AIN es un centro tecnológico privado que cuenta con una unidad tecnológica de Ingeniería Avanzada de Superficies, una de las más completas del país y que incluye adelantadas técnicas de tratamiento y caracterización superficial. Son muchas las aplicaciones que este tipo de investigación encuentran en la industria y del cual numerosas empresas pueden beneficiarse. Es el caso del desarrollo de nuevos materiales y productos que requieran superficies modificadas con nuevas funcionalidades obtenidas mediante recubrimientos u otros tratamientos de superficie, o la resolución de problemas de deterioro superficial (desgaste, corrosión … ) de todo tipo de componentes industriales, útiles o herramientas.
Tras muchos, más de diez, años de investigación desarrollada en esta unidad, en la que se han ido llevando a cabo numerosas aplicaciones para cientos de compañías de diferentes sectores, AIN ha logrado un avance importante al conseguir su primera patente europea en el ámbito de los materiales de uso biomédico. De esta información son destacables dos hechos. En primer lugar, la patente conseguida, ya que mejora las características superficiales de algunas aleaciones utilizadas en implantes o prótesis quirúrgicas (caderas, rodillas, hombros, etc.), lo que “alarga” la vida de las prótesis y facilita el tratamiento de los materiales empleados en su proceso de producción, que se realiza de una forma más limpia y menos contaminante. Reconociendo las mejoras que los usuarios finales podrán alcanzar, y que refleja el fin social de la innovación en biomedicina, sin duda añade ventajas para los fabricantes, que se traducirán en beneficios económicos, lo que repercutirá en la mejora de su competitividad.
Nada es casual
Pero, en segundo lugar, es también muy destacable el hecho de que para llegar a una patente de estas características, este centro tecnológico ha venido desarrollando un arduo trabajo, y ha colaborado desde 2004 con otros centros y empresas que, como él, han realizado una apuesta a largo plazo para llegar a conseguirlo. La inversión en este tipo de investigaciones no puede producirse ni de una forma aislada ni esperando unos resultados a corto plazo. Producir desarrollos de tecnologías de materiales para otro tipo de industrias, colaborar con diferentes instituciones, el tesón y el trabajo de los tecnólogos e investigadores durante años, son elementos de una misma matriz de sofisticadas relaciones, que desemboca en una realidad como la conseguida por AIN. Ahora toca trabajar en otro terreno, el de la comercialización de la patente lograda en España y otros países, algunos de los cuales ya han mostrado gran interés en la misma.
Como afirma Rafael Rodríguez, responsable del Grupo de Ingeniería de Superficies y Materiales nanoestructurados, de AIN: “nada es casual en innovación, y el avance que hemos conseguido en nuestro centro en el área de materiales y superficies, está logrando una transversalidad que hace que las ideas puedan aplicarse en sectores muy diversos».
Se trata de la causalidad de la innovación, que hay que entender bien y que hace necesarias apuestas serias y a largo plazo.
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