Gracias a Internet todos leemos y escribimos mucho más. El problema viene cuando los textos que las marcas escriben en sus redes sociales, blogs, webs o tiendas online están repletos de faltas de ortografía.
Seguramente, como usuario de Internet, hayas llegado alguna vez a un ecommerce donde te has encontrado errores gramaticales en la descripción del producto. O has recibido la newsletter de tu tienda favorita de zapatillas con la palabra “oferta” llena de exclamaciones. ¿Qué sentiste? Déjame adivinarlo… ¡Desconfianza! Y lo que es peor, incluso podemos llegar a pensar que se trata de spam o phishing.
Con esto no quiero decir que no podamos cometer alguna falta de ortografía, porque todos somos humanos y nos equivocamos. Pero de ahí a que, de forma repetida, en un texto y en otro, se escriban frases mal construidas, palabras sin tildes, o se omita una h cuando debería haberla, hay un trecho. Siento decirte que estás poniendo en juego tu imagen y tu reputación de marca.
Por qué evitar las faltas de ortografía en tus textos
Reflexiona un momento: ¿podrías haber evitado esa falta de ortografía poniendo más atención a lo que escribías? Si tu sitio web está plagado de faltas, tu credibilidad como profesional se verá afectada. Y el precio que pagarás será alto.
Estos son los motivos por los que debes evitar faltas:
- Dañas la imagen de tu marca: tu producto o servicio puede ser el mejor del mercado, pero si el texto que lo acompaña tiene faltas de ortografía, puede hacerte perder clientes. No transmites confianza, algo clave para la venta.
- Un texto mal escrito no será memorable: si a tu contendido de valor le añades un texto con faltas, conseguirás que tu lector no te retenga en su memoria y no te vuelva a visitar pronto.
- No transmites el significado adecuado y, por tanto, no conectarás con tu audiencia: una simple coma puede cambiar el significado completo de una frase o dar lugar a malentendidos, algo que confundirá al lector. Mira esta frase: «Prohibido fumar gas inflamable». No significa lo mismo que esta otra: «Prohibido fumar, gas inflamable».
- Menos ventas: si tienes una tienda online y en tus textos hay faltas de ortografía, tus ventas se reducirán. Tus clientes perderán la confianza en tu marca y preferirán comprar en otro sitio que dé una mejor imagen.
- Mayor tasa de rebote: un usuario que entre en tu web y vea la poca calidad de tus textos tardará poco tiempo en irse. De este modo, aumentará la tasa de rebote de tu página y ello perjudicará a tu posicionamiento web.
¿Las faltas de ortografía afectan a tu posicionamiento SEO?
Sí, pero no de forma directa. Es decir, cuando un usuario hace una búsqueda en Google, escribe rápido, sin importar que la palabra esté bien escrita. Por eso, a Google no le importa tanto que se cometan faltas de ortografía. Te lo explico con un ejemplo:
Un usuario pone en el buscador de Google Trends la palabra “catástrofe” y “catastrofe”. Podrás comprobar que la palabra mal escrita tiene más búsquedas. Eso se debe a que los usuarios tienden a hacer sus búsquedas rápidamente y mayoritariamente con el móvil.
Pero ojo, esto no quiere decir que las faltas no influyan en el posicionamiento web. Esa pérdida de confianza de la que hablábamos antes, impulsará al lector a irse del sitio web en pocos segundos. Eso provocará una tasa de rebote alta que Google sí penalizará bajando posiciones. Por tanto, las faltas de ortografía sí afectan de forma indirecta al SEO.
Errores ortográficos que ponen en peligro tu credibilidad y profesionalidad
Estos son algunos de los errores que más se cometen en páginas web, ecommerces o redes sociales, y que terminan afectando a la credibilidad de una marca o profesional:
Infinitivo por imperativo
Un ejemplo muy frecuente: “Rellenar el siguiente formulario”, en lugar de “Rellenad el siguiente formulario”.
Recuerda que siempre que la frase implique una orden, se trata de un imperativo y el verbo debe acabar en –d.
No diferenciar entre hay, ¡ay! y ahí
Mucha gente no sabe diferenciar entre las palabras «hay«, del verbo «haber»; «¡ay!», que expresa un estado de ánimo, generalmente dolor o aflicción; y el adverbio «ahí«, que indica un lugar.
Tildes
Es normal que alguna se escape. Pero hay determinadas palabras que no puedes pasar por alto y más si aparecen en un titular u otro lugar bien visible.
Estas son las más graves y debes evitarlas:
- Palabras interrogativas como qué, cuándo, cómo, por qué, dónde.
- La palabra “solo” ya nunca lleva tilde.
- “Ti” se escribe sin acento.
- ¿“Si” o “sí”? Lleva tilde cuando es una afirmación.
- Los pronombres demostrativos no se acentúan (este, ese, aquel…).
- Las palabras acabadas en –uido no llevan tilde (por ejemplo, incluido o excluido).
Queísmo y dequeísmo
El queísmo consiste en omitir la preposición “de” ante “que” en frases que deben llevarla.
Incorrecto: «Estamos casi seguros que no te arrepentirás».
Correcto: «Estamos casi seguros de que no te arrepentirás».
Y el dequeísmo es justo lo contrario. Consiste en utilizar la construcción “de que” incorrectamente, en lugar de utilizar “que”.
Incorrecto: «Le comunicamos de que su pedido llegará mañana».
Correcto: «Le comunicamos que su pedido llegará mañana».
En definitiva, ante cualquier duda sobre cómo se escribe una palabra, te recomiendo que consultes el diccionario de la RAE o la web de Fundéu, para evitar meteduras de pata que podrían hacerte perder clientes y dañar tu reputación.