Tres segundos es el tiempo que los usuarios esperan a que cargue una página web. Si la carga de tu sitio excede ese tiempo, cerrará la pestaña y lo abandonará.
Dos segundos es el margen que te conceden los visitantes que entran por primera vez a tu web para hacerse una idea de tu proyecto. Es decir, si les interesa y deciden quedarse o si, por el contrario, consideran que no es lo que estaban buscando.
Si el impacto ha sido positivo, entonces seguirán haciendo scroll por tu página de inicio durante un tiempo total de 10 segundos.
Solo el 48% de las pymes españolas tiene web y muy pocas la tienen optimizada. ¿Qué significa? Que no tienen una web integrada con sus procesos de negocio, no está orientada a la captación de clientes y, en esto, la home es fundamental.
La página de inicio es la primera oportunidad, y a tenor de los datos, casi la única, para captar y retener clientes. Pero, ¿cómo se hace? ¿Cómo debe estructurarse?
La «home» o página de inicio
La home es la página más importante y la primera que verá el usuario cuando realice una búsqueda (a no ser que acceda directamente desde un enlace a un producto, servicio o artículo concreto).
En ella debes desplegar tu propuesta de valor, comunicar cuáles son tus servicios y dejar claro en qué puedes ayudar a tu audiencia. Aquí la palabra clave es transmitir, comunicar por qué deben contratar tus servicios y seguir navegando por tu web.
Debes diseñar una estructura en la que quede perfectamente claro cómo puedes solucionar la necesidad de tus potenciales clientes y por qué deben seguir contigo. Aquí el término clave es retener.
No se trata tanto de que vean tus servicios como de que realicen alguna acción en esta página: descargar una app, apuntarse a un curso, enviar un formulario, suscribirse a tu newsletter, realizar un encargo, etc. Y que, desde aquí, vayan a las otras páginas de tu web. Para ello debes tener una estructura que responda a tu propuesta de valor.
Estructura de la «home»
Seguramente hayas oído que «Sobre mí», «Servicios», «Blog» y «Contacta» son las páginas que debe tener tu página de inicio, pero debes saber que ya no basta con definir menús, pies de páginas y la página de contacto.
Una web es algo vivo, está en constante evolución, como tu propio negocio y tu proyecto digital. No puede ni debe ser algo estático. Y la home de tu web debe ser dinámica, adaptada a tus servicios o productos.
Si no sabes qué poner o cómo estructurar tu página de inicio, estas indicaciones te pueden ayudar:
- Tu logo a la izquierda y con un tamaño proporcionado; debe aparecer incluso cuando haces scroll. Y siempre con opción de hacer clic: es una manera de volver a la página de inicio.
- Define tu claim y la llamada a la acción. El claim es la frase que resume tu propuesta de valor. Colócala debajo del logo y de tu menú. Debe ser una frase que responda a las necesidades de tus clientes. Sencilla, clara y vinculada a tus procesos de negocio. La llamada a la acción es lo que quieres que haga el usuario en tu web: registro, compra de producto, suscripción, etc.
- Antes de introducir tus servicios, explica en qué puedes ayudar a tus usuarios. Es un texto que ayuda a comprender mejor tu propuesta y los beneficios que obtendrán. Un consejo: utiliza “puntos de dolor” (problemas o necesidades básicas para tus clientes y que tus servicios pueden satisfacer) para apelar a los beneficios.
- Es el momento de describir tus servicios o productos. Puede que tengas mucho que ofrecer a tus clientes, pero en la home destaca solo tres o cuatro. Los que para ti sean más rentables o te interesen más en un momento determinado. Luego, cuando accedan al menú «Servicios», podrán ver todas las opciones.
- Genera confianza. En Internet, generar confianza es fundamental para vender un producto o servicio y los testimonios y casos de éxito aportan mucha credibilidad. Otra manera de generar confianza es cuidando tu marca personal; por ejemplo, puedes ceder un espacio de tu home a mostrar los logotipos de los clientes que ya han confiado en tus servicios profesionales.
- Rescata los últimos posts de tu blog. Esta parte es optativa, depende de si tienes o no blog en tu web.
- Por último, el footer o pie de página. Aquí impera la máxima de que menos es más. Es un espacio reservado para tus redes sociales, tu logo y las páginas sobre política legal y de privacidad.
Cada página de tu web debería responder a una estrategia para conseguir un objetivo y especialmente tu página de inicio. Se trata de organizar tu propuesta de valor de manera que convierta y, para ello, debes definir bien su estructura.