Si estás pensando en lanzarte al mundo empresarial, una de las primeras cosas que debes tener en cuenta y diseñar convenientemente es un Plan de Negocio. Y esto es algo que se debe trabajar seriamente. Muchos emprendedores se toman esto como un simple documento donde plasmar sus ideas a fin de organizarse mejor o como carta de presentación de nuestra gran idea, pero puede llegar a ser uno de los principales apoyos para el camino que habrá que recorrer en una primera fase del negocio.
¿Por qué necesitamos diseñar convenientemente un buen plan de negocio para nuestra empresa?
Cuatro sencillos motivos:
- Pensar y repensar este plan de negocio hará que demos con los puntos clave que harán que nuestro negocio llegue a buen puerto. Es decir, meditaremos suficientemente en qué consiste la idea del negocio, a quién queremos que vaya dirigida, cómo la vamos a poner en práctica, quién la va a llevar a cabo, cuánto nos va a costar y lo que podemos obtener con ella.
- Podremos definir claramente la estructura jurídica y organizativa que tendrá nuestro negocio. Así, podremos determinar, por ejemplo, los productos que ofreceremos y los mercados que nos interesan, el plan de marketing que seguiremos y la estructura financiera que tendrá nuestra empresa, entre otras. Pero no sólo eso, sino que es importante, también, que tengamos en cuenta las posibles alternativas para cada uno de estos aspectos y tomar las decisiones oportunas al respecto.
- Realizar nuestro plan de negocio correctamente supone la realización de un análisis DAFO de nuestro proyecto acerca del mercado en el que se desarrollará y de la competencia que podamos tener. De esta manera, podremos anticiparnos a los problemas que nos puedan surgir o definir la manera de afrontarlos cuando estos surjan.
- Nuestro estudio de negocio nos servirá como punto de referencia si los resultados que se obtienen no son los esperados. Así, podremos desarrollar la planificación y definir las alternativas correctamente. Obviamente, el plan de negocio es un instrumento revisable y que debemos adaptar a las nuevas condiciones a las que tengamos que enfrentarnos.
Como vemos, la clave está en la organización y la planificación. Y en eso mismo consiste un plan de negocio. Es verdad, no deja de ser un ejercicio de adivinación, ya que nunca vamos a tener la certeza, a priori, de que los resultados que vamos a obtener se acerquen a nuestra estimación, pero bien hecho es el plano sobre el que edificar la futura empresa.
Este instrumento no sólo sirve a los nuevos negocios que echan a andar, sino que también puede servir para empresas que ya desarrollan una actividad y pretenden lanzarla en un nuevo mercado o para aquéllas que se plantean un nuevo modelo de organización o el lanzamiento de un determinado producto o servicio.
Como en todo, sólo si desarrollamos correctamente nuestro plan de negocio podremos sacarle el mayor provecho y así conseguiremos que su efectividad redunde en beneficio de nuestro negocio.
Foto @DávidSt. Photography, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0