¿Está tu empresa preparada para el mercado chino?

“Si no lo estuviera, no estaría planteándome entrar” puede responder alguno a la pregunta impertinente de “¿Está tu empresa preparada para el mercado chino?”. La respuesta más cabal, normalmente, podría ser que no se sabe. No es fácil conocer a priori si una empresa, sus productos o servicios, procesos, marca, recursos humanos, financieros u otros activos de la misma están preparados para un proyecto de entrada en un mercado como el chino.

Por eso, lo lógico es realizar cierto estudio al respecto. No ya del mercado en sí, que también es imprescindible, sino de la empresa. Un análisis de competencias internas para averiguar cuáles son las capacidades clave de la organización en primer lugar, y después para determinar si su ventaja competitiva es transferible al mercado chino. No se trata solo de un estudio del entorno de competidores, proveedores, socios y clientes que se encontrarán en el mercado de destino, sino de las fortalezas intrínsecas. A fin de cuentas, es hablar con humildad de nuestra propia capacidad para liderar el proyecto. Es un ejercicio de introspección.

Un escenario habitual es no dedicar, en la práctica, recursos en serio al proyecto en China. En cuyo caso no es que se esté tirando el dinero, pero puede afirmarse que las posibilidades de éxito son mínimas. En ocasiones, el proyecto de China es un intento en el que se deposita tan poca confianza como recursos. Por eso, en estos casos, en realidad no es preciso mucho análisis a priori. En ocasiones, el método elegido es el de ensayo y error. Hay que decir que sí hay ocasiones donde el mejor estudio es remangarse y operar directamente y sin demasiados preámbulos.

Pero en el escenario de invertir recursos significativos hay que poner más carne en el asador. No solo capital. A lo mejor también hay que variar ligeramente el enfoque general de la empresa y las horas y preocupaciones de los más relevantes talentos de la misma.  Sin ir más lejos… del propio director general o de alguien muy cercano.

En este escenario, la cantidad de recursos que se han de destinar es muy importante, independientemente del tamaño de la empresa. Entrar en China, ya sea activamente por un desembarco o facilitando soluciones a demandas, implica tal grado de estrés para una organización que más vale evaluar de antemano si estamos preparados y dispuestos a ello.

No intentando ser exhaustivos, a nivel interno deberíamos cuestionarnos:

Estos son algunos aspectos generales de vital importancia para auto-identificar si la empresa está preparada para abordar una aventura en el mercado chino. Es posible que no esté preparada en este momento, en cuyo caso posiblemente lo más recomendable es prepararse antes de lanzarse sin unas mínimas garantías para el proyecto.

El mercado chino es altamente apetecible, una oportunidad única y en la mayoría de los casos un imperativo de supervivencia a medio plazo. Lo bueno es que la recompensa es importante, los que consigan establecer células medianamente sanas en China, donde se establecerán con casi toda probabilidad las mejores prácticas mundiales de la mayoría de sectores, como mínimo capaces de auto-mantenerse en pie, de aprender y desarrollarse en este mercado, seguramente estarán añadiendo un cimiento más para el sostenimiento futuro de la empresa. Los que lo hagan bien aquí, raramente lo harán mal en sus mercados de origen.

Foto @topgold, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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