Cómo hacer frente a los riesgos del BYOD

Odio los escritos plagados de siglas, así es que vamos a empezar aclarando que BYOD es una tendencia que implica que cada trabajador use su USB, portátil, smartphone o tablet personal para temas profesionales.

Esta es una situación cada vez más frecuente, ya que lo que compras tú suele ser mucho mejor que lo que te da tu empresa, y eso cuando tienes suerte y te lo da, así que acabas usándolo también para trabajar, de ahí lo de BYOD (Bring Your Own Device)

El BYOD tiene claras ventajas para la empresa. Según un estudio realizado por BT Group, casi nadie en las empresas duda de que trabajar en movilidad te hace más productivo (64%) y más flexible (48%), con el consiguiente aumento de la satisfacción del cliente (47%). Y si además la empresa ahorra los costes de comprar dispositivos a los empleados, miel sobre hojuelas. Pero parece que el invento también contenta a los empleados. Según otro estudio (Horizons, encargado por Cisco IBSG y realizado en Estados Unidos) la mayoría de la gente prefiere “trabajar a su manera” utilizando sus propios dispositivos y aplicaciones y con la posibilidad de realizar tareas personales en los tiempos muertos del trabajo. Sin embargo, esta valoración tan positiva de todos los implicados, no tiene reflejo en la realidad. A pesar de que tres de cada cuatro empresas adoptan ya algún tipo de política de movilidad, solo el 20% declaran aprovechar las ventajas de una estrategia BYOD en toda regla.

Pero el BYOD es una práctica habitual que afecta a empresas de todos los tamaños. ¿Quién no usa su propio pincho USB o se envía los ficheros a través de su correo personal para acabar el trabajo en el PC de casa? Lo preocupante es que la mayoría de las pymes lo permiten haciendo la vista gorda, porque no son conscientes del peligro que supone para sus datos de negocio el hecho de permitir dispositivos “descontrolados”. A pesar de que nueve de cada diez pymes confirman que tienen datos corporativos sensibles en los smartphones y tablets de sus empleados, sólo una de cada tres ve cierto peligro en ello.

Muchas pymes declaran “sin despeinarse” no estar preocupadas por el robo de datos desde el móvil de un empleado y en términos de protección de dispositivos móviles, creen que las soluciones gratuitas deberían ser suficientes. No ven ningún valor añadido en gastar dinero extra en soluciones dedicadas y sólo dps de cada diez tiene interés por sistemas de gestión integrada de dispositivos personales.

Esto quiere decir que se están exponiendo a un gran riesgo al obviar el gran impacto negativo que puede ocasionar este tipo de prácticas. Que cada empleado use los dispositivos y las aplicaciones que quiera, legales o no (y esto es un matiz importante) difumina peligrosamente las fronteras y supone un riesgo para todos, pero ¿quién te va a decir qué aplicación o qué juego puedes o no descargarte en tu propio teléfono? Sin duda es imprescindible plantearse una estrategia que analice la situación concreta de cada empresa y establezca las medidas preventivas que apliquen en cada caso.

Y, como siempre que se entremezclan lo profesional y lo personal, entran en juego muchos factores, creo que al plantearse un modus operandi que aliente el BYOD equilibrando seguridad de la empresa y privacidad del empleado, es más cierto que nunca eso de que “cada maestrillo tiene su librillo”. Sea cual sea el modo, es conveniente tener en cuenta algunas claves generales que aplican siempre:

En cualquier caso, el hecho es que BYOD ha llegado para quedarse y no sería nada prudente pasarlo por alto, porque aporta importantes beneficios relacionados con la disminución de gastos y el incremento de la productividad que siempre se deriva de la comodidad de los empleados.

Animo, por tanto, a todas las pymes a prestarle atención para poder conocer los riesgos y saber cómo enfrentarlos.

 

Foto: pixabay

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