Para el 2019, solo el 10% del campo colombiano contaba con acceso a Internet, una realidad que tanto el gobierno, como las empresas proveedoras de acceso a la red, están luchando por cambiar.
Sobra decirlo, pero debemos recordar que el campo es fundamental para todos. Es más, en los próximos treinta años se necesitarán 120 millones de hectáreas adicionales para cultivos nos recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por eso, la implementación de pilotos para traer la tecnología al campo,-como los Smart Agro de Movistar Empresas-, son tan importantes. Y es que estas iniciativas hacen parte de la llamada transformación digital del campo.
De esta forma, existen proyectos que usan big data, inteligencia artificial, blockchain, computación en la nube e Internet de las cosas, entre otras herramientas, para mejorar las condiciones y competitividad del sector rural.
Porque conectar al campo con la tecnología no solo es una responsabilidad de la sociedad, también es un elemento estratégico de seguridad alimentaria y es tan importante que ya tiene un nombre propio: Agricultura 4.0.
Algunos ejemplos
Aunque hablar de tecnología en el campo puede sonar un poco abstracto basta con un par de ejemplos para entender su aplicación.
El uso de nuevas herramientas tecnológicas en el campo puede incrementar la productividad de la granja un 45%, mientras que reduce el consumo de agua un 35%. Y esto es apenas una muestra del potencial.
Por ejemplo, el Internet de las cosas aplicado al sector agrícola es tan grande que moverá más de 32.750 millones de dólares al año en 2027. Estamos hablando de tractores dotados de GPS, drones capaces de fumigar los cultivos, sensores que detectan la humedad del suelo y todo esto analizado, en tiempo real, en la nube.
Además, la tecnología permitiría conectar al campo con los sistemas de logística y distribución de las ciudades (retail, consumidores), optimizando los tiempos de entrega de los alimentos, disminuyendo las pérdidas de los productos y mejorando los precios.
Emprendedores y el futuro
Así mismo, la tecnología permite generar nuevos emprendimientos y aplicaciones dirigidos al sector rural. Pero para que todo esto sea posible lo primero es llegar allá y asegurar la conectividad rural.
Y si bien es cierto que falta mucho por hacer, ya se están realizando iniciativas que incluso van más allá de los cultivos, tocando a las escuelas de niños campesinos y capacitando a sus padres como en el caso Ventaquemada, en Boyacá, o en Tablón de Gómez, en Nariño.
Pero la revolución del campo apenas está comenzando prometiendo un futuro mejor que abarcará desde un mejor uso de los recursos hasta una población más conectada.