El Instituto de Crédito Oficial (ICO) es una entidad de crédito pública que tiene como principales clientes a pequeñas y medianas empresas. Así lo demuestran los datos que señalan que el 99 por ciento de las operaciones correspondientes a sus líneas de mediación en 2017 se concedieron a pymes, e incluso un 66,5 por ciento de las mismas se otorgaron a microempresas con plantillas de menos de diez trabajadores. A pesar de estas elocuentes cifras, y de que este año se cumplen los 25 años del lanzamiento de la primera Línea ICO pyme, creo que todavía siguen existiendo dudas sobre algunas de las características principales de esta entidad pública, las cuales te invito a repasar conmigo.
Es un banco público
El ICO se encuentra sujeto a los mismos controles que los bancos privados, por lo que se le aplican las mismas normas legales que a estos, como, por ejemplo, las Normas Internacionales de Información Financiera (NIFF), las Normas Prudenciales de Basilea o las Circulares del Banco de España.
Se financia a través de los mercados
Aunque al ser un banco público pudiera pensarse que se financia a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), esto no es así, su financiación la logra acudiendo a los mercados de capitales. El Estado, en su caso, y en condición de único accionista, puede aportarle fondos solo a efectos de mantener su nivel de solvencia. El ICO no recibe subvenciones para el desarrollo de su actividad, aunque sí traslada subvenciones a las empresas en forma de menores tipos de interés (sus préstamos son más baratos que los que conceden directamente los bancos privados).
Tiene carácter anticíclico
En épocas de crisis, cuando los bancos cierran el grifo, trata de aportar financiación que permita mantener la actividad y el empleo; mientras que en épocas de bonanza, cuando el acceso general a la financiación bancaria es más sencillo, busca un modelo de especialización financiando, por ejemplo, proyectos de internacionalización de las empresas españolas. Este carácter anticíclico hace que, más que competir con el resto de entidades de crédito, complemente su oferta.
Financia directa e indirectamente
La financiación directa del ICO está prevista para grandes proyectos de inversión productiva de grandes empresas como, por ejemplo, infraestructuras de transportes o parques eólicos, donde el importe mínimo del préstamo son 12,5 millones de euros, y en los que se suele acompañar de otros financiadores. En cambio, para financiar a pymes y autónomos utiliza fundamentalmente la fórmula indirecta de las líneas de mediación, las cuales comercializa a través de las entidades de crédito (bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito) colaboradoras. En estas líneas el importe máximo a financiar es de 12,5 millones de euros. Curiosamente, aunque el ICO carece de oficinas propias, cuenta con la mayor red de distribución bancaria del país para sus productos a través de las oficinas de las entidades colaboradoras.
No asume el riesgo en las líneas de mediación
Aunque el ICO determina las características y condiciones financieras de las líneas de mediación (tipos de interés, plazos de amortización, períodos de carencia, etcétera), y presta los fondos a las entidades de crédito, son éstas las encargadas de estudiar, aprobar y formalizar las operaciones, asumiendo el riesgo de las mismas. Por tanto, la entidad colaboradora puede aceptar o denegar la operación según su propio criterio de riesgo. No obstante, si solicitas el préstamo en una entidad y te lo deniegan, puedes pedirlo en otra.
Pone el foco en empresas y emprendedores, internacionalización y microcréditos
El catálogo de sus líneas se suele dividir en dos grandes bloques: empresas y emprendedores (a los que proporcionan financiación para sus proyectos de inversión y sus necesidades de liquidez), e internacionalización (que persiguen financiar el proceso de internacionalización y la actividad exportadora de las empresas españolas). En cuanto a los importes financiados a través de estas líneas, no suelen ser muy elevados. Más de la mitad de los préstamos otorgados en 2017, concretamente el 53 por ciento, correspondieron a microcréditos que no superaron los 25.000 euros.
Utiliza distintas fórmulas de financiación
La financiación de la inversión se suele articular en modalidad de préstamo o leasing, mientras que para financiar la liquidez lo normal es que se pueda utilizar el préstamo o la línea de crédito.