Hace unas semanas se filtró el informe sobre la innovación en The New York Times, el diario más conocido en todo el mundo y una gran referencia periodística. Aunque primero se pudieron leer solo unas páginas, luego se ha compartido el informe completo. Se encuentra en la red sin demasiada dificultad. Lo he leído con atención y considero que es un excelente análisis de hacia dónde va la cultura digital y qué consecuencias tiene un entorno móvil, tecnológico y nativo digital en nuestras vidas. Es, además, una reflexión profunda sobre cómo evoluciona una empresa familiar devenida en gran empresa global, que presta sus servicios en todo tipo de soportes y plataformas, al tiempo que compite con nuevos actores nacidos en las redes. ¿Les suena?
He extraído cinco lecciones que pueden ser interesantes para cualquiera que quiera lanzarse a competir en el entorno digital.
La primera lección es muy rápida. El informe se escribe a petición de la dirección. La innovación es un asunto capital en la empresa, que tiene que tener claro que en la sociedad del conocimiento o innovas o te innovan… y te sacan del mercado. Por eso es fundamental el compromiso de la alta dirección con el cambio, la innovación y el liderazgo. La innovación supone aceptar los cambios, emprenderlos dentro de la organización y permitir la experimentación. La idea clave es la siguiente: ¿te estás haciendo la pregunta correcta sobre la innovación en tu sector? ¿Luchas contra el cambio o experimentas nuevos servicios y funciones? Recuerda que a menudo la innovación procede de actividades e industrias que no son competencia directa, así que construye puentes con otras áreas económicas. Si no sabes por dónde empezar, mira alrededor: ¿qué aplicaciones te han interesado recientemente?, ¿qué rasgos tienen?, ¿qué hace la competencia? o ¿qué servicios digitales ofrecen nuestros proveedores?
Tu compañía es tecnológica. De hecho, es una empresa móvil. No se trata de destinar enormes partidas a campañas en Twitter o contratar un sistema ERP, pero tienes que saber que tus clientes, proveedores y distribuidores están en las redes sociales y emplean las tecnologías para lo mismo que tú. Consultan instrucciones, comparan precios y están siempre conectados. Por eso, es recomendable que en tu empresa cuentes con gente con talento digital. Se trata de valorar adecuadamente a las personas que conocen el estado del desarrollo tecnológico, los dispositivos o las redes sociales. Son habilidades diferentes, quizás personas en posiciones distintas dentro de la organización, pero que han de incluirse en el catálogo de competencias que se buscan en el siglo XXI. Haz la prueba: pregunta en tu pyme cuántos saben qué es el SEO o un hashtag. Si nadie responde correctamente, busca un candidato con ese perfil.
Conoce las necesidades de tus públicos. Empieza por los de dentro: qué pueden aportar tus empleados a la innovación en la empresa. No esperes ni exijas grandes transformaciones socioeconómicas, no es casual, sino que requiere inversión en recursos y personas. Me refiero a las microinnovaciones, al conjunto de pequeños cambios que se pueden hacer en la tienda, la fábrica o la forma de atender a los clientes. Pregúntales cómo sería su empresa 2.0 ideal y te sorprenderás. Pregunta luego a clientes, proveedores o desarrolladores. Steve Jobs nos enseñó que no debes preguntar al cliente qué espera, porque no es capaz de imaginar nuevos productos o servicios, pero sí puedes preguntar por esas microinnovaciones, pequeñas mejoras que pueden ayudarte a entender sus expectativas, sus necesidades o sus deseos. Es ahí donde puedes crecer.
No tengas miedo a cambiar. La lección de The New York Times es clara: llevamos 25 años pensando y rediseñando la web y resulta que «la homepage ha muerto». La sociedad ha cambiado y accede a los contenidos a través de móviles y redes sociales. ¿Qué sucede en tu sector? ¿Está tu web preparada para el entorno móvil? ¿Sigues pensando que basta con un dominio y hosting de oferta? El diseño, la orientación al móvil o la arquitectura de la información se pueden modificar de acuerdo con las prioridades de los clientes.
El informe es jugoso cuando habla de contenidos. Así, en nuestra web, hay que cuidar la redacción y escribir piezas que interesen. Puedes conectar con la audiencia a través de la web o de las redes sociales, pero en cualquier caso es una tarea de toda la empresa. Todos los empleados han de participar en «el descubrimiento, la promoción y el enganche con la audiencia» y no solo la gente del equipo de marketing. La segunda fuente de innovación aquí es la inversión en aquello que no se ve: que fluya la información entre departamentos, que la formación en distintas herramientas y dispositivos sea habitual, que todos conozcan la estrategia y asegúrate de contar con gente preparada.
En síntesis, la innovación es el resultado de pequeñas medidas y decisiones que cambian la forma de hacer las cosas en la empresa. ¡Prepárate!
Foto: Celestine Chua