independientemente de que sus productos o servicios sean muy similares a otros, o que su precio sea el mismo.