La Bolsa es un negocio peligroso. Grandes esperanzas y muchas pérdidas.
Dicen que sólo el 5% de los inversores en Bolsa ganan dinero. El 5% de los inversores en Bolsa ganan lo que pierde el 95% restante.
También dicen que los inversores que tienen éxito se confunden más de la mitad de las veces, que más de una de cada dos posiciones que toman, más de uno de cada dos valores que compran son perdedores.
Sí, los inversores que tienen éxito se confunden. Se confunden más de la mitad de las veces. Se confunden más pero ganan más. ¿Entonces…?
Una gran idea
El error está presente. Está presente siempre. Si actúas puede haber error. No te confundes cuando no actúas. No te confundes cuando no haces nada.
El error está ahí y no va a desaparecer. No es realista pensar que puedes eliminar el error. No es realista, pero puedes acotarlo.
¿Cómo actúan los inversores de Bolsa? Gestionan el error. No se centran en eliminarlo. Se centran en manejarlo de la mejor forma para que su impacto sea pequeño. Para que te puedas recuperar.
Tienen una máxima: “Corta las pérdidas y deja correr los beneficios”. El mecanismo es sencillo. No es nada sofisticado, pero sus resultados son increíbles.
Corta las pérdidas
Es la primera parte de su máxima. Corta las pérdidas. Suficiente es suficiente. Decide qué recorrido les vas a dar a tus acciones. Hasta dónde estás dispuesto a llegar. Decídelo. Ponle un límite y respétalo.
Ésa es la fórmula. Es simple, pero no es fácil de aplicar. Todos pueden calcular el recorrido. Todos pueden decidir hasta dónde están dispuestos a llegar. Todos pueden hacerlo, pero pocos son capaces de ejecutarlo.
Ésa es la diferencia entre los inversores que tienen éxito y los que no lo tienen. Unos ejecutan. Los otros no. Los primeros saben que su riesgo es un 5% o un 10% o… El que ellos decidan. Saben que ésa es la caída máxima. Saben que ése es su límite. Lo alcanzan y ejecutan. Lo alcanzan y venden.
Los segundos también lo saben. También saben hasta dónde pueden llegar. Luego llegan y dudan. Piensan: “se puede recuperar”. Es posible. Compran más acciones. Promedian a la baja. Disminuyen el precio medio del paquete. Menos precio, menos pérdidas. Posibilidad de recuperación. Ilusión de ganancias. Cuando piensan de nuevo, el valor ha caído un 50%.
Deja correr los beneficios
El mecanismo también funciona al revés. No es intuitivo.
Cuando tus acciones suben, resiste la tentación de hacer caja. Si hay beneficios, déjalos correr. Déjalos mientras duren. Los beneficios son beneficios. Están bien. No hay prisa.
Cuando tus acciones suben, compra. Compra más. ¿Por qué? Porque te están diciendo que son fuertes. Que son atractivas. Que el mercado las valora. Compra más y deja correr los beneficios.
¿Siempre? No. Hasta que dejen de ser atractivas. Hasta que el mercado deje de valorarlas. Hasta que caigan por debajo de tu recorrido. De tu riesgo.
Tu negocio
Tu negocio no es muy diferente. Tiene muchos puntos en común. Puedes gestionarlo como un inversor en Bolsa de éxito o no. Puedes cortar las pérdidas y dejar correr los beneficios o puedes hacer otras cosas. No funcionan igual.
No te enamores de tus productos, de tus promociones, de tu comunicación, de… Cree en todo. No te enamores de nada. No pierdas la razón.
Si algo no funciona, córtalo. Si algo no te da lo que esperas, córtalo. Córtalo sin más. Si está más allá del límite, no intentes recuperarlo. No inviertas más. No gastes más. Córtalo e intenta algo diferente.
¿Al revés? Al revés también funciona. ¿Productos ganadores? ¿Estrategias ganadoras? ¿Recursos ganadores?… Estos son los que te diferencian. Los que hacen avanzar tu negocio. Los que te hacen ganar dinero.
Identifícalos. Céntrate en ellos. Invierte. Mejóralos. Sácales el máximo partido. Ayúdales a dar todo su potencial. ¿Sí? ¿Ya no hay más? Es el momento de cambiar. Córtalos e intenta algo nuevo.
Los inversores que tienen éxito saben que no pueden eliminar los errores. Saben que no pueden desaparecer. También saben que pueden gestionarlos y reducir su impacto. Lo hacen y ganan dinero. Tú también lo puedes hacer. Sólo tienes que cortar cuando llega el momento.
Foto kenteegardin, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0