En un mercado globalizado los bienes y servicios ofertados por las empresas se enfrentan a una mayor competencia y a un ciclo de vida más corto, en un momento en el que abunda la información y los clientes no se conforman con cualquier producto sino que quieren tener el mejor, valorando hasta las pequeñas diferencias que puedan existir entre ellos. El entorno cambia de forma acelerada obligando a las empresas a adaptarse mediante un proceso de innovación continua que hoy día parece difícil de conseguir sin algún tipo de apoyo externo.
Precisamente este entorno globalizado, que evoluciona aceleradamente y en el que existe gran volumen de información, unido a que los costes de investigación, desarrollo e innovación son cada vez mayores para las empresas y que los tiempos de desarrollo de los nuevos bienes y servicios son demasiado largos, están en el origen del concepto de innovación abierta propuesto por el profesor norteamericano Henry Chesbrough en 2003. Para él “la esencia de la innovación abierta consiste en aportar ideas externas al proceso de innovación, y dejar que ideas internas no aplicadas salgan fuera hacia otros mercados y a otros canales de distribución”. Y este es un proceso que puede representar una oportunidad para muchas pequeñas y medianas empresas y autónomos, que pueden participar en este nuevo modelo de relación entre empresas (grandes) y actores externos.
La innovación abierta frente al proceso de innovación tradicional (cerrada) en el que ideas y tecnología se desarrollaban únicamente dentro de la empresa, se basa en el aprovechamiento de talentos, tecnologías, ideas o recursos provenientes de fuentes externas a la empresa, de tal modo que las innovaciones son explotadas por aquellos capaces de generar más valor, que no necesariamente son internos. Implica buscar inventores, startups disponibles, o crear negocios fuera de la empresa usando tecnologías y propiedad intelectual que han sido desarrolladas dentro de ella.
Desde el punto de vista de los profesionales freelances, les permite ofrecer sus servicios a varias compañías sin atarse a una sola, tendencia que ya se está produciendo en muchos lugares del mundo. Para las empresas, fundamentalmente aquellas con base tecnológica, también supone una oportunidad de poder asociarse con grandes compañías y colaborar con ellas en sus proyectos de innovación, así como de entrar en redes de know how y poder contactar con potenciales socios. Desde la óptica de las grandes empresas que suelen liderar los proyectos de innovación abierta se trata de compartir sus beneficios, pero también sus riesgos.
Según la visión de Chesbrough, “existe un mercado global de innovación, donde la innovación misma es una mercancía que puede ser comprada, vendida, licenciada, prestada y reinvertida”. Bajo el modelo de innovación cerrada, los proyectos empiezan en el interior de la empresa y al terminarlos los saca al mercado, mientras que con la innovación abierta, las ideas pueden ser internas o externas a la empresa, pueden incorporarse al principio del proyecto o posteriormente y pueden llegar al mercado a través de la propia empresa o por medio de otras compañías, por ejemplo, a través de la licencia de patentes.
Un sector pionero en la utilización de la innovación abierta y que puede tomarse como ejemplo es de la industria farmacéutica, la cual enfrentada a largos procesos y elevados costes de desarrollo de sus productos ha visto la necesidad de abrir su innovación a recursos externos. Para ello complementan sus inversiones en I+D+i internas con la comprar de patentes y productos de otras empresas (startups biotecnológicas promovidas a partir de la colaboración con los campus universitarios norteamericanos), que lanzan al mercado bajo sus propias marcas.
Esta interacción que se produce entre empresa y exterior en el proceso de innovación se puede llevar a cabo a través de distintos instrumentos, entre los que destacan los siguientes:
Crowdsourcing
Internet ha posibilitado que un gran número de personas (crowd), que se encuentran en cualquier parte del mundo, puedan trabajar juntas y comunicarse para aportar (sourcing) en este caso nuevas ideas. Ya no se buscan ideas de negocio solo entre el personal interno de la empresa sino que se buscan fuera y a escala global.
Coworking
Las empresas que apuestan por la innovación abierta suelen desarrollar espacios abiertos para la colaboración con startups y emprendedores, donde se intercambian conocimientos e ideas.
Patentes
En el modelo de innovación abierta las empresas utilizan la compraventa de propiedad industrial e intelectual para crear valor. Si se necesita una tecnología determinada para desarrollar un proyecto se puede comprar o alquilar su patente, del mismo modo que se puede vender o alquilar a un tercero una patente que ha sido desarrollada en la empresa.
Outsourcing
La innovación abierta permite subcontratar a proveedores especializados externos la realización de parte o todo el proceso de innovación.
Joint ventures
Mediante este tipo de acuerdos dos o más empresas deciden colaborar conjuntamente y durante un período determinado en la realización del proyecto de innovación.