Hay proyectos empresariales que no se limitan a un placentero sueño de verano. Los meses estivales resultan inspiradores para emprender, y muchos comenzarán a trabajar en su idea este mes de septiembre. A todos ellos les interesarán estas ocho advertencias esenciales que el emprendedor debe conocer antes de abrir su negocio.
En 2021 el nivel de emprendimiento español retomó un ritmo similar previo a la pandemia. Según el informe GEM España, la actividad emprendedora reciente alcanzó al 5,5% de la población, si bien siempre conviene recordar que el abandono empresarial fue del 2,2%.
Se emprende con menos de 30.000 euros
La inversión inicial de siete de cada diez nuevas empresas españolas es de menos de 30.000 euros, financiada con ahorros personales. Nacen con una estructura de microempresas de hasta cinco empleados. Si bien cada vez tienen una vocación más internacional, el 35% comercializa en el exterior desde su arranque, y tecnológica, siempre según datos del GEM.
En cuanto al perfil del emprendedor, tiene entre 35 y 54 años. Por primera vez desde el arranque de este informe anual en 1999, hay más mujeres involucradas en el emprendimiento, el 5,6% frente al 5,4%, si bien en la mitad de los casos su modelo empresarial es menos tecnológico que el de los varones.
Para ambos, la principal motivación para emprender es la escasez de empleo (superior al 70%). “Sin embargo, el 43 % de quienes han creado nuevas empresas recientemente también manifiestan motivaciones más ambiciosas, como la de que sus modelos de negocio marquen una diferencia en el mundo”, según explica Ana Fernández Laviada, presidenta del Observatorio de Emprendimiento en España.
Ocho consejos para emprender
Como en cualquier otra aventura en la vida, en el emprendimiento la preparación te acerca al objetivo final. Si vas a montar tu propio negocio, te ofrecemos ocho puntos que merecen una profunda reflexión.
1. El negocio evoluciona en ciclos, no en línea
Es muy habitual representar la evolución de la empresa como una carrera con un punto de partida y una meta. Sin embargo, esa metáfora no ayuda a visualizar la constante transformación del mercado al que nos enfrentamos.
La evolución de una empresa responde más a un modelo de ciclos constantes. Cada uno de ellos requiere de la definición del producto, su experimentación, validación en el mercado, corrección e implementación.
Pero el gran reto emprendedor es que este proceso debe ser continuado para que la empresa se consolide y crezca. El empresario debe ser capaz de cambiar todo, para que todo continúe igual.
2. Cuidado con pensar más en el producto que en el cliente
Es el síndrome del emprendedor enamorado de su idea, lo que le lleva a escuchar más los halagos que las críticas.
Todo empresario debe creer en su propuesta de valor, pero hay que trabajar para que este convencimiento se objetive en los datos que captura en la interacción con el usuario.
Este proceso es especialmente importante durante la fase de validación, cuando la obsesión —casi adolescente— por el producto no permite atender a los mensajes de desamor que está lanzando el mercado.
3. ¿Tienes formación financiera para emprender?
No es necesario que corras a apuntarte a la UNED, pero sí que busques las fuentes necesarias donde adquirir esa cultura financiera imprescindible para levantar tu empresa.
Los números de tu negocio van mucho más allá de la hoja de ingresos y gastos o las cuentas para Hacienda. Se debe diseñar un plan financiero y de tesorería, conocer las diferentes vías de financiación bancarias y extrabancarias, valorar el fondo de comercio, medir los márgenes de beneficio… y sería un gran error depositar todas estas responsabilidades en una asesoría externa.
4. Asegura una infraestructura mínima, pero suficiente
Todos nos maravillamos con las historias de emprendedores que han levantado emporios de la nada, pero la práctica demuestra que es mucho más fácil consolidar un proyecto cuando nace con una infraestructura mínima para soportarlo durante la fase de arranque.
Según datos del informe GEM, para siete de cada diez emprendedores es suficiente con disponer de 30.000 euros. Y se debe tener en cuenta que allí donde el dinero no llega, puede hacerlo una buena política de alianzas, acuerdos de intercambio, estrategias de cocreación, etc.
5. Identifica el tipo de venta de tu producto o servicio
¿Tu oferta requiere una venta personal consultiva (como cuando se ofrece un servicio a otra empresa o un vehículo a un particular), o responde al esquema de venta transaccional (puedes vender a un gran número de clientes sin profundizar en la relación)?
¿Tus potenciales clientes pueden llegar a través de una campaña de publicidad en redes sociales, de la acción puerta a puerta o de la estrategia de email marketing?
Quien no vende, desaparece. Así de obvio, así de duro. El plan de ventas debe estar presente desde el primer momento e identificar el tipo de venta más conveniente para tu producto o servicio es esencial para saber cómo abordar al cliente.
6. Cómo vas a generar oportunidades
Como señalamos, la política comercial debe estar presente desde el arranque del producto, pero no es suficiente con una excelente definición del buyer persona, la identificación del modelo de venta o el plan comercial, hay que generar oportunidades para acercarse al mercado e ir generando notoriedad de marca.
Es importante contar con los contactos personales a la hora de emprender, activando desde el principio tu red de networking, y si es posible, la de los colaboradores de confianza más implicados.
Se debe presentar el proyecto a esos agentes que nos aproximen a la venta. La estrategia debe incorporar acciones que den visibilidad, como la asistencia a ferias, participación en encuentros o interacción con las organizaciones del sector, empezando por las del radio geográfico más cercano.
Debe incorporar también acciones en redes sociales que interpelen al cliente final, para lo que resulta cada vez más imprescindible disponer de fondos para contratar campañas, organizar y promocionar seminarios u otras acciones de captación, que hay que lanzar en el momento preciso.
7. Invierte gradualmente en publicidad
Dilapidar el presupuesto de marketing antes de tener bien definida la estrategia de publicidad es un error muy común, sobre todo por la impaciencia entre jóvenes emprendedores.
Es cierto que la publicidad en redes sociales se ha convertido en un excelente acelerador de las startups, aún más en aquellas que esperan a tener bien validados el producto y la estrategia de comunicación y publicidad.
En todos los casos, hay que tener en cuenta que, ante la habitual escasez de presupuesto publicitario de la fase de lanzamiento de negocio, hay que actuar con estrategia. Es aconsejable dedicar tiempo y esfuerzo a diseñar diferentes campañas publicitarias, pero invirtiendo siempre cantidades prudentes hasta dar con la que ofrece un óptimo coste de adquisición del cliente (CAC) y, alcanzado ese punto de rentabilidad, invertir con más ambición.
8. Contar tu proyecto lo mejora
Concluimos estas advertencias que todo emprendedor debe conocer antes de abrir su negocio, con una que por su relevancia podría haber encabezado el listado.
En contra de lo que una mayoría cree, contar el proyecto a las personas indicadas sirve para detectar mejoras desde su fase de gestación. Erre que erre, muchos emprendedores perpetúan ese convencimiento de que el secretismo es esencial para evitar la copia, renunciando a este valioso enriquecimiento.
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