Podemos vender un producto fantástico, podemos haber trabajado el SEO de nuestra página web para estar bien posicionados en los resultados de búsqueda y podemos haber conseguido el objetivo de llegar a personas que no nos conocen y captar mucho tráfico. Pero la realidad es que si nuestra página no está perfectamente orientada a la conversión, es decir, la venta, todos esos esfuerzos no nos habrán servido para nada. Y dentro de los factores de conversión uno de los más críticos es el momento en que ese usuario que nos va a comprar se dispone a pagar.
No basta con que el usuario haya llenado el carrito o la cesta de la compra, ahora tiene que pagar, pero un paso en falso puede hacernos perder una venta en el último momento. Y para evitar que esto ocurra es conveniente tener ciertos aspectos en cuenta:
- Cero distracciones y llamadas a la acción muy claras: No es el momento de distraer a tu cliente con cualquier otro tipo de mensaje, es el momento de que pague y debe tener muy claro qué es lo que tiene que hacer exactamente. No le distraigas.
- Distintas alternativas de pago: Ofrece todas las posibilidades y facilidades y deja que sea el cliente quien elija cómo quiere pagar (tarjeta de crédito, transacción bancaria, PayPal…), para que pueda hacerlo con la mayor confianza.
- Precios con IVA incluido: Aunque creas que es más efectivo ofrecer un precio más atractivo (sin impuestos), no es ni mucho menos la mejor opción. Tu cliente quiere saber cuánto le va a costar realmente lo que quiere comprar. Si ya sabe el precio definitivo desde el principio y, aún así, continúa con el proceso es porque quiere comprar. Si se deja seducir por un precio que no es real, a la hora de pagar lo sabrá y ese incremento inesperado puede suponer que se eche para atrás.
- Transparencia con los gastos de envío: Deja bien claro desde el principio qué es lo que le va a costar a tu cliente recibir el producto en su casa. Los gastos que no se tienen controlados y que, tarde o temprano, se van a sumar al precio definitivo de la compra pueden descolocar y motivar que el cliente abandone el carrito de la compra.
- Pide los datos justos y necesarios: Determina muy bien cuáles son los datos que necesitas que te facilite tu cliente. Los formularios con demasiados campos representan una pérdida de tiempo que quizá tu cliente no esté dispuesto a asumir y, por otro lado, asustan. Aunque pueda venirte bien tener los máximos datos de tus clientes, es un riesgo que no merece la pena correr en el momento del paso. Es decir, ¿realmente si ya te ha dado su nombre, necesitas preguntarle si es hombre o mujer? ¿Necesitas su edad?
- ¿Dónde estás enviando a pagar a tu usuario? Cada vez estamos más familiarizados con la compra online, pero siguen existiendo ciertas resistencias, sobre todo con lo que tiene que ver con el momento de hacer al pago. Si te has ganado la confianza de tu cliente, has conseguido que se sienta seguro dentro de tu negocio online y, a la hora de pagar, le mandas a una página ajena, puede sentirse en un “entorno hostil” y abandonar el proceso justo en el último momento.
Foto: Sean MacEntee