Durante las últimas décadas, el impacto del hombre sobre el medioambiente se ha incrementado de manera nefasta: solo en los últimos 40 años hemos acabado con 60% de las especies animales y, mientras en 1960 solo el 5% de las aves marinas tenía plástico en su estómago, hoy esa cifra llega a un desolador 90%. Ante datos como esto, hay solo un camino viable: la economía circular.
Conceptos como “calentamiento global” o “cambio climático” se han manoseado bastante durante los últimos años, perdiendo el peso de un tema que debiera preocuparnos a todos por igual. Sin embargo, cuando revisamos datos duros podemos apreciar la real urgencia de tomar cartas en el asunto:
- El nivel del mar ha subido el doble de lo previsto durante los últimos 25 años, principalmente por el derretimiento acelerado de los glaciares.
- ⅓ de las especies marinas están en serio peligro por el cambio climático.
- Entre 1979 y 2014, se han reducido en un 40% las áreas cubiertas por hielo en el Ártico.
- La temperatura global registró un alza de 1°C entre 1880 y 2015, incrementándose en los polos y continentes. Parece poco, pero con cada grado celsius de aumento en la temperatura del planeta los cultivos de trigo reducen su rendimiento en 6%, y los de arroz en 10%.
Entendiendo que el medioambiente está en una situación crítica, la sostenibilidad debería ser el concepto que rige el actuar de las empresas (ya que no puede haber producción si no hay recursos). En ese sentido, el único camino para evitar el colapso del planeta es un cambio en el paradigma productivo.
Economía circular: hacia un uso consciente de los recursos
A diferencia del modelo tradicional, la economía circular constituye un ciclo en el que todo se aprovecha. Es como en la naturaleza: un animal muerto es el alimento de otros, y sus restos se transforman en abono. Todo es parte de una cadena en la que inicio y fin están conectados.
Se estima que la economía circular podría reducir en un 99% los desechos de algunas industrias, y disminuir en el mismo porcentaje las emisiones de GEI. Para Adriana Zacarías -coordinadora regional de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente- “en realidad lo que necesitamos reducir es el uso y la extracción de los recursos naturales y esto conlleva la reducción de residuos”.
Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas de la economía circular?
- Ahorro: Se estima que las empresas de la Unión Europea podrían ahorrar aproximadamente 600.000 millones de euros.
- Máximo aprovechamiento de materias primas: La economía circular incentiva la reutilización de los recursos, permitiendo a los empresarios disminuir la inversión en lo que a materias primas respecta.
- Más empleos: Al implementar un modelo basado en la reutilización, podrían generarse cerca de 580.000 nuevos empleos en la región.
- Nuevas oportunidades: Un cambio en el paradigma productivo puede abrir la puerta a nuevas oportunidades de negocio.
- Mejoramiento de la imagen de marca: En una sociedad en la que lo sustentable gana terreno a diario, las empresas que se sumen a un modelo económico circular pueden mejorar su imagen, especialmente entre los millennials.
Otra de las ventajas de la economía circular es la mejoría de la economía de los países: bajo este modelo, el PIB europeo podría llegar hasta un 11% para 2030, y a 27% para 2050.
En una sociedad tan digitalizada como la actual, la información es la clave para la toma de decisiones, y datos como los que revisamos en este artículo pueden ser determinantes para generar un cambio en el paradigma empresarial, generando beneficios tanto comerciales como medioambientales.