Todas las empresas comunican. Unas, porque quieren. Otras, porque pueden. Y otras, porque no hacen nada. Son tres decisiones estratégicas que determinan cómo controlar el proceso de comunicación, cómo gestionar la percepción del público y cómo nos relacionamos con la sociedad. Ninguna empresa está al margen: basta con introducir nuestro nombre comercial en un buscador para ver que ya se está hablando de nosotros, de nuestro sector o de nuestros competidores.
El problema al que se enfrentan muchas pymes es que no pueden competir con los principales anunciantes. Por eso, tienen que innovar y crear una estrategia de comunicación que aproveche bien los recursos de los que se dispone. Los cuatro objetivos que tiene que perseguir toda estrategia son los siguientes: el contacto directo con los públicos, la gestión de la percepción, el posicionamiento de la empresa y la creación de valor.
Existen cuatro tipos básicos de comunicación (cuatro C), según el tipo de público al que nos dirigimos. A saber:
C1.- La Comunicación corporativa tiene como objetivo dar a conocer la visión, la misión y la gestión de la compañía. Emplea los códigos de buen gobierno y los instrumentos de la comunicación financiera. Existe un interés creciente en los informes de responsabilidad, que inciden en la triple cuenta de resultados (económico, social y medioambiental). Algunos indicadores pueden ser el número de contratos indefinidos firmados, la relación con la comunidad geográfica donde se opera u otra información medioambiental. Best Relations presume de «eco-oficina y showroom, construidos con materiales respetuosos para la salud y alimentados con energía solar». Otra pista puede ser el uso del XBRL, el estándar digital para el intercambio de información financiera (¿Cómo sacarle partido?).
C2.- La Comunicación interna se dirige a las personas que mantienen una relación laboral con la firma. Son sobre todo empleados, pero se debe incluir también a proveedores, distribuidores, clientes y otros socios preferentes de la actividad. La finalidad es construir confianza y generar relaciones a largo plazo. El área de recursos humanos es un aliado fundamental. Los listados de Great Place to Work pueden ser una pista de buenas prácticas.
C3.- La Comunicación externa está destinada a las personas con las que mantenemos una relación esporádica. Se genera notoriedad, que puede transformarse en ventas. La publicidad es la herramienta más conocida, pero también podemos incluir la participación en ferias y la gestión de las relaciones con los clientes (CRM http://es.wikipedia.org/wiki/Customer_relationship_management). Los informes que presenta Idealista.com sobre el precio de la vivienda son un ejemplo de cómo podemos emplear la información de nuestro sector para ganar notoriedad y convertirnos en una voz referente. El éxito de los informes como herramienta de comunicación se mide por el número de citas y cómo éstas se transforman en visitas a la web.
C4.- La Comunicación con los medios es la relación que establecemos con los periodistas, que son los grandes intermediarios de la información. Interesa conocer cómo funcionan los medios, cómo se elige (¡y se descarta!) aquello que se va a publicar, qué géneros y estilos predominan o cómo personalizar la información. Bubok muestra una buena organización de los materiales de prensa: fotografía del director general, histórico de notas, material gráfico licenciado, noticias e integración con los medios sociales (@bubok).
En los próximos posts, iremos viendo cada una estas cuatro «C» en detalle. ¡Feliz semana!
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