En el post anterior hablamos de la importancia de tener una estrategia de contenidos y una serie de recomendaciones para poder preparar con éxito una estrategia de contenidos.
Una vez establecida la estrategia, hay que encontrar los canales adecuados para poder “mover” dichos contenidos tanto en medios pagados como no pagados.
La mayoría de las empresas y sus responsables de marketing se centran en los canales pagados, intentando transmitir esos mensajes y contenidos en sus anuncios, en contenidos esponsorizados, en e-mailings corporativos, pero no se paran a pensar en los canales que realmente más impacto tienen a la hora de comunicar algo en nombre de una empresa: sus clientes actuales y sus empleados. Ellos son los mejores embajadores y prescriptores de nuestros contenidos y, si realmente buscamos que nuestros contenidos sean valorados por otros y recomendados, debemos intentar que ellos nos apoyen y colaboren en el movimiento de dichos contenidos.
No os cuento nada nuevo si os digo que las recomendaciones de conocidos y de familiares son mucho más valorados y creíbles que cualquier tipo de publicidad, hay estudios que lo demuestran y la lógica nos lleva a aceptarlo también y lo mismo ocurre con los mensajes que lanzan nuestros clientes y nuestros empleados, siempre se valorarán más y serán más compartidos que los mensajes que van en nombre de la empresa.
Un cliente satisfecho tiene la capacidad de prescribir no solo nuestros productos, también nuestras noticias y sentirse orgulloso de ellas y “viralizarlas”.
Un empleado que es un experto en una materia, que está orgulloso de donde trabaja y que sabe transmitir su conocimiento aporta confianza y seguridad a los potenciales compradores.
¿Cómo identificamos a los embajadores de los contenidos de nuestra empresa?
Dependiendo de los sistemas de cada empresa y de las aplicaciones disponibles, podemos llegar a entender qué clientes y empleados pueden ser los más propensos a representar nuestra marca y a participar en nuestra estrategia de promoción de nuestros contenidos.
Algunos ejemplos que en mi experiencia han tenido éxito:
Empleados
A través de la intranet de la empresa podemos conocer qué usuarios son los que ya están distribuyendo contenidos de manera voluntaria dentro de ella. Podemos estudiar el éxito de sus contenidos y la interacción que están teniendo.
En menor escala, lo mismo podemos obtener en reuniones o en comentarios en empresas más pequeñas e identificar a aquellos empleados comprometidos y con ánimo de participar en la estrategia.
Comunicar dentro de la empresa, a través de un correo electrónico o un mensaje, la estrategia de contenidos y la búsqueda de candidatos para ayudar en ella. Os sorprenderá la respuesta positiva de muchos de vuestros compañeros.
Clientes
Identificar a través del CRM o algún sistema que utilicemos para el seguimiento de ventas a aquellos clientes que repiten sus compras de manera recurrente. También aquellos que sabemos que han recomendado ya nuestros productos a un amigo.
Por medio de nuestro equipo comercial también podemos conocer qué clientes están satisfechos con nuestros productos o servicios y seleccionarlos para que nos apoyen.
Todo esto se debe sofisticar tanto para el grupo de clientes como para el de empleados, con un estudio de “relevancia social”, para saber quiénes son aquellos que ya nos están prescribiendo y qué cobertura están teniendo esos mensajes.
Esto lo podremos medir por sus seguidores actuales en distintos medios sociales, por su actividad offline y online (si ya disponen de algún blog, si pertenecen a grupos físicos o no afines a mi producto…) o a veces con métricas no categóricas, pero sí de ayuda como es Klout score.
Por lo tanto, no hace falta reinventar la rueda, muchas veces parte de las soluciones las tenemos en casa, y este es el caso, los clientes actuales y nuestros empleados pueden ayudarnos a conseguir éxito en nuestra estrategia de contenidos de una manera menos costosa que con medios pagados.
¡Espero vuestros comentarios!
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