Autónomo o Sociedad Limitada, la primera decisión del emprendedor

¿Autónomo o Sociedad Limitada?

Sociedad Limitada (S.L.) y autónomo son las dos fórmulas jurídicas más comunes en España para emprender. Y elegir entre ambas es una de las primeras decisiones que se han de tomar.

Hay otros tipos de empresa, pero para una mayoría las posibilidades se reducen a estas dos. Para empezar a tirar del hilo de cuál conviene más, hay que hacer una descripción de la situación, del punto de partida y del objetivo.

Cinco preguntas que debemos hacernos

Antes de valorar las ventajas e inconvenientes de darse de alta como autónomo o constituir una sociedad, conviene hacerse cinco preguntas:

  1. ¿Emprendo solo o voy a tener socios?
  2. ¿Voy a necesitar financiación bancaria o de otro tipo?
  3. ¿La actividad va a mover grandes cantidades de dinero?
  4. ¿Es susceptible de generar deudas importantes?
  5. ¿En mi negocio es importante la imagen comercial frente a clientes y proveedores?    

Ventajas e inconvenientes de ser autónomo

Con las respuestas al anterior cuestionario muy presentes, analiza los siguientes puntos: 

Procedimiento de alta

Empezamos por una de las grandes ventajas del autónomo. En la actualidad, la tramitación puede cumplimentarse en un único día, con posibilidad de utilizar el alta electrónica.

Los pasos que hay que dar son cinco:

Coste del alta

A diferencia de la constitución de  una sociedad, darse de alta como autónomo no requiere de un capital inicial.

Costes de autónomo

El pago mínimo de cotización es de 289 euros al mes en 2021, que por la pandemia será aplicable a partir de junio. Hay bonificaciones especiales por edad y otras circunstancias.

La tarifa plana es la ayuda más importante: el nuevo autónomo, quien no haya estado dado de alta en los últimos dos años o tres -en caso de que anteriormente haya disfrutado de bonificación-, debe abonar 60 euros durante el primer año. Si vives en un municipio de menos de 5.000 habitantes, durante dos años. A partir de esa fecha, el pago va subiendo por tramos hasta alcanzar la cifra oficial, según cotización.

Responsabilidad

El autónomo responde de forma ilimitada de su actividad con sus bienes personales frente a posibles deudas con terceros. Sin duda, es el mayor inconveniente para el empresario individual.

Impuestos

El autónomo tributa por IRPF. Al tratarse de un impuesto progresivo, el tipo que se aplica se incrementa a medida que los ingresos son más importantes. En definitiva, si las cosas van muy bien, puede penalizar.

Financiación bancaria

Las cuentas del autónomo no acostumbran a ofrecer la transparencia que cualquier entidad financiera busca, por lo que en este punto va a depender mucho más la concesión de las garantías y avales personales que pueda presentar que en el caso de la SL. 

Ventajas e inconvenientes de una S.L.

Analizamos los mismos puntos, teniendo en cuenta las necesidades especificadas.

Constitución

Aunque la publicidad institucional asegura haber simplificado el papeleo, lo cierto es que crear una S.L. en España sigue siendo complicado y lento, no menos de cinco días, probablemente más.

Los pasos que deben darse son nueve:

  1. Solicitud de nombre de la sociedad.
  2. Apertura de cuenta bancaria de la sociedad.
  3. Redacción de estatutos sociales.
  4. Escritura pública de la constitución de la sociedad.
  5. Solicitud en Hacienda del NIF provisional, las etiquetas y las tarjetas de identificación.
  6. Alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
  7. Declaración del IVA o censal.
  8. Inscripción en el Registro Mercantil provincial.
  9. Adquisición del NIF definitivo.

Coste de constitución de una S.L.

El capital social mínimo es de 3.000 euros, que también se puede hacer con una aportación no dineraria, a través de un bien material inventariado ante notario.

A esta cantidad hay que sumar otras: coste del certificado negativo de denominación social del Registro Mercantil (para inscribir el nombre), de la notaria, ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) y AJD (Actos Jurídicos Documentales) y el Registro Mercantil. En total no debería superar en mucho los 300 euros.

Responsabilidad

La gran ventaja de una S.L. es que solo responde a las deudas con su propio patrimonio, por lo que protege el personal del empresario.

Impuestos

Las empresas tributan por el impuesto de sociedades, que es a un tipo fijo, por lo que no penaliza cuando hay mayores ingresos. El tipo general es del 25%, si bien hay otros gravámenes especiales, por ejemplo, para empresas de nueva creación.

Las cuestiones fiscales nunca son sencillas, por lo que conviene saber que si el empresario no revierte parte de los beneficios en la capitalización de la sociedad, se tributará en función de la nómina y los dividendos repartidos.

Financiación bancaria

En este punto la S.L. gana por goleada en la negociación con una entidad, ya que la fiabilidad de la contabilidad de una empresa facilita las cosas. 

Autónomo o S.L., ¿cuál es la mejor opción?

La recomendación básica es arrancar el negocio como autónomo y esperar a comprobar si el proyecto crece para crear una sociedad.

Las principales ventajas de abordar el emprendimiento en estas dos fases son importantes:

Si todo va como está planteado en el plan de negocio, en pocos años llegará el momento de plantear el paso a sociedad, lo que permitirá una mayor visibilidad comercial y acceso a financiación bancaria.

Exit mobile version