El cambio en nuestro entorno empresarial por su naturaleza provoca desorientación y emociones negativas.
La creciente exigencia del entorno empresarial se traslada a las personas, se les pide cosas diferentes, se cambian las prioridades en función de algo que no siempre suelen entender. Personas que a menudo se sienten presionadas sin saber el porqué, personas que les cuesta soportar nuevos procedimientos y nuevas demandas que desconfiguran lo que ellas creían que era su trabajo y que les provocan estrés o ansiedad.
Cada vez más personas comienzan a sentirse superadas por la incertidumbre y los efectos que provoca el cambio incesante de sus empresas para intentar mantener el margen de la cuenta de resultados.
Los líderes no sólo determinan qué hay que hacer, sino que se aseguran de comunicar e implicar a las personas en los cambios. La comunicación no sólo deber perseguir la comprensión, el cerebro de las personas, sino especialmente generar emociones positivas, sus corazones. El objetivo sería obtener la energía y el compromiso de tu organización tan necesarios en tiempos de incertidumbre.
No obstante, en la mayoría de las organizaciones los mensajes descontextualizados de la comunicación informal substituyen el papel de los directivos, consiguiendo que haya cada vez más personas perdidas, desorientadas en una travesía que las podrá desgastar emocionalmente de una forma enormemente más intensa de lo que sería necesario.
La comunicación es la herramienta fundamental del liderazgo, pues configura el compromiso de las personas, su inteligencia, creatividad y esfuerzo: los aspectos más importantes que configuran el talento y la inteligencia de nuestras organizaciones.
Por ello te propongo que crees un sistema de comunicación formal que asegure los aspectos motivacionales de las personas que, al menos, debería tener las siguientes características:
- Frecuencia y canales suficientes: la información suele ser escasa, no llega a las personas de la organización, a veces porque se deja olvidada en los sótanos de las prioridades del directivo, pero la mayoría de las veces porque la frecuencia y la rapidez es baja y los canales son insuficientes, sin que seamos conscientes. No pensemos que otros comunicarán, la cadena jerárquica, aseguremos que los mensajes llegan.
- Credibilidad de la comunicación: Todo comunica. Si la comunicación formal se contradice con lo que hacemos, la comunicación pierde su efecto. Las organizaciones son expertas en diferenciar lo real de lo probable, de las buenas intenciones y de la mentira. El error está permitido, la manipulación no. La credibilidad y la integridad del líder es la base de la comunicación, pero especialmente de la que busca crear complicidad y compromiso.
- Los hechos, la emoción y la pasión: Las personas deben conocer los principales indicadores de la organización, deben entender qué sucede en términos objetivos, pero la energía positiva se crea mediante la pasión. Los datos nunca substituirán a los sueños, el conocimiento nunca substituirá a la emoción, y las personas somos sobre todo seres emocionales que cambiamos en función de lo que sentimos.
- Escuchar es la parte más importante de comunicar: No importa lo pequeña o grande que sea tu organización, ni la distancia que haya, los buenos comunicadores sobre todo saben escuchar activamente, saben poner sus oídos en los rincones más ocultos y buscan la información. Desarrollar empatía con los que comunicamos es la base de la efectividad comunicacional.
- Canales 2.0, el futuro de la comunicación: Un área organizativa, cuando supera más de una decena de personas o menos si están distribuidos geográficamente, ya debería utilizar herramientas 2.0. Debido a la capacidad de interacción, diálogo y escucha para crear compromiso las sitúa entre las mejores herramientas de comunicación para crear emociones e inteligencia colectiva. Son fáciles de implantar desde el punto de vista tecnológico y de coste muy bajo, constituyen la nueva era de la comunicación.
La innovación y el cambio empresarial hacen más necesaria que nunca la comunicación, una comunicación que asegure la incuestionable contribución de las emociones al rendimiento individual y colectivo.
El liderazgo efectivo requiere reforzar las herramientas de comunicación para gestionar hechos, pero sobre todo debemos reforzar el papel de las emociones en la gestión, debemos darles protagonismo y sacarlas de la semiclandestinidad a la que las teníamos condenadas y situar a las personas en el centro de la gestión.
Foto: © Camdiluv ♥, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.