Todos somos sobradamente conscientes del poder que el móvil ejerce ya en la vida de la gran mayoría de la población.
Y ya hemos hablado en varias ocasiones de la proyección que tiene cualquier iniciativa que se lance desde ese canal con el fin de impulsar el negocio.
Pero aún existen ciertas inquietudes a la hora de moverse en este nuevo terreno, y es que no siempre se pueden distinguir bien los diferentes conceptos que ahora mismo se están desarrollando en este campo.
Mobile commerce o la punta del iceberg
Si el e-commerce aún está en una fase temprana, el m-commerce estaría dando sus primeros pasos en su forma concreta (habría que diferenciar aquí las compras hechas a través del móvil en la web o en la página creada específicamente para el móvil).
Hay pocos que tengan claro este canal para vender, y sobre todo, hay mucho desconocimiento de las herramientas y opciones que hay disponibles para sacarle partido. Pero algunas tiendas online ya están vendiendo en móviles sin saberlo, pues hay gente que entra en la web de la tienda online en su móvil (aunque esta no esté optimizada para móviles) y realiza una compra sencilla.
El mobile commerce camina de la mano del impulso de compra y de las recomendaciones en redes sociales. Un negocio que tiene presencia móvil y permite las ventas a través de estos dispositivos, va a tener una ventaja competitiva indiscutible… ¿Seguro?
Mobile shopping o “la gente hace lo que le da la gana”
Una escena típica: una joven entra en una tienda de una prestigiosa marca de moda en una céntrica y glamourosa calle de Madrid. Echa un vistazo a los modelos que exhiben los maniquíes y a algunos complementos que ve en las estanterías. Un bolso llama su atención, le da varias vueltas y casi sin pensar, saca su móvil del bolsillo y en unos pocos toques de pantalla, comprueba que ese no es el único color disponible, pero al pedirle a la dependienta que le muestre el modelo en el otro color, esta le confirma que en esa tienda no lo tienen, que tendría que pedirlo… Nuestra joven le agradece su atención, pero le dice que no es necesario, y adquiere el bolso de forma online, en el color que desea, y que le llegará a su casa en 48 horas.
Ahora vemos a un caballero que, mientras toma un café en una terraza, navega por el catálogo online de una conocida marca de ropa masculina. Necesita un traje y algunas camisas informales y, aunque quiere probarse la ropa antes de comprarla, no desea perder el tiempo recorriendo la tienda física en busca de lo que le gusta. Así que, una vez previsualizado el catálogo online, se dirige a una tienda cercana y va directamente a por los modelos que ya tenía en mente. Se los prueba y los paga en caja.
Y podríamos ver una serie de casos más sobre compras, móviles, tiendas físicas y tiendas online… pero la palabra importante está clara: compras.
Mobile marketing y la parte oculta del iceberg
Hay muchos comerciantes que están en una actitud de “esperar y ver” cómo evoluciona el m-commerce, y que sostienen que aún no hay un volumen aceptable de negocio en este sector.
Y tienen razón. Actualmente este tipo de ventas solo representa el 1% de la cifra de negocio total del comercio electrónico. Pero las previsiones apuntan que, en 2017, el comercio electrónico a través de dispositivos móviles copará el 6,8% de la facturación total.
No obstante, el punto de vista que lleva a los más avispados a entrar en este juego no es el de las ventas en el móvil, sino el del papel del dispositivo en el “shopping trip”. Según un reciente estudio de Deloitte, el 72% de la gente que utiliza el móvil en su proceso a la hora de ir de compras, acaba efectuando la compra, frente a un 63% de usuarios que compran aunque no hayan recurrido al móvil.
Otro de los datos relevantes que incluye el estudio señala que, por cada euro que el móvil repercute directamente en m-commerce, 23 euros van a ventas en las tiendas físicas.
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