En estos días, en Colombia, ya se empiezan a sentir las festividades de fin de año, pero tras esta alegría de los consumidores se esconde la ansiedad y estrés de una larga cadena de proveedores, fabricantes y distribuidores que conocen los retos en ciberseguridad y logística que se esconden tras esta temporada. ¿Su empresa está preparada?
La Agencia de Ciberseguridad Estadounidense (Cisa) lo tiene claro: las festividades son una de las épocas favoritas de los ciberdelincuentes y la razón principal tras de ello es el dinero. Como ejemplo, las ventas navideñas en línea, en 2024, alcanzaron los 1,2 billones de dólares en todo el mundo, según datos de Salesforce.
América Latina y Colombia no son la excepción. En 2024 las ventas en línea alcanzaron los 105,4 billones de pesos en el país cafetero con un crecimiento proyectado de 31% para diciembre de 2025. Pero esta abundancia también trae sus retos, según TransUnion para 2023, los intentos de fraude digital aumentaron cerca de 860%
Y es que las temporadas de alta demanda comercial, como el Hot Sale en Colombia, Black Friday o la Navidad, representan el período de ingresos más crítico para el comercio, pero también es el periodo de mayor estrés para la infraestructura tecnológica, la cadena logística y la ciberseguridad de las empresas.
La presión sobre la infraestructura y la logística
El primer reto es la elasticidad tecnológica. La infraestructura de una empresa, especialmente sus plataformas de comercio electrónico y pasarelas de pago, debe escalar de manera instantánea para manejar picos de tráfico que pueden ser cien veces superiores a lo normal.
Como muestra, y según un estudio de Liquid Web (2025), el mal desempeño del sitio web puede costar hasta 15% de los ingresos anuales de una empresa y pérdidas de ventas de 10% en días clave como Black Friday, que equivaldría a alrededor de 20% o más en meses pico para escenarios específicos. Y nadie está exento: recordemos lo que pasó con AWS.
Es aquí donde la infraestructura se convierte en un vector de ataque. Los adversarios no necesitan robar datos si pueden simplemente hacer que el servicio sea inaccesible. Lanzan ataques de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS) precisamente durante los picos de ventas para saturar los servidores. Además, los Grinch bots automatizados atacan la lógica de la infraestructura para acaparar inventario, distorsionando la demanda y frustrando a los clientes.
Paralelamente, la cadena logística opera bajo una tensión extrema. Los centros de despacho y las empresas de paquetería deben procesar un volumen de pedidos inmenso, lo que genera un caos operativo predecible. Este caos es un vector de ataque explotado activamente por los ciberdelincuentes.
El factor humano, otro vector
En las festividades también se ha vuelto costumbre que los atacantes se aprovechan de la ansiedad logística de los consumidores lanzando campañas masivas de phishing, usando «notificaciones falsas de entrega» o suplantando a los proveedores de logística, engañando a clientes y empleados para que revelen credenciales o descarguen malware.
De esta forma, la presión sobre la tecnología y la logística converge en el eslabón más vulnerable: el factor humano. Dentro de la organización, los equipos de ciberseguridad enfrentan una fatiga de alertas. El enorme volumen de tráfico legítimo genera un ruido que dificulta distinguir las amenazas reales, lo que lleva al agotamiento del personal del SOC.
Los atacantes cuentan con esta distracción. Un empleado estresado, ya sea en el centro de operaciones o en el almacén, es más propenso a cometer errores, como hacer clic en un enlace de phishing que aparenta ser una guía de envío urgente.
¿Cómo enfrentar los retos de la temporada?
Durante la temporada de festividades, las empresas enfrentan un incremento significativo en su exposición a riesgos de ciberseguridad. Por ello, proteger a las empresas en este contexto requiere una preparación integral y anticipada. No se trata solo de fortalecer un área específica, sino de coordinar una estrategia unificada que involucre a toda la organización y comience meses antes del pico de ventas.
Es recomendable realizar pruebas de estrés a la infraestructura para evaluar su capacidad de respuesta ante altos volúmenes de transacciones y complementar esto con auditorías de vulnerabilidad. Asimismo, establecer una congelación de código durante el periodo crítico ayuda a evitar que actualizaciones o cambios introduzcan nuevos errores o debilidades.
La seguridad también debe extenderse a los aliados externos. Las auditorías a proveedores y socios logísticos son esenciales para asegurar que todos los eslabones de la cadena mantengan los mismos estándares de protección. La seguridad no solo depende del personal de tecnología; es una estrategia que debe involucrar a todos.
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