“¿De qué sirve tener 10.000 contactos en LinkedIn si no significas nada para ellos?”, pregunta Cipri Quintas. El networking aporta poco si no va acompañado de corazón, cree este empresario devenido en escritor de éxito con sus quince claves para relacionarse socialmente con éxito.
Hablamos con el autor de El libro del networking (Alienta Editorial, 2017) sobre la importancia de la amistad en los negocios, qué es el SEO personal, cómo defenderse de los conocidos tóxicos, y cómo utilizar las nuevas tecnologías para mejorar nuestras relaciones sociales. Cipri Quintas asegura que su libro ha mejorado la vida de algunas personas, la próxima puede ser la tuya.
Ya va por la séptima edición: ¿aprender a relacionarse es lo que necesita este país?
Necesitamos aprender a relacionarnos, porque a veces lo hacemos de la forma equivocada. Es un libro que no habla de dinero, de clientes o de monetizar, sino de escuchar, mirar a los ojos, cuidar a los amigos y abrazar. Hay que invertir en el corazón de las personas, es la clave del éxito en todos los ámbitos: personal, profesional, de negocios…
¿El éxito es directamente proporcional al tamaño de la agenda de contactos?
Lo que importa es que esos contactos estén dispuestos a acudir al hospital si caes enfermo, que se acuerden de ti cualquier día del año y que no duden en descolgar el teléfono si los llamas. El éxito de un profesional y empresario es, por tanto, directamente proporcional a la calidad de la relación que tiene con esos contactos.
¿Qué puede hacer la inteligencia relacional para mejorar la vida y los negocios?
Tener amigos que estén dispuestos a ayudarnos es uno de los mayores regalos de la vida. La inteligencia relacional en la que creo es la que hace que pasen cosas e intenta siempre hacer grande al pequeño. Por supuesto, esto también se aplica al campo de los negocios. Las empresas están compuestas de personas, y para ser una gran empresa tiene que estar compuesta de buenas personas con valores como la lealtad.
Desde Bisbal a Griso, pasando por José Mota, Ángel Revilla o Elsa Punset, ¿los cinco prologuistas de su libro son una declaración de intenciones o de poder?
No lo son. Si esas personas están es porque son mis amigos. Pero el libro no solo está compuesto de estos prólogos, incluye más de cien frases de personas conocidas y no conocidas. Esos testimonios son la prueba de que todos tenemos la capacidad de llegar a relacionarnos con cualquier persona y crear lazos de calidad.
¿Qué diferencias hay entre el nuevo ‘networking’ y ese añejo arribismo tan español?
No finge, no sigue la cultura del «selfismo» que por desgracia alguno practica. Es todo lo contrario: es una estrategia sincera, transparente y auténtica. Lamentablemente muchas veces nos fijamos más en las etiquetas, el currículo, los títulos, el origen, los cargos, los seguidores… todo eso a mí no me interesa. Este concepto del networking no olvida lo importante: lo que hay dentro de las personas.
“Dar sin esperar nada a cambio”. ¿La primera de las quince claves no peca de buenismo?
Es la base de todo. Si no generamos confianza, ¿quién va a querer hacer negocios con nosotros o quién va a querer compartir con nosotros su tiempo? Utilizamos la palabra «buenista» como algo despectivo. Hay que darse cuenta de que bueno es lo correcto. Soy un hombre de negocios y creo que intentar ser buena persona acaba siendo el mejor de los negocios.
¿A qué se refiere cuando habla del SEO de personas?
Se trata de conectar y posicionar a tus contactos, que se sumen, que se ayuden y se complementen. Mi papel es el de un mero conector. Si puedo recomendar a alguien que está en el paro para un empleo, lo hago; si sé que un amigo busca un socio y creo que he encontrado a la persona ideal para ello, los pongo en contacto. Casi siempre da buen resultado, porque los dos han encontrado lo que buscaban, y si ellos son conscientes de que solo quieres aportar, tu marca personal crece. Si haces muchas conexiones al día, a veces también obtienes un retorno afectivo, personal, incluso al final puede ser económico, ¿por qué no?, pero siempre tiene que nacer desde el deseo de sumar.
Dos posibles trucos para sacar partido a las nuevas tecnologías en las relaciones sociales…
Las redes sociales y muchas nuevas tecnologías se crearon para conectarnos, así que es muy positivo sacarlas partido. Uno sería apuntar en la agenda todas las fechas importantes de tus contactos, no solo sus cumpleaños, sino también la de presentación de su libro o el día en el que se somete a una operación, y después utilizar esa información que recopilamos en las conversaciones para demostrarles que estamos ahí siempre.
Otro truco podrían ser los grupos de WhatsApp o similares. Son muy útiles para crear vínculos entre tus contactos. Con las nuevas tecnologías y utilidades como la llamada a tres o cuatro es posible organizar una cena en México con dos grupos de amigos para que se conozcan, mientras tú estás en Madrid. Otra recomendación es recordar en privado a los amigos el cumpleaños o evento especial de otro amigo.
¿Cómo identificar a una persona tóxica y cómo actuar?
Hay que intentar enseñarles el camino correcto y escucharles, porque muchas veces puedes ser tú el equivocado, el que ha juzgado mal. Cuando ves que esa persona no va a cambiar, hay que huir y apartarla de nuestra red, porque solo va a hacerte perder tiempo y energía. No hay que odiarla, solo apartarla. Son fáciles de identificar, son esas personas que están ahí para aparentar, como los milibristas, que se aprenden un discurso que no sienten y se dedican a expandirlo y a ganar dinero con ello; o quienes siempre exhiben su poder o sus virtudes y apartan al resto; o los medallistas, que no tienen en cuenta que su éxito viene de la suma de un equipo.
¿El ego y el sentido del ridículo son dos enemigos del networking?
El ego es el mayor enemigo del networking. Cuando te pasas la vida mirando hacia dentro, te pierdes lo que pasa en el mundo. Te pierdes el verdadero poder, que es la fuerza que te dan los vínculos con los demás. Las personas grandes no necesitan el ego, porque ya son grandes. Luego hay personas que no saben cómo empezar a hacer networking por miedo al ridículo, por vergüenza o porque son tímidos. No hace falta ser un genio de las relaciones públicas para hacer networking, solo se trata de ser buenas personas, de tener principios, de llevar a cabo acciones como la autenticidad, sinceridad, honestad, lealtad o humildad. Haciendo esto, el networking viene solo. Mi consejo es que tenemos que intentar volver un poquito a la forma de ser de cuando éramos niños. Siempre se va a querer hacer negocios con personas con valores.
¿Se puede ir de sincero por la vida sin que te partan la cara?
Claro que sí. Es más, se debe. El truco es ser auténtico, sincero y transparente. Si actúas con generosidad y con buenas intenciones, a nadie le ofende la sinceridad.
¿Qué consejo o reflexión sobre networking ha aprendido tras escribir su libro?
He aprendido mucho, y aún más a valorar a las personas. Me emociona que me digan que siguiendo los consejos del libro, sus vidas han mejorado. Me ha servido para reafirmar que las buenas acciones, aunque no cotizan en Bolsa, acaban siendo la mejor inversión; que siendo generosos y honestos se crece muchísimo.