Siempre que tengo que acometer un cambio personal o laboral, recuerdo un consejo que me daba mi abuelo: “Si tienes que recorrer un camino nuevo, mejor acompañado… y, si es posible, con alguien que ya lo haya transitado”.
Es una máxima que cada vez tengo más presente, sobre todo en estos tiempos de cambios vertiginosos, que muchas veces iniciamos sin la compañía y la experiencia necesarias.
En el ámbito empresarial, uno de los cambios en los que es fundamental la experiencia y el acompañamiento es en la adopción de tecnologías “en la nube”. Las ventajas son evidentes. No podemos negar que la tecnología mejora nuestra vida y nuestro negocio puede beneficiarse profundamente de todo lo que ofrece la digitalización.
Eso sí, esta evolución no está libre de obstáculos. En los últimos años, he conocido a muchas empresas a las que esta senda de transformación digital que les debía llevar a mejorar, ha pasado a ser una alta cima que cuesta mucho escalar. Y es que, como ya he mencionado, la experiencia y la preparación son un grado.
Errores más comunes
Con el objetivo de despejarte el camino y quizás animarte a dar el salto, quiero compartir contigo los errores más frecuentes que se cometen al abordar el salto “a la nube”:
No tener en cuenta que estamos ante un cambio
Asesórate y prueba antes de empezar. Descubre por ti mismo lo que las tecnologías realmente aportan a tu negocio. Tu forma de trabajar será diferente y también tus herramientas. Este cambio te afecta principalmente a ti. Hay que estar dispuesto a aprender cosas nuevas y a hacerlas de manera distinta, para aprovechar al máximo los beneficios que la nube puede ofrecerte.
Replantéate toda tu infraestructura actual y piensa cuáles son las necesidades reales por las que abordas el cambio. La tecnología te permite disponer de nuevas alternativas. No se trata sólo de replicar tu infraestructura física actual en la nube. Atrévete y apuesta realmente por mejorar.
Pensar que nos darán todo resuelto
El proveedor te acompañará, pero no puede hacer el camino por ti. Los proveedores te proporcionarán las herramientas y te las dejarán listas para usar, pero es necesaria tu intervención en el proceso para que todo funcione correctamente.
Haz un inventario, para saber lo que tienes, qué es lo que quieres llevar contigo y de qué te vas a deshacer. Debes saber cuáles son tus procesos y tu forma de trabajar. Cuanta mayor información tengas, más fácil será el camino.
Ten en cuenta que estos cambios no se hacen instantáneamente, ya que hay períodos en los que probablemente no podrás trabajar. Diseña la estrategia más adecuada para ponerte en marcha. Todos tenemos una curva de aprendizaje, no te olvides de que todo cambio requiere un tiempo para ser realmente eficaz.
No se trata de obstáculos difíciles de superar. Lo importante es tener clara la “hoja de ruta” antes de iniciar el camino: saber qué perseguimos y cómo llegar. Y, como decía al principio, mejor hacer el camino acompañado por alguien que ya lo haya transitado.
Y tú, ¿te has preparado para disfrutar del camino?
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Foto: Morguefile