He leído y releído la operación de compra de The Washington Post. Jeff Bezos, propietario de Amazon, ha pagado 250 millones dólares por el periódico, un diario de referencia en Estados Unidos y en el mundo. Como siento devoción por Katherine Graham, editora del diario durante los años del Watergate y los Papeles del Pentágono, he seguido la noticia con verdadero interés.
Jeff Bezos ha explicado que no tiene una varita mágica para reflotar un diario que lleva siete años en números rojos. Pero sí ha lanzado tres mensajes fundamentales para reorientar el negocio y hacerlo rentable. Tiene la experiencia y ahora toca ver si es capaz de trasladar su práctica a otra actividad económica. Creo que las pymes pueden aprender algo de semejante operación, aunque las dimensiones y los presupuestos sean tan diferentes.
El primer mensaje es claro: lo primero es el consumidor. Muchas pymes no sienten la experiencia de ser consumidor de sus propios productos o servicios. Se darían cuenta de las dificultades, las trabas o los problemas que presenta. Hay que acabar con esa mentalidad. El consumidor, el cliente o el lector tienen prioridad sobre otras áreas de actividad de la empresa. Son el público principal y hay que establecer mecanismos para escuchar y recoger aquello que consideran mejorable. Usa las redes sociales, pero también dedica tiempo a tus clientes. Pregúntales qué les gustaría mejorar, qué cosas no les gustan o qué esperan de ti. Poner en el centro al cliente requiere cambios en la forma y manera de procesar, elaborar y distribuir los productos y servicios. En una perspectiva más amplia, me ha gustado que Jeff Bezos recuerde cuál es el corazón del negocio: “Soy muy escéptico de cualquier misión que tenga en el centro a los anunciantes. Cualquiera que sea esa misión, debe girar en torno a la información”. La miopía ha contribuido a destruir la industria periodística, centrada en conseguir anunciantes (incluso a costa de rebajar los precios) y no en satisfacer las necesidades de los lectores.
La segunda idea es fundamental: inventar, inventar e inventar. Luego vendrá la innovación y aplicación efectiva de tales invenciones en el negocio. Pero tienes que estar preparado para ser diferente y crear una ventaja competitiva que transforme tu actividad. Se requiere tiempo y músculo financiero, pero es la única garantía de sobrevivir a medio plazo. Ya he escrito que se innova para perder dinero, en la medida que no podemos saber ni averiguar qué invención será la que funcione en el mercado. Hay muchas formas de inventar, pero te sugiero una actividad para que pruebes. Reúne a los miembros de tu equipo y pídeles que inventen de nuevo tu empresa sin lastres ni costes hundidos: ¿seguirían en el mismo local?, ¿cambiarían el logo y la marca?, ¿qué nuevas personas contratarían? Es un juego, sí, pero te puede ayudar a abrir la mente.
Por último, Jeff Bezos habla de paciencia y tiempo. A menudo me encuentro con pymes que solo tienen planes a seis meses. Carecen de una misión o una idea de lo que quieren ser a medio plazo. Está bien, pero el establecimiento de una idea futura nos ayuda a centrar el negocio, a saber qué queremos hacer y sobre todo a saber qué NO queremos hacer. La dedicación de tiempo requiere músculo financiero y algo de movimiento en la caja. Hay que valorar ese riesgo antes de lanzarse a la producción masiva de bienes o servicios. Por otro lado, la paciencia es una virtud. El cliente tiene que conocer tu tienda, probar tus servicios y convencerse de que eres la mejor oferta del mercado.
Espero, sinceramente, que Bezos sea capaz de trasladar estas experiencias a The Washington Post como también espero que te sirvan estas reflexiones. ¡Hasta la semana que viene!
Imagen @jurvetson, distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0