Emprender está de moda, pero no es un camino de rosas: se exigen numerosos trámites administrativos, se necesita un capital mínimo inicial, saber bien qué pasos deben darse y no tener prisas por obtener beneficios, porque en muchos casos no llegan hasta el segundo o tercer año.
En esta ocasión hemos hablado con Carlos Palazón, fundador de la sociedad limitada The Fresh Shave, que cuenta con un solo trabajador -él mismo- que hace las veces de administrador único, comercial, administrativo, distribuidor, publicista, community manager y director gerente, como pone en su tarjeta de visita… Esta es la realidad de la mayor parte de los emprendedores cuando empiezan. Cuentan con tan pocos recursos que no pueden permitirse el lujo de contratar a nadie ni de tener muchas pérdidas, y que se ven obligados a recurrir a las famosas 3F: friends, fools and family, para empezar a sentar las bases de su proyecto.
En este artículo, a través de su experiencia, contamos cómo se empieza desde cero, qué dificultades hay que sortear, qué trámites hay que hacer y cuáles son los plazos hasta lograr que el producto salga al mercado.
P.- ¿Cómo es el paso de trabajador por cuenta ajena a autónomo?
Siempre he trabajado por cuenta ajena, primero como distribuidor en el sector de la alimentación y después como comercial en el grupo editorial RBI, y siempre me había rondado la idea de hacer algo para mí, crear, crecer personal y profesionalmente.
Después de mucho pensar, analicé un poco el mercado y llegué a la conclusión de que había algunos sectores como el de consumo, alimentación, cosmética o textil donde había rotación de producto y era posible innovar. Me decidí por el sector textil, estuve en Bangkok durante una semana visitando fábricas, pero no llegué a ninguna parte, me equivoqué, así que cambié y opté por la cosmética masculina, ya que en ese ámbito quedan muchas cosas por hacer, hay aún pocos cosméticos destinados a los hombres y se pueden ofrecer productos nuevos o mejorar los existentes.
Había oído hablar de geles transparentes, que dan visibilidad al afeitado, es decir, que al no formar espuma permiten ver por dónde te afeitas. Es cierto que ya hay algunos en el mercado, pero el mío añade un plus diferenciador: su aroma es distinto, casi todo lo que hay en el mercado lleva mentol y este no; está hecho con extractos naturales y aloe vera, no contiene parabenos, es hidratante y una cosa muy importante: se fabrica en España.
P.- Una vez decidido el sector y el producto, ¿qué pasos seguiste?
Cometí un gran error. Pensé un nombre para el producto, Huno, y con la ayuda de mi amigo Kike Muniesa, que me cobró a precio de amigo, diseñamos el producto, la página web, el logo, los envases… Yo mismo busqué empresas farmacéuticas y químicas en la Comunidad de Madrid que pudieran fabricar el producto, hasta que encontré una, Mixer & Pack, que se ajustó a las condiciones de pago que podía permitirme.
Cuando ya tenía todo preparado para empezar a producir, tuve un problema con la marca. El error fue ese: diseñar todo sin estar seguro de la concesión del título de la marca por parte de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
El registro de una marca en España comienza con su solicitud en la OEPM. Aproximadamente quince días después de la solicitud se publica en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (BOPI), y a partir de ahí comienza un período de dos meses para que las empresas que se sientan perjudicadas o lesionadas por la solicitud, presenten lo que se denomina “oposición a marca”. Hay tres tipos de argumentos para oponerse: fonético, conceptual, y gráfico o visual. En mi caso era fonético. Hugo Boss entendió que mi marca podía dar lugar a confusión con la suya: Hugo – Huno.
Así que me envió una carta en la que me indicaba amistosamente que retirara la solicitud, no presentó oposición administrativa. Entonces recurrí a un abogado, para que redactara un escrito en el que argumentamos detalladamente las razones por las que no perjudicábamos su marca. Lo enviamos y no volvimos a recibir ningún escrito más.
En todo este proceso perdí dos meses…
P.- ¿Cuál ha sido la inversión inicial y qué previsiones de facturación tienes?
Comencé hace un año y medio aproximadamente y hasta ahora he invertido unos 40.000 euros, de los cuales la mitad me los ha prestado mi madre. Como casi siempre en la vida, sabes cuándo empiezas pero no cuándo acabas, y cuando se lanza un producto hay numerosos gastos: trámites administrativos, notaría, testado de producto, fabricación (15.000 unidades), envasado… Pensé patentar la fórmula, pero desistí porque el proceso es complicado e implica tiempo y dinero.
Dispongo del producto desde abril de este año, y no pago por el almacenaje, porque lo tengo en un trastero familiar. Mi previsión es facturar 60.000 euros el primer año.
P.- ¿Cómo estás dando a conocer el producto?
Estoy haciendo “mucha suela”. Voy “a puerta fría” a pequeños comercios, peluquerías de caballero, centros de estética dirigidos al hombre, droguerías…, les explico las características del producto y les dejo una muestra para que lo prueben. Son muchas horas al día, pero es la mejor forma de darse a conocer.
También he rotulado mi coche con publicidad de Huno y dispongo de dos expositores portátiles (roll-up), que voy rotando por los comercios. Tengo página web y presencia en Facebook, aunque a esto último le dedico muy poco tiempo.
P.- ¿Con qué asesoramiento has contado durante todo el proceso?
He contado con la ayuda de SECOT, una asociación sin ánimo de lucro dedicada al asesoramiento empresarial gratuito, que elaboró el plan de empresa; y de Madrid Emprende, que ha realizado todas las gestiones burocráticas necesarias para la creación de la empresa, con costes muy bajos, dado que solo cobra los gastos de notaría y el registro mercantil; el resto de trámites son gratuitos.
Por otro lado, tengo domiciliada la empresa en la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid, de la que soy socio. No me interesa por imagen tener el domicilio de mi casa.
P.- ¿Próximos pasos?
No me planteo el comercio electrónico, porque estoy solo y he de rentabilizar mi tiempo. El tiempo es dinero. Tengo claro que mis prioridades son el pequeño comercio, los distribuidores para fuera de Madrid y paralelamente el comercio exterior, además de la creación de más productos para contar con más referencias en el mercado.