Cuando se habla de automatización, inteligencia artificial y robótica, lo primero que salta a la mente son fábricas y negocios, pero estas mismas tecnologías están ayudando a crear un mundo más sostenible.
¿Sabía usted que si las operaciones globales de agricultura, transporte, energía y suministro de aguas fueran administradas por inteligencia artificial (AI) las emisiones de carbono podrían descender el 4% para 2030?
Estas proyecciones anunciadas, en 2019, por la firma analista PwC, resaltan algo que parece obvio y es que la tecnología sirve para cualquier cosa en la que queramos usarla. Incluso para salvar el planeta.
Por ello se publicó un estudio titulado “La cuarta revolución industrial para la Tierra, aprovechando la inteligencia artificial para el planeta” donde PwC expone 70 usos potenciales de la AI para combatir el cambio climático.
Algunos ejemplos son:
- Administración se plantas de energías renovables (solar, eólica, etc).
- Diseño de edificios eficientes.
- Vehículos autónomos y administración de tráfico en grandes ciudades.
- Agricultura de precisión y reciclaje optimizado.
- Simulaciones de interacción entre la fauna y el hábitat.
- Monitoreo de especies
- Uso de drones para conocer la salud de la fauna marina
- Optimización del uso de al agua y vigilancia del nivel de polución.
Otras tecnologías amigables con el medio ambiente
Pero la AI no es la única tecnología con potencial verde, incluso antes del confinamiento, las videoconferencias se estaban convirtiendo en una herramienta vital por los ahorros generados.
Más exactamente, en Estados Unidos, se estableció que las empresas podían ahorrar hasta 33 mil dólares anuales usando videoconferencias. Por supuesto, dependiendo de la cantidad de empleados, pero lo realmente interesante en términos ambientalistas era la disminución de vuelos.
Y es que el transporte aéreo es el responsable del 2% de las emisiones de carbono en el planeta, y el transporte, en general, es considerado el responsable del 25% de las emisiones de CO2.
Otro aliado es el Internet de las Cosas (IoT) que se viene aplicando para recoger datos de innumerables campos que van desde la agricultura inteligente hasta la recolección información sobre la polución en las grandes ciudades.
En otras palabras, las tecnologías de información y comunicación buscan ante todo la eficiencia y esto es un parámetro común con las políticas ambientalistas, pues un planeta más sano es mejor para todos.