Es obvio que la innovación debe ser uno de los puntos de partida de cualquier negocio exitoso. Sin ella, ninguna empresa puede aspirar a durar mucho tiempo, de la misma manera que no se puede tener éxito sin una estructura de financiación adecuada. ¿Pero cuál es la clave de la innovación? Decía Edison que la innovación es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración o trabajo. A su vez, García Márquez asegura que sus novelas son fruto de un 20% de inspiración y de un 80% de trabajo. Si hacemos caso a estos dos pensadores, para fomentar la innovación dentro de las organizaciones habría que apoyarse en el desarrollo de procesos y una cultura empresarial que fomente el trabajo frente a la creatividad.
Pero es difícil estar de acuerdo con esta afirmación, sobre todo si tenemos en cuenta que hoy las empresas que triunfan en gran parte basan su ventaja competitiva en la creatividad y el conocimiento. Un ejemplo de ello es Lantern, una consultora de innovación, que desarrolla su actividad bajo la premisa de que la innovación tiene una importancia del 50%, esto es, la inspiración y la creatividad son igual de importantes que el rigor y el trabajo metódico. “Solo así se consigue llegar a la verdadera innovación, aquella que logra romper la dinámica competitiva del mercado y generar nuevos espacios de crecimiento para el negocio”, explica Jaime Martín, su socio fundador.
Esta concepción disruptiva de la innovación es lo que mueve a los profesionales de esta pequeña empresa a trabajar con sus clientes para desarrollar nuevos negocios, productos o aproximaciones comerciales que den respuesta a las demandas del nuevo consumidor. Sus proyectos triangulan el análisis de la estrategia de negocio, las ideas e información del cliente final y las tendencias. Y a partir de ahí empiezan a trabajar con el objetivo de que los conceptos que salen de su ‘fábrica’ tengan desarrollo e impacto comercial y seduzcan al consumidor.
“Concebimos nuestro trabajo con filosofía de boutique; nos gusta tener pocos pero buenos clientes; y optamos por la calidad en detrimento de la cantidad”, comenta Jaime Martín. De esta forma, Lantern se involucra en distintos proyectos, independientemente del tamaño de la organización, porque entienden que la innovación está al alcance de todos. Actualmente están inmersos en un proyecto con una pyme que busca romper las reglas tradicionales de su sector, mediante una inversión en innovación en su sentido amplio, es decir, nuevos productos generados teniendo en cuenta tendencias observadas a nivel mundial, estudios etnográficos y la identificación de soluciones basadas en la tecnología, todo ello sumado a una redefinición de la experiencia del cliente a lo largo de la cadena de valor.
Un desafío que evidencia algunos de los retos a los que se enfrentan las pymes españolas en términos de innovación: para empezar, quitarse el sambenito de que “la innovación es para las grandes”. Las pymes pueden y deben liderar la innovación en muchos sectores, dado que romper con las reglas del mercado requiere pensamiento estratégico y ambición para arriesgar y crecer, no solo inversiones millonarias en tecnología. También es importante que abran sus miras y no se encierren exclusivamente en lo que ocurre en nuestro país. Hay que mirar y comparar lo que se avanza fuera y evitar la endogamia que agarrota la creatividad en muchos sectores.
Otros proyectos recientes de esta empresa han sido ayudar a una empresa de transporte a desarrollar y posicionar nuevos conceptos de viaje; a una compañía de bebidas a crecer en nuevos momentos de consumo basándose en una búsqueda de nuevas tecnologías de producción y envasado a nivel mundial; o a una empresa de materiales de construcción a innovar en su aproximación comercial y en la activación en el punto de venta.
En Lantern se definen como “esponjas globales”, porque están al día de lo que ocurre en el mundo. Para ello cuentan con socios estratégicos en más de 30 ciudades en todos los continentes, “Lanternders”, como ellos los han denominado, que constituyen una red de información en términos de innovación y conocimiento, que luego ponen a disposición de sus clientes para el desarrollo de proyectos innovadores.
Más allá de los desafíos diarios a los que se enfrentan las pymes a nivel general, no cabe duda que no se debe perder de vista la innovación como factor clave y diferencial en cualquier estrategia de negocio, para lo cual la combinación de trabajo y creatividad son elementos fundamentales. Si damos la razón a Einstein en su afirmación de que «la imaginación es mas importante que el conocimiento», deberíamos incorporar la variable “imaginación” a la ecuación como un elemento de diferenciación y ventaja sostenible a futuro. En cualquier caso, no se debe olvidar que la innovación y la estrategia de crecimiento más sólidas no valen nada sin la capacidad de materializar productos o servicios brillantes que cautiven a los consumidores y generen ingresos. Asimismo, las “grandes ideas” tampoco sirven mucho si no se ejecutan con precisión e incorporan la realidad estratégica y operacional del negocio.
Foto web Lantern