Vivimos en un mundo tecnológico y nuestra sociedad cada vez está más digitalizada. Más allá de lo que se ha hablado en torno a la transformación digital de las empresas, que ha sido mucho, existe una cuestión de fondo que condiciona ese proceso transformador: la alfabetización digital.
No se trata solo de utilizar la tecnología. Saber para qué sirve y cómo adaptarla a nuestro entorno productivo con el objetivo de mejorar es fundamental a la hora de evolucionar.
Y es este proceso de comprensión el que marca la diferencia. O se es alfabeto o analfabeto digital. Muchas pymes y autónomos se han bloqueado con la transformación digital, bloqueo que los aísla y los impide evolucionar en sus respectivos negocios, porque no entienden bien los procesos que hay detrás de los cambios.
No es tanto poner el foco en las tecnologías, en las herramientas, ya de por sí disruptivas, como centrarse en el proceso de uso, aprendizaje y comprensión. Así que vamos a desglosar este procedimiento con una serie de pasos para no perdernos y, sobre todo, para no quedarnos atrás en lo que se está llamando ya la cuarta revolución industrial.
¿Qué es la alfabetización digital?
Si preguntáramos por la alfabetización tradicional, no tendríamos dudas al responder: saber leer y escribir y defendernos con las cuatro operaciones matemáticas básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir.
Pero cuando añadimos “digital” comienzan las lagunas. Alfabetización digital es comprender, interpretar, crear y comunicar en un mundo digitalizado cada vez más cambiante, desbordante en datos e información y constantemente en cambio.
El término se puede aplicar a procesos básicos como, por ejemplo, realizar gestiones cotidianas a través de soportes electrónicos: pedir cita sanitaria a través de Internet o a procesos más complicados: adaptar los procesos productivos a la automatización industrial. ¿Qué tienen en común? El aprendizaje y la comprensión.
Muchas pymes siguen operando con modelos de negocio que no responden a este nuevo escenario y es cuando surge la brecha digital, las dos velocidades: los que saben adaptarse e interpretar los nuevos modelos y los que no, los que no conocen este camino digital. Lo dramático es que, en la actualidad, ser analfabeto digital implica ser menos competitivo.
10 pasos para alfabetizar digitalmente tu empresa
Para que esto no suceda, te proponemos una guía para impulsar tu negocio. Se trata de marcar el rumbo digital de tu pyme o proyecto, pero difícilmente puedes hacerlo si no conoces el camino. Quizá estos pasos te ayuden:
- Pregúntate cómo se vendía antes y cómo se vende ahora y acto seguido, comprueba si estás en línea con los nuevos escenarios.
- Seguramente, te has dado cuenta de que el mercado ha cambiado, pero no sabes con exactitud cómo ha cambiado ni qué hacer para adaptarte a él.
- Comienza con una fase de análisis. Ayuda mucho mirar a tu alrededor y ver cómo lo está haciendo la competencia.
- El offline y el online tienen que convivir. Esta es la principal conclusión de la pregunta anterior. Lo de antes no tiene por qué descartarse, pero debes integrar los nuevos canales.
- Estos nuevos canales pasan no solo por tener presencia en Internet a través de una web, sino por facilitar a tus potenciales clientes tu propuesta de valor de diferentes maneras: interactuar con ellos es primordial.
- Asegúrate de que conoces el nuevo ciclo de venta, centrado en el consumidor y no tanto en el producto.
- Variables como el precio se ven complementadas por otros factores como fidelización, retorno o funcionalidad.
- Afánate en crear una experiencia de usuario personalizada y única. El acto de compra ha cambiado. Entender cómo son los nuevos patrones de compra pasa por crear una experiencia asociada a emociones, sensaciones, vinculación con la marca, lo que te define a ti o a tu pyme.
- Tómate tu tiempo para conocer a tu nuevo consumidor. Si el ciclo de venta y el acto de compra han cambiado es porque el consumidor ha cambiado también. Se trata de un consumidor muy exigente, muy bien informado y con las ideas muy claras.
- No tiene por qué ser un consumidor exclusivamente digital. La tendencia omnicanal – combinación de canales online y offline – está muy presente, incluso en los nativos digitales.
- La tecnología no es el foco, es la palanca. Debes integrarla en tus procesos, pero sin perder de vista qué aporta a tu negocio y a tus clientes.
- Debe implicar una mejora y así deben percibirla tus clientes.
- Debe facilitar y simplificar tus procesos de negocio.
- Debe automatizar tus tareas y procedimientos, para dejarte más tiempo para otras facetas de tu negocio que te aporten más valor.
- Destaca tu propuesta de valor. Puede ser que tengas muy claro qué es lo qué vendes y a quién te diriges, pero ¿lo has trasladado al mundo online?
- Tener una web no basta.
- Debes construir una presencia online con canales de comunicación, procesos en línea, estrategia y planificación.
- Crea tu propia estrategia de diferenciación. En el mercado hay multitud de servicios, productos y soluciones muy similares. Se trata de crear tu propia propuesta. Estamos en un mercado globalizado, pero las experiencias son personalizadas.
- Conoce las herramientas para llegar a tu mercado. Hoy en día no puedes trabajar sin escuchar a tu mercado. Debes conocer las herramientas para:
- Identificar a tus clientes prescriptores.
- Establecer tus indicadores claves.
- Recuperar carritos abandonados, si tienes un ecommerce.
- Recuperar clientes que no convirtieron.
- Saber qué hace tu competencia.
- Trabaja tu visibilidad. No se trata de que te busquen, se trata de que te encuentren.
- Ideas: estrategia de generación de contenidos y promoción de los mismos.
- Creación de comunidades online: redes sociales, blogs, grupos de debate, chabots, etc.
Ahora solo te queda un paso más y está en tu mano: implementar este decálogo y ver si tu rumbo digital está más claro.