El crowdfunding es una modalidad de financiación participativa en la que múltiples personas aportan dinero para financiar las iniciativas de otras personas o empresas. Aparte de un modo de obtener financiación, puede convertirse en una forma de probar que un proyecto empresarial que se está pensando lanzar al mercado es viable.
El origen del crowdfunding está en el rock
En 1997 la banda británica de rock Marillion no disponía de suficiente capital para realizar la gira de su álbum “This Strange Engine” por los Estados Unidos, lo que llevó al teclista del grupo a solicitar ayuda a sus seguidores a través de Internet.
La respuesta fue muy positiva y el grupo consiguió recaudar 60.000 dólares mediante la aportación económica de sus fans, con los que pudo realizar la gira por tierras norteamericanas. Desde entonces, Marillion ha repetido este modelo de financiación con el que ha realizado otras giras y grabado discos gracias a la aportación de sus fieles seguidores.
Este caso se considera pionero en el fenómeno del crowdfunding o financiación de un proyecto mediante la aportación económica de muchas personas a través de Internet. Se podría decir que la banda británica lo inventó, aunque realmente fueron sus fans quienes lo hicieron posible, movidos por su amor al grupo y por el afán de escuchar sus canciones en directo.
Desde entonces, el crowdfunding ha evolucionado del mismo modo que lo ha hecho la base en la que se soporta, Internet. Puede decirse que se ha utilizado como fuente de financiación para proyectos musicales, como el comentado, películas de cine, campañas políticas o negocios de toda clase y condición, aunque sobre todo relacionados con la tecnología.
Crowdfunding financiero y no financiero
Hoy en día existen múltiples modalidades de financiación participativa que básicamente se pueden agrupar en dos grandes categorías en base a su componente financiero o no financiero.
En el crowdfunding financiero, los aportadores de dinero esperan recibir una remuneración también dineraria a cambio de su inversión, ya sea vía cobro de intereses por el dinero que prestan a un particular o a una empresa (crowdlending), o vía cobro de dividendos y plusvalías en el momento de vender su participación en el capital de una sociedad (crowdinvesting).
Por su parte, en el crowdfunding no financiero, los aportadores de fondos no esperan recibir a cambio una remuneración dineraria, sino un bien o servicio determinado, como, por ejemplo, una entrada al concierto de Marillion (crowdfunding de recompensa), o simplemente realizan una donación de manera altruista (crowdfunding de donación).
Medio para validar la idea de negocio
Un emprendedor puede tratar de validar su idea de negocio fundamentalmente mediante dos de las modalidades anteriores: crowdfunding de recompensa y crowdinvesting.
En el caso del crowdfunding de recompensa, el emprendedor puede publicar el proyecto detallado de su bien o servicio en Internet para difundirlo entre la multitud y comprobar el interés que despierta entre posibles clientes, antes inclusive de llegar a fabricarlo. Así, la financiación participativa se utiliza para confirmar que hay clientes interesados en el producto que desea comercializar la empresa, los cuales pueden llegar a pagarlo por adelantado con tal de ser los primeros en tenerlo.
Por su parte, el crowdinvesting, aunque en cierto modo también sirve para validar la idea de negocio entre la multitud, se centra en la búsqueda de inversores que deseen formar parte del accionariado de la compañía promotora del negocio, y compartir su posible éxito, mediante el cobro de dividendos y/o de la plusvalía que en su caso se logre al vender la participación accionarial, como ya he comentado.
En este caso, el crowdinvesting cuenta con regulación propia en España a través de la Ley 5/2015, de 27 de abril, y es un tipo de financiación participativa que suelen utilizar los business angels o inversores privados que aportan capital en las etapas iniciales de las empresas.
Normalmente los proyectos que acuden en busca de inversores han de ser negocios escalables y tener una facturación demostrable para ser seleccionados por las plataformas de Internet intermediarias, algo que se ha podido lograr utilizando previamente el crowdfunding de recompensa. En este sentido, ambas modalidades de financiación participativa pueden ser complementarias a la hora de validar el negocio de la empresa y contribuir a su crecimiento.
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