Errores más comunes al comunicar tu producto a tu audiencia

La vida para el emprendedor no es nada fácil, primero tiene que tener una idea brillante sobre un nuevo producto que lanzar al mercado, y cuando la tiene, debe saber vender.

Imagínate el mejor producto de la historia sin una buena comunicación detrás… ¿Cuántas buenas ideas se habrán quedado en el tintero por no contar con una estrategia de comunicación adecuada? Seguro que cientos de ellas. No vamos a ponernos negativos, ni mucho menos, porque hoy en día existen cientos de canales donde podemos transmitir nuestras ideas, sólo hay que saber tirar el anzuelo en el lugar acertado.

Por suerte, los nuevos emprendedores pueden acceder a plataformas como las redes sociales y, en definitiva, a todo el universo digital, algo que no tuvieron los emprendedores de los siglos anteriores. ¿Qué hubiera sido del maestro Van Gogh o de Graham Bell en nuestro siglo si hubieran contado con las redes sociales? Seguro que hubieran exprimido al máximo sus ideas para darlas a conocer.

Si tienes una idea y ya has pasado la barrera de la página en blanco, ahora toca diseñar una estrategia de comunicación.

 

Qué no hacer cuando lances tu producto

Estos son los cinco errores más comunes:

 

1. No identificar a tu audiencia

En primer lugar, no puedes seguir caminando si no has detectado tu público objetivo. Actualmente, la información en Internet corre rápido y está en todas partes, por lo que será sencillo si la utilizas a tu favor y sabes detectar dónde está tu público.

¿Es una audiencia adolescente, millenial o adulta? ¿Dónde suele compartir su opinión? ¿Utiliza redes sociales? ¿Qué redes sociales emplea? ¿Cómo compra? Esto te llevará algún tiempo de investigación, pero merece la pena, porque la precisión en este punto te hará ser mucho más competitivo.

 

2. Inventar

Como toda relación, la comercial también se basa en la confianza. Cuando tú compras un producto una vez, y esa primera vez compruebas que te han engañado, el siguiente día irás a la competencia a buscarlo. ¿Qué puedes hacer entonces? Pues bien, no se trata de hacer ningún truco de magia, ni nada que no tenga un poco de sentido común. Simplemente sé honesto con tus clientes.

Uno de los errores más comunes que comenten algunas empresas al comunicar una idea a su audiencia es venderla demasiado bien. ¿Cuántas veces has leído ‘el mejor del mercado’? No inventes, sé lo más real posible cuando describas y presentes tu producto, porque la audiencia no es tonta. Además, hoy en día es muy fácil comparar y pueden pillarte. Quizá para ti sea el mejor producto, pero lo que hará que te ganes ese adjetivo será el producto en sí, el trato que des a tu cliente, las buenas condiciones posventa, los detalles, etc.

 

3. No responder a las posibles dudas

Seguro que cuando empezaste a plantear tu idea de negocio, te surgieron dudas que poco a poco fuiste resolviendo. Quizá tu audiencia se plantea esas mismas dudas a la hora de comprar el producto. Es decir, que cuando lo presentes, lo mejor que puedes hacer es adelantarte a las posibles dudas que puedan surgir y resolverlas. ¿Cómo? Con un buen texto de descripción del producto y siendo lo más sincero posible.

Contestar a todo es la clave para generar confianza, así que no tengas miedo en exponer las debilidades, porque pueden convertirse, si tú quieres, en fortalezas.

 

4. No incluir testimonios de valor

¿Te has fijado que el 80% de las veces compramos algo porque alguien de confianza nos lo ha recomendado antes? El boca a boca es fundamental para hacer crecer una empresa, por muy pequeña que sea.

Cuando comunicas un producto nuevo, es realmente útil incluir testimonios de valor para darle credibilidad. Aunque esto no debe confundirse con añadir la opinión de familiares en la web… Si en un inicio no cuentas con testimonios, no te preocupes, puedes obtenerlos más adelante. Puede ser un valor añadido si a tus primeros clientes les haces un par de preguntas y posteriormente les pides su consentimiento para publicar su testimonio en tu web.

 

5. Usar un lenguaje inteligible

Toda gran comunicación empieza con un buen lenguaje. Vigila al máximo la ortografía y la gramática, evita las frases sin sentido y los textos ininteligibles.

La confianza también pasa por este punto, ya que un texto mal escrito inspira desconfianza y poca profesionalidad. Además, los consumidores quieren disponer de toda la información y comprenderla perfectamente, por lo que no les compliques el trabajo. Si quieres que compren, tendrás que ponérselo fácil.

 

Foto: mangpages

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