Existe una ciencia que estudia la evolución de la humanidad con relación a la sociedad y la cultura a la que pertenecen. Esta ciencia es la antropología, es decir, la ciencia que estudia ¿por qué estamos aquí? y más sencillamente, ¿cómo estamos aquí tal y como estamos?
La historia de la humanidad viene marcada por la capacidad que tenemos las personas de aprender, avanzar, evolucionar, cambiar y adaptarnos en la sociedad en la que nos toca vivir y que nosotros mismos creamos.
Como dice José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica, cuando somos capaces de asumir el momento actual en que vivimos: cómo nos comunicábamos antes y como lo hacemos ahora, cómo escuchábamos música y cómo lo hacemos ahora, cómo comprábamos, viajábamos, veíamos películas, cuidábamos de nuestra salud, aprendíamos, nos desplazábamos y cómo lo hacemos ahora… ese es el momento en el que asumimos que vivimos en una sociedad tecnológicamente avanzada con un potencial infinito.
Actualmente estamos rodeados de un cúmulo de tecnologías que se retroalimentan y nos empujan frente un mundo de posibilidades al que llegaremos si somos capaces de adelantarnos y adaptarnos al cambio durante la transición digital.
Una de las claves de esta transición digital será disponer masivamente de una conectividad de última generación que permita habilitar servicios realmente útiles y transformadores, y que impulsen el desarrollo y la evolución continua de la sociedad.
Sin conectividad no hay revolución
Imaginemos que vivimos en la segunda mitad del siglo XVIII y estamos en pleno proceso de transformación económica, social y tecnológica: la Revolución Industrial. Imaginemos que en este contexto vivimos en un país plagado de ferrocarriles y que las vías por las que circulan esos trenes las ha construido una única compañía. ¿Cómo crees que sería, a día de hoy, ese país? ¿Y sus habitantes? ¿Y esa compañía?
Tener una infraestructura que soporte los avances tecnológicos de cada época marca la diferencia entre lo que podríamos haber sido y lo que somos o seremos
En la transición digital, la sociedad del futuro que construyamos demandará servicios (trenes) con requerimientos de conectividad muy exigentes para recorrer una infraestructura de red 5G (raíles) en los tiempos y forma adecuados.
De toda la infraestructura de red, formada por la red de acceso, transporte y core, la infraestructura Core 5G es la que nos permitirá conectar diferentes puntos de acceso y enlazar servicios como Internet, redes privadas, redes LAN, telefonía…y será imprescindible para que las máquinas se comuniquen unas con otras (IoT), que generen nuevos lenguajes (Inteligencia Artificial) y que funcionen de forma automática y en tiempo real (Zero Touch).
La infraestructura Core de red 5G debe asegurar la conectividad exigida para habilitar las tecnologías del futuro
Construyendo los raíles de una red para la sociedad
Desde Telefónica estamos construyendo la infraestructura base sobre la que discurrirán tecnologías en desarrollo y tecnologías que aún no conocemos, que permitirán ofrecer servicios y productos que imaginamos y que aún no somos capaces de imaginar. Estamos construyendo los raíles de un futuro basado en una conectividad de alto rendimiento. Esto significa pensar a lo grande, pensar en una red para la sociedad y no únicamente para los clientes.
Por el carácter especial de esta infraestructura es necesario tener en cuenta varias características en su construcción. Será una infraestructura con un core común para las tecnologías 2G, 3G, 4G y 5G, virtualizado, basado en servicios integrados por diferentes vendors y capaz de recuperarse ante cualquier fallo gracias al ecosistema que lo sostendrá.
Será multivendor, desagregada, regionalizable, multicapa y resilente.
Las futuras redes 5G tendrán que estar preparadas para poder ofrecer la red como servicio, abriendo capacidades a terceros, y satisfacer así la demanda de los usuarios, las empresas y la industria.
Cada servicio necesitará requerimientos personalizados y con un alto nivel de exigencia en conectividad (alta velocidad, baja latencia, alta densidad y alta fiabilidad …). Para hacer frente a esta situación contaremos con la tecnología network slicing (segmentación de la red en redes lógicas y flexibles con capacidades adhoc según el servicio al que se dedique) y Edge Computing (servicios entregados en el extremo de la red, es decir, lo más próximo al cliente para minimizar el recorrido).
Con estas características, la infraestructura de Core 5G estará formada por microservicios integrados por un ecosistema amplio, con nuevos actores, en el que se fomentará la innovación y la competitividad y en el que se requerirá un cambio de modelo de relación basado en la colaboración y desarrollo continuo. Además, al estar virtualizada también cambiará el ciclo de vida de los productos con una instalación, soporte, actualización y disponibilidad mucho más ágil, sencilla y económica.