El 45% de los jóvenes españoles no cobra ni mil euros al mes, 13 puntos por encima del nivel prepandemia, según datos del informe de CaixaBank.
Paralelamente, la última Encuesta de Población Activa en nuestro país arrojó cifras positivas en la generación de empleo. En el tercer trimestre de 2022, el número de ocupados aumentó en 77.700 personas, pero con salarios que no dan para emanciparse ni para comprar una vivienda, alquilar un piso o afrontar imprevistos del día a día.
Son las consecuencias del submileurismo y la contradicción del mercado laboral en España. Por un lado, empresas que se afanan por capturar talento y, por otro, sueldos que no invitan a quedarse en las organizaciones.
¿Es el emprendimiento una alternativa a la precariedad laboral de los jóvenes?
La edad media del emprendedor es España se sitúa en los 42 años, según el Informe GEM 2021-2022, y son muy pocos los jóvenes que se animan a seguir este camino. La Tasa de Actividad Emprendedora en 2021, en el grupo de edad entre 18 y 24 años, se situó solo en el 5,9 %.
Hay razones que explican estas cifras. Por un lado, se trata de un problema de motivación (pocos jóvenes se decantan por el emprendimiento como primera opción), y por otro, es una cuestión de números, de cruda realidad. El tiempo medio para comenzar a generar ingresos estables en un negocio se sitúa en los seis meses y hacen falta recursos económicos y una red de apoyo para ponerlo en marcha.
El desplome del emprendimiento juvenil
España ha perdido más de 110.000 jóvenes autónomos en el último lustro, según la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios y Trabajadores Autónomos (ATA). Un goteo incesante que refleja la realidad del emprendimiento y del mercado laboral en España. El emprendimiento no es una opción para los jóvenes, o no al menos su primera alternativa.
Desde las universidades y desde diversas instituciones se intenta revertir esta tendencia y formar estructuras profesionalizadas, para que luego los emprendedores las pongan en marcha en sus propios negocios o en otras empresas con un alto componente de innovación. De esta manera, no solo se conseguiría el autoempleo, sino también la identificación de nichos de crecimiento para la economía.
Pero la realidad, hoy por hoy, es que la mayoría de nuestros jóvenes quieren ser funcionarios. Buscan la estabilidad laboral que se les niega con contratos precarizados y ven la opción del emprendimiento como una carrera de fondo, en la que se necesita tiempo y recursos para ver los primeros resultados. Y ellos ni tienen dinero para invertir ni músculo financiero para resistir.
Costes frente a ayudas: ¿merece la pena?
De entrada, hay que hacer números. Y muchos.
La primera pregunta que deberían hacerse es qué gastos fijos implica emprender. Solo la cuota mínima para darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ya implica más de 3.500 € al año. Si añadimos gastos de gestoría, registro mercantil, alquileres de local, impuestos, el total supera con creces dicha cifra.
La buena noticia es que hoy cualquier joven emprendedor va a encontrarse con un panorama mucho más favorecedor que hace unos años. En concreto, estas son algunas de las opciones que pueden explorar:
Cuota cero
Algunas comunidades autónomas, entre ellas, Madrid, Murcia y Andalucía, han anunciado la bonificación total de las cuotas a la Seguridad Social para los autónomos que comiencen por primera vez su actividad en 2023.
Es lo que se conoce como cuota cero. La medida se ampliará durante dos años, siempre que se cumplan una serie de requisitos, entre ellos, no llegar al umbral de ingresos establecido en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Lo más conveniente es acudir a un PAE (Puntos de Atención al Emprendedor) para solicitar más información sobre este asunto. En este buscador puedes encontrar el más cercano a tu domicilio.
Tarifa reducida
Es lo que antes se denominaba tarifa plana. Es una ayuda para los nuevos emprendedores, que contempla la reducción del 80% de la cuota de cotización durante el primer año, y un descuento del 60% durante los primeros 6 meses del segundo año, bajando al 30% para los otros 6 meses restantes del segundo año de actividad.
Ayudas para el fomento del autoempleo
Según la comunidad autónoma en la que residan los emprendedores, contarán con unas ayudas u otras. En este enlace del SEPE se pueden consultar todas las ayudas relativas al emprendimiento y el autoempleo por comunidades autónomas.
Ayudas financieras ICO
El Instituto de Crédito Oficial (ICO) también tiene ayudas para autónomos y emprendedores. Contemplan la financiación de proyectos de inversión, actividades empresariales y/o necesidades de liquidez.
Ayudas dirigidas a mujeres emprendedoras
Destaca el Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres, de la Cámara de Comercio de España. Cuentan con microcréditos sin avales hasta un importe máximo de 25.000 euros.
Subvenciones para empresas de base tecnológica
En este epígrafe estarían, por ejemplo, las ayudas Neotec del CDTI, para la creación y consolidación de empresas tecnológicas en nuestro país.
Hasta aquí, algunas de las ayudas que existen para el emprendimiento. Parte de ellas se dirigen especialmente a los nuevos emprendedores y perfiles jóvenes.
Quizá la reflexión que deben hacerse es si les compensa arriesgarse en el mundo del emprendimiento y qué posibilidades reales tienen de autogenerar un empleo y un sueldo, que nunca será fijo, pero que quizá tenga más probabilidades de superar el umbral de los 1.000 euros que con muchos de los contratos actuales.
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