El considerado uno de los mejores porteros de la historia del fútbol, Iker Casillas, “volvió a nacer” tras el 1 de mayo de 2019, cuando sufrió un infarto de miocardio que le cambió la vida para siempre. Desde entonces, es consciente de la importancia de cuidar el corazón, lo que le llevó a unirse como inversor a Idoven, una compañía que aplica la inteligencia artificial para detectar de forma temprana problemas cardíacos y, así, prevenir infartos de miocardio, arritmias y muertes súbitas.
“Queremos conseguir que todo el mundo pueda tener un cardiólogo digital en la nube capaz de realizar diagnósticos de calidad, seguros y precisos, para que miles de personas conozcan el estado de su corazón desde casa, sin visitar el hospital o el centro de salud”.
Son palabras de Manuel Marina Breysse, CEO y cofundador de Idoven, la startup española que ha ganado el último South Summit en el sector salud y el premio a la más disruptiva.
De cara al futuro, seguirá aplicando la inteligencia artificial para ayudar a las personas a tener vidas más sanas, y a los médicos y otros profesionales de distintos hospitales a automatizar el análisis de los electrocardiogramas, para ahorrarles tiempo y liberarlos para otras funciones, lo que -entre otros objetivos- contribuirá a reducir las listas de espera.
Para ello, han desarrollado un software basado en inteligencia artificial que analiza electrocardiogramas de cualquier duración, para diagnosticar posibles alteraciones de la actividad eléctrica cardíaca.
La importancia de la prevención
Todo se remonta al año 2018, cuando Manuel Marina trabajaba como cardiólogo del Consejo Superior de Deportes (CSD) e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
Allí conoció a José María Lillo Castellano, ingeniero de Telecomunicaciones (cofundador y CTO de Idoven), donde entró para realizar su tesis doctoral en machine learning aplicado a la cardiología.
Tras cientos de horas de estudio, lograron automatizar parcialmente el diagnóstico de cinco arritmias y, en colaboración con 53 hospitales bajo la supervisión de David Filgueiras, constituyeron el primer equipo del mundo que demostró poder predecir a seis meses la evolución de la fibrilación auricular (una arritmia que afecta al 4% de la población mundial mayor de 40 años).
Posteriormente se sumó al equipo el emprendedor Íñigo Juantegui, quien impulsó el desarrollo del producto hasta llevarlo al mercado.
Inteligencia artificial para detectar problemas cardíacos
Actualmente, Willem -su inteligencia artificial- es capaz de detectar 84 arritmias cardiacas que afectan a millones de personas. La compañía cuenta con más de diez proyectos en marcha con distintos hospitales, empresas y entidades. Asimismo, trabaja con pacientes que han sufrido algún evento cardiológico, deportistas y usuarios de todo tipo que quieren monitorizar su actividad cardíaca.
Formada por 18 personas, la plantilla de Idoven es de lo más multidisciplinar. Cardiólogos, ingenieros, enfermeros, expertos en inteligencia artificial, científicos de datos, arquitectos cloud… Porque en la compañía prestan especial atención a la necesidad de crear tecnología para resolver problemas reales.
Y eso es, precisamente, lo que permite la aplicación de la inteligencia artificial para la detección de problemas cardiacos. El software basado en esta tecnología aprende cardiología de forma muy similar a la que utilizan los maestros con sus alumnos.
“Todos los miembros del equipo médico y de ingeniería entrenamos la plataforma de inteligencia artificial con lo que se conoce como “aprendizaje supervisado”. Mostramos a Willem millones de electrocardiogramas e indicamos dónde se encuentran los diferentes patrones de las distintas ondas del electrocardiograma de las personas sanas, deportistas y pacientes con problemas cardíacos que están donando sus latidos para que esta inteligencia artificial pueda ayudar a solucionar los problemas”.
Manuel Marina añade que las principales diferencias con otros sistemas de monitorización es que son registros electrocardiográficos reales interpretados por expertos en cardiología y por inteligencia artificial.
Tecnología que salva vidas
Desde Idoven cuentan que muchos pacientes que han sufrido arritmias o infartos previamente no presentaban ningún síntoma. Y que gracias a su tecnología no invasiva, es posible identificar los distintos patrones electrocardiográficos vinculados a enfermedades cardíacas.
El reto, al fin y al cabo, es reducir un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, en línea con uno de los objetivos de desarrollo sostenible. Y para ello es fundamental estar presentes en lugares donde hay más prevalencia de enfermedad, como son los hospitales.
Principales hitos de Idoven
A finales del pasado mes de mayo, Idoven cerró una ronda de financiación de dos millones de euros junto a Wayra y otros inversores. Más recientemente, recibió otro importante espaldarazo económico tras su entrada en el consorcio Maestría, un proyecto de colaboración entre los centros más potentes de Europa en investigación en fibrilación auricular financiado por la Comisión Europea.
“El uso de nuestra inteligencia artificial permitirá analizar una gran cantidad de datos de imagen, para definir el riesgo que tiene cada paciente de ver que su enfermedad progresa a un ictus y proponer nuevas estrategias terapéuticas”, explica Manuel Marina.
Pero al hablar de los principales hitos cosechados por la compañía, su CEO sostiene que el pasado 9 de junio batieron un importante récord, después de que el software de inteligencia artificial utilizara 1600 gigas de memoria RAM para analizar a un solo paciente, usando la supercomputación en la nube de Google.
“Fuimos capaces de analizar el electrocardiograma de 50.000 latidos en menos de un minuto. Se trata de una cifra imposible de conseguir haciéndolo un cardiólogo sin la ayuda de la tecnología. Pensemos que un ordenador normal tiene entre 2 y 8 gigas de memoria RAM», apostilla.
Además, Idoven ha firmado un acuerdo de colaboración con la Fundación Real Madrid dentro del proyecto #donatuslatidos, con el objetivo de alcanzar a un total de 800 beneficiarios de las escuelas sociodeportivas de la Fundación, gracias al cual obtendrán un análisis cardiológico y cuyos latidos contribuirán a la investigación y prevención de la muerte súbita entre colectivos con alto riesgo de afección cardíaca.