¿Qué ve el líder empresarial cuando se mira al espejo? «Una trayectoria vital con momentos buenos y malos, con retos y preocupaciones, y con un horizonte complejo pero lleno de oportunidades«.
Hemos entrevistado a Antonio Núñez Martín con motivo de la publicación de su libro “El líder ante el espejo”, una obra que dibuja el perfil del perfecto CEO del siglo XXI a través del análisis de competencias esenciales con las que se elabora un decálogo que estructura sus páginas. Así, el líder es tanto fruto de su pasado como de su futuro, de sus experiencias y perspectivas, en opinión de este headhunter de Parangon Partners, en cuyo currículo destaca la dirección de Programa de IESE y la colaboración con el Gabinete de Presidencia del presidente Rajoy durante su paso por Moncloa.
P.- ¿Qué aprendiste tras recabar la opinión de 70 CEO?
Que no existe el líder perfecto sino personas con sus éxitos y sus fracasos, con sus retos y sus miedos, pero con una actitud constante de mejora.
P.- Consideras la visión estratégica una cualidad esencial del CEO, ¿cómo la defines?
Tiene que ver con la capacidad de diseñar e implementar una «hoja de ruta» para la organización.
P.- ¿Está condicionada esa «hoja de ruta» por el beneficio empresarial?
Es una presión constante, pero el verdadero líder sabe compaginar esos resultados a corto plazo con la visión a largo plazo para conseguir la sostenibilidad y mejora de su empresa.
P.- La misión del líder es ilusionar a los equipos, ¿es compatible con esa presión que comentas?
Hay muchos sistemas que van más allá del puro estímulo económico. Como me enseñaron en el IESE, la motivación extrínseca es importante, pero mucho más la intrínseca y la trascendente.
P.- ¿Cómo es el nuevo liderazgo?
Más horizontal y participativo, con un equilibrio entre la visión estratégica a largo plazo y la presión de resultados a corto plazo, es curioso, tiene otras formas de hacer negocios y está anclado en unos valores sólidos.
P.- ¿Se podría traducir la ejemplaridad en una nueva política retributiva de los máximos ejecutivos?
La ejemplaridad es crítica y el líder debe ir siempre por delante de lo que predica. Además, la imposición no tiene sentido, siempre sale peor que cuando uno persuade y convence.
P.- ¿Detectas distancia entre las reflexiones que el CEO ofrece cuando «intelectualiza» su labor y cómo ejerce ese liderazgo en la práctica?
No, realmente el líder tiene un sentido práctico muy desarrollado.
P.- ¿Crees que hacen falta líderes más públicos que pongan en valor la empresa?
Sin duda necesitamos referentes sociales, y los empresarios juegan un papel muy destacado en la creación de riqueza y empleo, por lo que deben ocupar un papel de relevancia social.
P.- ¿Qué aporta la lectura de tu libro al pequeño empresario?
Es una guía a modo de decálogo donde el lector encontrará las diez competencias y habilidades directivas más importantes.
P.- ¿Algún truco para compatibilizar la responsabilidad empresarial con una vida personal feliz?
Saber desconectar y «hacer lo que debo y estar en lo que hago» en cada momento.
P.- ¿Qué no deberían pasar por alto los lectores?
Que es un trabajo fruto del análisis que he podido hacer como head hunter con las reflexiones de cientos de directivos en una clave muy personal, y que pretende configurar esas 10 competencias que todo alto directivo debería desarrollar.
Decálogo para el perfecto CEO
Completamos la entrevista con los puntos que conforman el decálogo defendido por Antonio Núñez Martín.
- Capacidad de ilusionar. Saber crear equipos, practicar la empatía, el carisma, la colaboración y la motivación.
- Dar ejemplo. Aceptar la crítica constructiva, tener el don de la persuasión más que de la imposición, poseer un espíritu de servicio y humildad, fomentar la transparencia y la honorabilidad.
- Tener visión estratégica y prudencia. Diseñar la “hoja de ruta”, prever las consecuencias en el futuro, realizar una planificación correcta y minimizar los riesgos.
- Disponer de capacidad para navegar en la adversidad. Profundizar en la seguridad en sí mismo, gestionar la presión, equilibrar resultados y personas, y superación del fracaso.
- Saber gestionar el cambio. Asumir la actitud proactiva y la capacidad de adaptación a nuevos entornos, especialmente a los tiempos de crisis.
- Dirigir orientado a resultados. Organizar bien tiempo, gestionar correctamente las reuniones y promover la conciliación de la vida laboral y personal.
- Contar con una curiosidad apasionada. Conocer bien los procesos, comprender a otras «culturas laborales», facilitar la adaptación a la tecnología en la Cuarta Revolución Industrial.
- Priorizar la focalización. Clarificar el mensaje, gestionar a través de mapas mentales, contribuir al debate.
- Innovar en la era digital. Transformarse y adaptar nuevas competencias.
- Comunicar. Comprender los nuevos canales de comunicación y la comunicación estratégica.
Foto: Antonio Núñez Martín