En muchos de mis artículos he hecho referencia a la importancia que tiene la formación en el desarrollo de las nuevas líneas de negocio para el retail, pero lo cierto es que no es fácil encontrar formación específica en ese ámbito. No obstante, con la crisis, las instituciones públicas han empezado a tomar conciencia de la importancia de este sector y están desarrollando programas formativos para dinamizar el tejido comercial.
Tradicionalmente, los negocios retail pasaban de padres a hijos y la única formación era la adquirida a través de los años detrás del mostrador; los comerciales presentaban los nuevos productos y el comerciante aprendía a venderlos cuando el mercado los demandaba. Ese era el aprendizaje existente, ninguna formación reglada que permitiera tener una visión más amplia de las posibilidades del negocio.
La tienda física tiene unos horarios que a menudo hacen incompatible el acceso a la formación y el estar “al frente del negocio”. Ahora bien, si no sacrificamos unas horas de nuestro trabajo para mejorar, no deberíamos lamentarnos luego de los resultados que, al fin y al cabo, se rigen por la célebre fase de Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. De hecho, si nos instalamos en la rutina de actuar siempre igual, es posible que ni siquiera obtengamos los mismos resultados, quizás serán peores. Mientras seguimos haciendo lo mismo, otros invierten en formación, para idear nuevas fórmulas para potenciar sus comercios, abrir nuevas líneas de negocio, etc.
En la actualidad, empiezan a existir centros de formación que permiten realizar posgrados o incluso carreras sobre Comercio. Quizás la sensación de aquél que ha trabajado desde sus inicios en un pequeño comercio es que ese tipo de formación no va con él, que se aleja de sus necesidades, pero lo cierto es que con solo adquirir unos cuantos conocimientos nuevos o ideas que sean aplicables a nuestro negocio, los procesos de mejora se inician y ello puede suponer un giro importante en pequeños comercios anclados al pasado.
La formación es cara, quizás sí, pero no solo hay que valorar el coste de la formación que, desde mi punto de vista, es una inversión, sino el coste que tiene no formarse. Si no se es capaz de dedicar un tiempo y un dinero a la formación, que finalmente dará sus frutos, quizás nos deberíamos replantear cuáles son nuestros objetivos y cuánto estamos dispuestos a pagar por ellos, no sólo en dinero, sino también en sacrificio y en tiempo.
Los retails pueden tener diversas estructuras, desde grandes comercios con facturaciones importantes hasta pequeños negocios familiares, pero para cada uno de ellos existen oportunidades que se deberían aprovechar, y para cada uno de ellos una formación adecuada que puede venir de escuelas de formación privadas o incluso de breves seminarios de instituciones públicas, todos ellos interesantes. Sólo debemos buscar la información para poder acceder a esta formación, aprender qué es lo que funciona y buscar ideas que sean aplicables en cada caso.
Una sola idea puede llevar a un proceso evolutivo que no tenga vuelta atrás, una sola acción que produzca resultados diferentes nos puede llevar a ampliar nuestra visión del propio negocio y a identificar oportunidades que antes estaban ocultas tras la dinámica de “esto se hace así, porque siempre lo hemos hecho igual”. La evolución del mercado es rápida y la adaptación es necesaria, si pretendemos sobrevivir y mejorar la situación. Los procesos de compra han ido cambiando y las exigencias del mercado apuntan a una integración del mundo digital dentro del comercio, como mencioné en un post anterior.
Estamos viendo día a día cómo grandes empresas retail, que parecía que tenían todo hecho, introducen cambios importantes en sus estrategias, muchos de ellos de carácter digital, pero detrás de todos esos cambios hay personas que se han formado debidamente, cada empresa en la medida de sus posibilidades, pero en cualquier caso, siempre existe la posibilidad de formarse si tenemos un objetivo claro de mejora de resultados.
¿Por dónde empezar? Por el principio, encontrar algo que sí podamos llevar a cabo, formarnos al máximo en ello y dar el primer paso. Toda la información está en la red; podemos buscar cursos o seminarios que aporten luz sobre lo que vamos a iniciar, puesto que siempre hay alguien que sabe cómo hacerlo, porque ya lo ha hecho antes y comparte su experiencia. El mundo retail ha pasado muchos años enquistado, ignorando los cambios que el mercado estaba efectuando, pensando que la tecnología que irrumpía en los hogares de forma estrepitosa no afectaba al negocio, pero lo cierto es que sí afecta, y mucho, cada vez más. Las nuevas generaciones están entrando paulatinamente a formar parte del gran mercado de consumo y sus exigencias y comportamientos son distintos.
Por lo tanto, adaptarse o morir…
Foto @Nomadic Lass, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0