Las Fintech no solo han servido como una forma de modernizar la industria financiera, trayendo mayor flexibilidad e innovación a un sector tradicional; también pueden ser una de las soluciones para combatir la pobreza y los préstamos informales.
Con origen en los años noventa, los prestamos informales, conocidos en países como Colombia como ‘gota a gota‘, se han convertido en un problema tristemente célebre. Se trata de un modelo de créditos informales a corto plazo, con tasas de interés elevadas y vinculadas con frecuencia a grupos criminales encargados de las cobranzas.
Su popularidad se disparó durante años debido a las facilidades y rapidez con las que se entregaban las sumas de dinero, lo cual se sumaba a la relativa baja «bancarización» de los países de la región. Aunque eso está cambiando.
Según datos del Banco Mundial, Colombia pasó de tener en 2011 30,43% de adultos bancarizados a más de 60% (en 2021). Parte de esta transformación vino impulsada por un nuevo segmento de empresas más pequeñas y ágiles que pusieron a la tecnología como uno de los pilares: hablamos de las Fintech.
Cifras y microcréditos
Para 2021 existían 1.635 Fintech en América Latina, -1.815 si contáramos a España-, de las cuales 19,2% se dedicaba al segmento de préstamos. Se trata de empresas pequeñas que, usando herramientas como analítica avanzada e Inteligencia Artificial, han desarrollado sus propios algoritmos que les permiten aprobar créditos en minutos.
Sumado a esta rapidez, las Fintech toman información de fuentes antes desdeñadas por el sistema financiero tradicional, como las redes sociales, a través de un ecosistema basado en API que les permite conocer de forma más exacta el comportamiento de sus consumidores.
Además, muchas de estas Fintech se han enfocado en nichos aún más específicos dentro del mismo segmento de préstamos. En particular, hablamos de los microcréditos. Colombia Fintech afirma que cerca del 75% de los créditos que se dan en Colombia tienen un monto menor a 500.000 pesos.
Otro escollo que salvan las Fintech son las certificaciones. De nuevo, según Colombia Fintech, el 35% de los microcréditos son otorgados a personas reportadas en centrales de riesgo.
Impacto en los bancos
Gracias a sus ventajas, las Fintech han crecido de forma sostenida y han obligado a los bancos a replantearse sus modelos de innovación. De esta forma, se han generado diferentes enfoques que van desde la compra de startups hasta crear pequeñas unidades en el seno de las organizaciones que imiten el comportamiento de las Fintech.
En Colombia, algunas Fintech enfocadas en este segmento son Monet, Lulo, Lineru, Kredicity, Rapicredit o Plurall. Además de unidades provenientes del sector financiero tradicional como Nequi y Daviplata, entre otras.
También es importante destacar los esfuerzos estatales, como CREO, una línea de crédito dirigida a la economía popular y sector agrario o personas con ingresos inferiores a 50 salarios mínimos, que busca precisamente combatir el ‘gota a gota’.
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