Esta es una de las principales preguntas que se hacen muchos autónomos: ¿Cómo pasar de ser empresario individual a una sociedad limitada (S.L.)? ¿Compensa más constituir una sociedad limitada que permanecer como autónomo? ¿Cuándo es el momento más idóneo para dar este paso? ¿Es preferible hacerlo solo o con un socio?
A la hora de emprender o constituir una empresa, existen varias opciones jurídicas, aunque en nuestro país las fórmulas mayoritariamente adoptadas son la de figura de empresario individual o autónomo – con algo más de tres millones de trabajadores por cuenta propia dados de alta en el sistema RETA, entre personas físicas y autónomos societarios- y la de sociedad limitada.
Si os encontráis en esta encrucijada, lo más conveniente es que sepáis qué entraña cada figura jurídica, cuáles son sus obligaciones y derechos y las razones de por qué dar este paso en determinados momentos.
Todas las formas jurídicas para crear una empresa (Infografía)
¿Qué es una sociedad limitada?
Es el tipo de sociedad mercantil más habitual en nuestro país, con algo más de un millón de sociedades limitadas registradas en 2017, y a la que suelen acogerse muchas de las pequeñas empresas de nuestro entorno.
¿Diferencias con los autónomos? Fundamentalmente dos: en la sociedad limitada, los empresarios no responden de forma personal con su patrimonio en caso de deudas derivadas del negocio -cosa que sí ocurre con los autónomos- y se tributa por el Impuesto sobre Sociedades, que tiene tipos fijos y no está vinculado a los beneficios que la actividad genere.
Puede ser Sociedad de Responsabilidad Limitada Unipersonal (SLU), cuando hay un único socio, o Sociedad Limitada, cuando el número de socios es mayor que uno.
Los requerimientos para formar una sociedad limitada son los siguientes:
- Denominación social. Es necesario registrar el nombre de la sociedad en el Registro Mercantil, con la abreviatura S.L. al final del mismo.
- Estatutos y socios. Es preciso redactar los estatutos de la sociedad, con aportaciones de cada socio, si hubiera más de uno, y porcentajes de capital correspondiente.
- Escritura pública. Es necesario elevarlo a escritura pública mediante notario.
- Capital social. Mínimo 3.000€ a nombre de la sociedad.
- Inscripción en el Registro Mercantil, con la escritura pública de la constitución.
- Alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
- Obtención de NIF o Número de Identificación Fiscal.
¿Cuándo pasar de autónomo a S.L.?
Fundamentalmente, cuando tu negocio haya crecido y tus ingresos también. ¿Cuánto? Si tu facturación ronda entre los 40.000 y 60.000€ es el momento de dar el paso, porque ya te compensará más tributar como S.L. que seguir como autónomo. Pero no solo es cuestión de facturación. Hay aspectos legales, fiscales y diversas obligaciones que debes tener en cuenta antes de cambiar de figura.
Entre los temas fiscales, sin duda, está en que al no tributar por IRPF, sino por Impuesto de Sociedades, será más rentable constituir una sociedad limitada que seguir de autónomo. ¿Por qué? Porque el IRPF es un impuesto progresivo, es decir, a más ingresos, más IRPF, mientras que las sociedades limitadas tributan por el Impuesto de Sociedades, con un gravamen fijo que, en el tipo general, está desde 2016 en un 25%.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es la responsabilidad. Si tu empresa ha crecido y tus riesgos ahora son mayores, con una S.L .la responsabilidad queda limitada al capital de la sociedad y tu patrimonio personal queda al margen de tu actividad económica.
¿Cuáles son los trámites para iniciar el proceso?
El primer paso es comunicárselo a la Seguridad Social. Cuando decides pasar a sociedad limitada, cambias el régimen jurídico, por lo que debes informar a la Seguridad Social del cambio. Puedes darte de baja como autónomo o modificar tus datos de registro; en ambos casos, deberás rellenar el Modelo TA.0521-6.
En segundo lugar, debes constituir la S.L. Si aún no lo habías hecho, los pasos para formarla están descritos más arriba.
Y, por último, regularizar tu situación con Hacienda. Estos son los tres trámites que debes realizar:
- Obtención del NIF. Hacienda otorga un Número de Identificación Fiscal a la sociedad, para ello, debe rellenarse el modelo 036.
- Alta en el IAE (Impuesto de Actividades Económicas).
- Alta censal.
Con estos pasos, estarías al día con las obligaciones de la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, pero también te conviene saber algunas cosas más.
Más obligaciones de las sociedades limitadas
En primer lugar, el control de la contabilidad de una S.L. es mucho más riguroso. Como sociedad mercantil estás obligado a llevar libro de inventarios y cuentas anuales, así como un libro de registro de socios y de participaciones de los mismos, entre otros. Además, si la actividad de tu empresa está sujeta al IVA, deberás estar al día de todas las obligaciones fiscales.
Hasta aquí, todo lo que debes saber para pasar de autónomo a S.L. Ahora te toca a ti valorar en qué fase se encuentra tu proyecto o empresa y si te compensa dar el paso o no.