En días pasados se llevó a cabo, en Colombia, el eCommerce Summit organizado por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) donde se dieron a conocer cifras positivas sobre el crecimiento del sector y los retos en el horizonte.
Los últimos años, gracias a la pandemia, se generaron anomalías en el comportamiento de compra de los consumidores perjudicando a muchos y beneficiando a otros, como ocurrió con el comercio electrónico. Colombia no fue la excepción.
Incluso algunas medidas tomadas por el gobierno local generaron más anomalías en los hábitos de compra debido a promociones extraordinarias como el “día sin IVA” que distorsionaron las mediciones.
Sin embargo, el confinamiento ha cedido y un retorno a la “normalidad” ha permitido que varios analistas evalúan el estado actual del comercio electrónico con otros ojos encontrando cifras positivas con crecimientos hasta del 40% en el sector.
Y eso no es todo, también se ha presentado una mayor diversificación en las compras nos recuerda María Fernanda Quiñones, presidente ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico.
Tradicionalmente dominado por sectores como los viajes y la tecnología, las compras de comercio electrónico en Colombia han crecido en nuevos campos que van desde la comida preparada hasta artículos de salud, belleza y moda, entre otros.
Esta tendencia lo que demuestra es un cambio gradual en la mentalidad del consumidor colombiano hacia el comercio electrónico. Sin embargo, no todo es color de rosa.
Algunos retos en el horizonte
Irónicamente lo que le trajo tantos beneficios al ecommerce, -la pandemia-, también puede jugar en su contra, pues las distorsiones ocasionadas en los ingresos del sector lo han convertido en un objetivo para una mayor tributación.
Esto sin contar con otras medidas, incluidas en la nueva reforma tributaria del 2022, que incluyen una mayor retención para las empresas no residentes con presencia económica significativa (PES).
Quiñones advierte que estas cargas adicionales pueden desincentivar especialmente a las medianas y pequeñas empresas colombianas, precisamente las principales empleadoras del país.
Además, existen varios fenómenos globales e internacionales que afectan la economía como la inflación y el alza del dólar cuyas consecuencias, a largo plazo, aún están por verse.
Pero incluso en estas circunstancias una de las mejores formas para afrontar estos retos es la tecnología. La inversión en soluciones que permitan reducir costos, ser más eficientes y crecer de forma ordenada. Porque el comercio electrónico llegó para quedarse y crecerá en el país 26% hasta el 2026 por lo cual, lo más conveniente es prepararnos.
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